viernes 29 marzo 2024

Los 43 ¿víctimas de primera? Los de Topo Chico ¿de segunda?

por Rubén Cortés

Los padres de los 43 desaparecidos de Iguala quieren que el Papa los reciba, en el entendido de que sus víctimas son de primera categoría y las otras de segunda. Y lo creen porque se dicen “de izquierda”, sello con el cual “Ayotzi” es templo sagrado.


El Papa envió una carta de confortación a los familiares de los 49 asesinados en el penal de Topo Chico y éstos la aceptaron. ¿Por qué los padres de los 43 no aceptaron la invitación del Papa a asistir a la misa de hoy en Ciudad Juárez, sobre el dolor de las víctimas?


Porque consideran que las suyas merecen prioridad: actitud que tiene que ver con el complejo con que el gobierno los trata, otorgándoles facilidades y prebendas de las que no gozan otros familiares de damnificados.


El gobierno paga un millón de dólares cada seis meses a expertos que escogieron los familiares para investigar, en paralelo a la pesquisa del gobierno, a razón, en el caso de los cinco de la CIDH, de un sueldo de 136 mil pesos mensuales cada uno.


Pero los padres de los 43, que viajan por el mundo para elevar la voz por sus hijos, alegan que no pueden ir a Ciudad Juárez por “falta de recursos”. Es decir, los deudos de los 49 de Topo Chico sí se pueden contentar con una carta, pero a ellos sí tiene que recibirlos el Papa.


Para ellos hay castas entre las víctimas. Los de Topo Chico eran narcotraficantes que se mataron entre sí. Los de “Ayotzi” son herederos de los guerrilleros de izquierda Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.


¿Sí? Pues en noviembre pasado el cártel de Los Ardillos intentó irrumpir en “Ayotzi” para levantar a cuatro estudiantes miembros del cártel de Los Rojos y el jefe de los 43 desaparecidos, El Cochiloco, fue señalado por el sicario El Jona como integrante de ese grupo delictivo.


El Jona afirma en un video de la PGR, en presencia de sus abogados y defensores de derechos humanos:


“El estudiante Jorge Luis González comenzó a decir que el mentado Cochiloco era el que tenía la culpa de que ellos estuvieran aquí y que él era el encargado, y Cochiloco y el director hacían las marchas y a través de las marchas se metía a la gente, ahora que son los contras, Los Rojos”.


Además Francisco vino a ver a los católicos, a dejarles un mensaje de esperanza. Eso es una “visita pastoral”. Y, como sea, qué les iba a resolver el Papa a los padres de los 43: nada. Sólo querían que los recibiera para seguir haciendo política. Es lo que han hecho con el caso Iguala…


Desde el inicio.



Este artículo fue publicado en La Razón el 17 de Febrero de 2016, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página

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