sábado 20 abril 2024

El legado de Cambridge Analytica

por Leo García

En las pasadas semanas, casi para terminar el 2019, apareció en Twitter la cuenta @HindsightFiles que dice estar relacionada nada menos que con Brittany Kaiser, una de las ejecutivas más famosas junto con Alexander Nix, de la ahora extinta Cambridge Analytica.

Brittany Kaiser

Solo hablar de Brittany Kaiser daría para llenar varios textos por su larga carrera en las campañas de redes sociales y medios digitales para políticos y actualmente sus nada claras relaciones con empresas que están trabajando en monetizar datos e interacciones a cambio de criptomonedas.

Lo que le da mayores reflectores es que ella se dice “soplona” (whistleblower) de Cambridge Analytica precisamente y uno de los trabajos más conocidos que sale de esa difusión es el documental “The Great Hack” que está disponible en Netflix.

Muchos de quienes han seguido la carrera de Kaiser, sobre todo periodistas, no vieron realmente que esto diera mucha pista de que pasó realmente con lo que Cambridge Analytica hizo por todo el mundo, hasta ahora.

Hoy está compartiendo, supuestamente, los documentos directamente desde su disco duro, lo que incluye presentaciones, propuestas, correos electrónicos y reportes.

Algo que le agrega interés a la difusión que está haciendo Kaiser es que además está explicando el método de trabajo, cómo y por qué, de las campañas en las que estuvieron involucrados durante casi 8 años y en 68 países. Sí, incluyendo México, aunque de eso, hasta el momento, no ha publicado nada.

Movilización desde el miedo

En los primeros documentos que se han publicado muestran que una de las estrategias más efectivas que utilizó Cambridge Analytica fue amplificar el miedo y el malestar conduciendo campañas dirigidas a segmentos muy específicos de población.

En el caso de Estados Unidos, de sus varios clientes conocidos, las campañas principalmente se dirigieron a aprovechar los ecos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas; el temor de los ataques terroristas realizados en otros lugares del mundo generalmente asociados a fanáticos religiosos y la percepción que se tiene de los extranjeros como agentes socialmente nocivos.

Las campañas fueron efectivas. Es necesario recordar que una de las herramientas más poderosas de Cambridge Analytica fue la posibilidad de analizar la información obtenida por minería de datos de millones de usuarios de Facebook, pero no solo eso. La compra de datos de brokers, encuestas realizadas por ellos mismos, además de acceso a bases de datos políticas y de gobierno, les permitía enfocar con tremenda precisión sus campañas.

Por ejemplo, para los segmentos conservadores en barrios suburbanos de clase media alta el mensaje de este tipo de campañas les decía que era su responsabilidad y tenían que actuar, votando por los republicanos, para conservar su estilo de vida.

En cambio, para segmentos conservadores que consideran que Estados Unidos es la máxima potencia económica global las campañas les decían que la economía y la seguridad estaba en riesgo por las deficientes políticas migratorias de los demócratas.

No sólo eso. Entre los objetivos que se trabajaron en estas campañas se amplificó el malestar que percibe la población conservadora estadounidense contra los migrantes y se reforzó enfocándolo enviando el mensaje que esto pone en riesgo e implica la pérdida de oportunidades a futuro para los niños.

De esta manera la población blanca, pro-armas, principalmente evangelista, de perfil conservador con un alto sentido nacionalista, fueron fácilmente movilizados para votar a favor de los candidatos que fueron sus clientes. Aunque no fuera de manera explícita, pero se tocó la vena racista del segmento.

No es raro. En Inglaterra es así como empieza a salir a la luz esta agencia.

En 2016, la periodista Carole Cadwalladr notó en los resultados de la votación por el Brexit algo que llamó su atención. Las poblaciones rurales fueron quienes más participaron y lo hicieron a favor de que la Gran Bretaña saliera de la Unión Europea.

Ella fue personalmente a entrevistar gente de estos poblados. Para su sorpresa había una narrativa con elementos en común. Estaban convencidos que Inglaterra estaba manteniendo a los migrantes “que estaban llegando por miles”. Estaban convencidos que el sistema de salud de Inglaterra estaba al borde del colapso por tener que darle servicio a estos mismos migrantes.

Cuando Cadwalladr les preguntó a sus entrevistados acerca de quién les había dicho esto, o de dónde se habían enterado, en todos los casos igualmente la respuesta fue prácticamente unánime. Era población que había sido saturada de publicidad muy específicamente segmentada vía Facebook. Era la punta de la madeja que resulta, aún hoy día, ser el legado de Cambridge Analytica.

En México, sobre este mismo tema, son muchos los rumores, algunas las certezas y demasiadas las preguntas que ojalá la misma Kaiser responda. Por lo pronto en alguna entrevista previa dejó entrever que sirvieron a todos los partidos políticos de México.

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