martes 16 abril 2024

Las legiones de idiotas a los que aludió Eco y quienes se pusieron el saco

por Juan Manuel Alegría
Etcétera

El problema de la mayoría que se puso el saco (no sé si les quedó) es que descontextualizó a Umberto Eco, incluida mí admirada Esther Vargas de “Clases de Periodismo”:

“El problema de Eco –a quien admiramos y disfrutamos leer– es que generaliza. Los necios han invadido las redes sociales, seguro que los idiotas también, pero [¿también?] los ciudadanos con una decidida vocación de servicio. Y no me referiré a los buenos periodistas y maestros que usan estas herramientas para informar y hacer docencia”.

Sigue la periodista:

“¿Se equivoca Eco?

“Se equivoca al generalizar. Entre eso (sic) necios e idiotas de redes sociales están muchos de los que aman sus obras, comparten sus columnas y han recomendado Número Zero, su más reciente libro”.

¿Cómo sabe Esther que dentro de las legiones a las que se refiere Eco están esos que aman sus obras?

Yo lo dudo mucho. Desde hace años Eco ha estado insistiendo con su preocupación sobre cómo buscar datos en la Red; de verificar; de contrastar esa información; de conseguir sitios confiables, y de que se debe educar a los chicos para no caer en páginas con información falsa.

Así que, si hay quien comparte lo que dice el escritor, y no se ha dado cuenta de lo que exige, entonces sí son verdaderamente imbéciles. No le entienden.

El otro asunto que colabora a que no comprenda (que también tiene que ver con lo que dice Eco), es que mucha gente se conforma con lo que dice un sólo medio. La mayor parte de medios que difundió esa nota, se quedó con lo escandalizante. Omitieron una parte fundamental: el cuarto párrafo completo de “La Stampa”:

“La televisión ha promovido al tonto del pueblo, con respecto al cual el espectador se siente superior. El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”, dijo Eco e hizo una invitación a los medios a ‘crear un filtro de información con un equipo de especialistas en Internet, porque nadie es capaz de entender hoy en día si un sitio es confiable o no. Los periódicos deberían dedicarle al menos dos páginas a un análisis crítico de sitios web; así como los profesores deberían enseñar a los niños a usar los sitios para hacer temas. Saber copiar es una virtud pero tienes que comparar para ver si la información es confiable o no'”.

Lo último es esencial para entenderlo.

Meses antes le había dicho a Juan Cruz, de “El País”:

“Con Internet ocurre al contrario: te fías de todo porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada. Piense tan solo en el éxito que tiene en Internet cualquier página web que hable de complots o que se inventen historias absurdas: tienen un increíble seguimiento, de navegadores y de personas importantes que se las toman en serio. […]

A eso se refiere cuando dice “legiones de idiotas”. No generaliza, no dice “todos los usuarios” de Internet.

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