viernes 29 marzo 2024

Lo que pasó en la transición de Pemex

por José Yuste

Cuando Carlos Treviño todavía era director de Pemex, y Octavio Romero ya era el designado por López Obrador para sucederlo en la dirección de la petrolera, pasaron dos meses y medio de transición en los que ambos tuvieron juntas cotidianas, con una relación cordial, con distintos modos de trabajo (un equipo sin traje ni corbata; el otro, trajeado y encorbatado), pero la relación fue amable y sólo hubo dos puntos de discusión: dejar de importar combustibles y crudo ligero, así como la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco.

IMPORTACIÓN, PRIMER DEBATE

La intención de dejar de importar existía al considerar que México era un país petrolero y no debía comprar del exterior. Pero ha sido el mismo López Obrador quien, mes y medio después, desmintió que Pemex haya dejado de importar, sobre todo, gasolina. La petrolera mexicana ha seguido importando, sin embargo, durante el periodo de transición sí había una idea de poder dejar de comprar crudo ligero del exterior, dado que somos un país productor de petróleo.

El problema, se explicó desde la transición, es que somos más productor de crudo pesado que de ligero, y éste último se importa para mejorar la mezcla del petróleo y poderlo refinar.

Quienes han trabajado con Octavio Romero lo consideran un hombre inteligente, bien intencionado y que aprende muy rápido. Y aprendió rápido que dejar de traer hidrocarburos del exterior no era la mejor opción. En los resultados financieros, Pemex salía ganando al importar crudo ligero para mezclarlo y refinarlo, a la par de sólo exportar crudo pesado a las plantas de refinación de Estados Unidos, que tienen la capacidad para transformarlo.

REFINERÍA, EL OTRO DEBATE

Durante la transición, nos aseguran, toda la relación en Pemex fue entre Octavio Romero y Carlos Treviño. Nadie más.

El siguiente punto de desencuentro entre ambos fue el de la refinería de Dos Bocas. Para la anterior administración era más rentable importar combustible, barato, de Estados Unidos, que tratarlo de refinar en México al invertir en una planta de refinación de alrededor de 8 mil mdd. Preferían que ese dinero se destinara a Exploración y Producción, que le deja buenas ganancias a Pemex, que invertir mucho capital en un proyecto cuyo producto refinado podían importarlo más barato.

Como sabemos, para la actual administración del presidente López Obrador, ha sido preferible tratar de construir una nueva refinería en Tabasco, argumentando la necesaria soberanía energética, sobre todo, para refinar gasolina. La idea de la planta de refinación de Dos Bocas es importar menos combustible y, desde luego, desarrollar el estado de Tabasco, cuya economía se ha desplomado por la salida de Pemex.

TODOS CRITICAN LA DEUDA ENORME

Donde ambos directivos de Pemex, uno saliente y el otro entrante, estuvieron de acuerdo fue en la deuda que le dejaron a la empresa petrolera: muy elevada.

La deuda asciende a 108 mil mdd y se debió a los primeros años del gobierno de Peña Nieto, cuando la misma creció fuerte por una relación fiscal distinta con Hacienda. Éste es el problema que se heredó: la alta deuda de Pemex, que por cierto no fue culpa ni de José Antonio González Anaya ni de Carlos Treviño. Así recibieron a Pemex y así se la pasaron al actual director, Octavio Romero.

Es necesario que Pemex brinde respuestas más claras para los inversionistas, quienes están esperando el nuevo Plan de Negocios de la petrolera, sus datos sobre la lucha contra el robo de combustible, su nueva relación con Hacienda, su uso de capital en la planta refinadora y si tendrá o no asociaciones. La relación entre Octavio Romero y Carlos Treviño fue buena. Hubo una buena transición de la dirección, pero ahora Romero y su equipo deben explicar más y mejor cómo van y lo que quieren hacer.

LA PRESENTACIÓN DEL EQUIPO HACENDARIO

El roadshow de Hacienda en Nueva York tuvo buena recepción. Y fue importante. Se tenía que presentar el nuevo equipo hacendario, que no venía del equipo tradicional de Hacienda, en su mayoría de economistas del ITAM, sino que tenía otros orígenes, pero igualmente han resultado serios en el manejo macro: superávit primario en el Presupuesto, renegociación de los bonos del Aeropuerto cumpliendo con compromisos de pago, coberturas petroleras para ser prudentes, propuestas de economistas reconocidos para Banxico. Así, Carlos Urzúa y Arturo Herrera se presentaron en Nueva York con: Alejandro Gaytán, economista en jefe de Hacienda; y Gabriel Yorio, jefe de la Unidad de Crédito Público.


Este artículo fue publicado en Excélsior el 16 de enero de 2019, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.

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