Este panorama no debe ser subestimado o ignorado por los comisionados del IFT al momento de resolver sobre las nuevas medidas que buscan corregir el excesivo poder de mercado del agente preponderante. Pensar en resolver el problema de la competencia considerando la opción de permitirle a América Móvil entrar al único mercado que hoy no controla sería un grave error, al menos bajo las actuales circunstancias. Porque si bien hay que reconocer que se han observado algunos cambios positivos en la forma en que el preponderante interactúa con los demás operadores, por ningún motivo puede considerarse ello como un cambio permanente. No hay que bajar la guardia.
Este artículo fue publicado en El Economista el 28 de febrero de 2017, agradecemos a Gerardo Flores Ramírez su autorización para publicarlo en nuestra página.