jueves 28 marzo 2024

Los engaños de Martí Batres

por Marco Levario Turcott

En 1989 conocí a Martí Batres, no antes porque él no figuró en el movimiento estudiantil de 1986 aunque él diga lo contrario. Él fue parte de una expresión dentro del CEU que se llamó Corriente de la Reforma Universitaria que conformamos varios amigos como Ciro Murayama, Ricardo Becerra, David Gaxiola, Guadalupe Rodríguez y Antonio Tenorio, entre otros.

Cada sábado la CRU tenía un seminario sobre temas educativos con los mejores estudiosos del país: Rollin Kent y Olac Fuentes Molinar, entre otros. Martí Batres nunca expuso ni propuso idea alguna. Yo elaboré las definiciones de reforma universitaria de la CRU y Martí las hizo suyas para promoverse como representante al Congreso Universitario, mediante un lenguaje radical. La dirigencia de la CRU perdió en esas elecciones por ser reformistas, no rupturistas, además de otros errores como haber aceptado ir al Congreso sin una fórmula de representación proporcional. Martí sí fue delegado al Congreso y ahí olvidó todos los planteamientos de la CRU y enfiló una ruta radical.

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De aquella manera, Batres se fue abriendo paso en la política, siendo aliado de grupos radicales y clientelares. Durante cinco años que conviví con él, jamás trabajó. Yo he trabajado desde que tengo memoria. En ese entonces era mensajero en la delegación Venustiano Carranza y vendía chácharas sábados y domingos, por lo que de vez en cuando a Martí le prestaba dinero que, claro, nunca me pagó. Ahora es secretario de Gobierno en la CDMX y le acompaña un grupo de personas sin ningún escrúpulo para operar sus redes sociales mediante nombres falsos, troles y bots, conozco a la mayoría.

Cada quien es lo que ha fraguado en su camino. Incluso aunque sea a base de mentiras o chingaderas, como la caca en la leche Betty o la alianza con René Bejarano. Martí podrá ser parte del grupo que dispute la presidencia en 2024 pero jamás podrá ver de frente a muchas personas a las que engañó y usó.

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