viernes 29 marzo 2024

Lógica ilógica

por Armando Reyes Vigueras

Hay una forma de argumentar –si se le puede llamar así– de parte de usuarios de redes sociales, que reta cualquier lógica. Se trata de personas que, haciendo un acto de fe, tratan de defender causas y personajes que no pueden resistir la más mínima revisión, como si la congruencia fuera una palabra que carece de significado. Veamos en las siguientes líneas a qué me refiero.

No te metas con (coloque el nombre de su candidato aquí)

Defender a políticos es una tarea ingrata, y lo es más porque en menos de lo que canta un gallo éstos pondrán en ridículo a sus defensores.

Decir que todos los priistas y expriistas son malos y corruptos, menos el político al que defiendo (que es o fue priista), es un ejemplo que constantemente se presenta en redes sociales.

Y es que buena parte de la defensa que se observa en este ámbito parte más del fanatismo que de una verdadera convicción.

Un ejemplo es Manuel Bartlett. Señalado por el fraude electoral del 88, por su paso en el gobierno de Salinas de Gortari –uno de los actuales enemigos de la 4T–, y su relación con el asesinato de Manuel Buendía –sin dejar de mencionar que tuvo al gober precioso como secretario de gobierno como gobernador de Puebla–, ahora es un férreo defensor de la soberanía energética y luchador en contra de la corrupción, llamado por algún legislador que no calcula bien sus palabras como “compañero de lucha”.

¿En qué momento el actual director de la CFE se volvió santo que muchos no lo vimos subir a ese altar?

A Carlos Loret de Mola no le perdonan el montaje del caso Cassez, pero a Bartlett la redención le llegó con el lopezobradorismo y ninguno de sus pecados pasados es recordado.

Otro ejemplo lo tenemos con la crítica que constantemente se hace de aquellas instituciones que se identifican con el neoliberalismo, señaladas como cómplices de todo el daño –según la santa y que nunca debe ser contradecida palabra presidencial– que se hizo al país durante el pasado, como es el caso del ITAM, cuna de los neoliberales, pero este detalle se olvida cuando un egresado de dicha escuela llega a presidir al ahora partido oficial, Morena.

¿Se puede pasar por aulas que destilan neoliberalismo y no quedarse con ninguna idea de ese tipo?

Y qué me dicen de aquellos que recriminan a otros usuarios en redes con aquello de que no tiene autoridad moral por ser priista o expriista, como si esa etiqueta marcará de por vida a las personas, pero cuando se les recuerda que el actual presidente se hizo en el PRI, que se afilió cuando muchos jóvenes protestaban en contra del gobierno por lo del 68, que se mantuvo en dicho partido cuando Salinas imponía el neoliberalismo que ahora tanto crítica, sólo callan como momias.

También se critica la alianza entre el PAN, el PRD y el PRI invocando que es contra natura, que es como el agua y el aceite, que solo defienden privilegios perdidos, pero ni una sola palabra de la que Morena tiene con el Partido Verde, el más claro ejemplo de oportunismo político y búsqueda de privilegios.

Si fueran congruentes, habrían exigido que el partido de los González Torres estuviera alejado de la Santa 4T, por no ir con lo que se predica en Palacio Nacional.

¿Otro ejemplo de lógica ilógica? Que me dice de la lucha contra la corrupción, bandera del lopezobradorismo, pero que mantiene en su seno a Bejarano, Elba Esther Gordillo, y otros personajes señalados por ese tema.

Por menos que eso, han querido linchar a activistas y periodistas en las mañaneras.

Pero no solo en la 4T se da esta forma de defensa basada en un fanatismo disfrazado.

Una columna de Carlos Loret en la que enlista a políticos impresentables que están obteniendo candidaturas para las elecciones de 2021, desató la furia… pero de los fanáticos de Margarita Zavala por incluirla en su texto.

¿Cómo la defendieron en redes? Pues diciendo que es una dama, que no se puede comparar, que ellos sí son la verdadera oposición, aunque sus logros y experiencia de gobierno no salieron a relucir, aunque faltó mencionar que es la esposa de Felipe Calderón para que la defensa estuviera completa.

Por dicha columna, los fanáticos de la ex primera dama –¿se molestará por ese título?– clamaron que el columnista perdía toda credibilidad, a pesar de que antes celebraron que diera a conocer el vídeo de Pío López Obrador.

Así de corta es la memoria de este tipo de usuarios.

También los panistas se molestan si alguien los crítica. Alegan una campaña de desprestigio en cada ocasión que se publica algo negativo de su partido, como fue el caso de los diputados e invitados que bailaban alegremente al ritmo de “ánimo Montana” en Villa Balboa, fiesta pagada por alguien que recibió favores de los legisladores azules y que formó parte del escándalo de los moches.

Ahora que vuelven a postular como candidatos a los mismos de siempre, como parte del acuerdo de los caciques locales del blanquiazul, ¿saldrán de nuevo con que es una campaña de desprestigio en su contra?

Como vemos, defender a los políticos, sin importar el color del partido, es una tarea ingrata y propia de fanáticos que renunciaron al privilegio de pensar por sí mismos, un privilegio que debería ser defendido, al menos para no hacer el ridículo en redes sociales.

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