viernes 19 abril 2024

Las autodefensas y lo previsible

por Javier Solórzano

Las autodefensas y las policías comunitarias surgieron como una defensa de sus comunidades ante la violencia e impunidad de los gobiernos locales.

Fue una respuesta ante la impotencia; fue lo que idearon como parte de un acto de legítima defensa, en función de un entorno definitivamente adverso. Las comunidades se lograron unir a pesar de sus diferencia internas. Las cohesionó la lucha contra el autoritarismo y la impunidad en medio de los cuales vivían. Se organizaron como un mecanismo de defensa.

Los resultados de esta experiencia deben ser vistos en dos tiempos. En un primer momento, se resolvieron algunos problemas de seguridad que hicieron valer el peso de la comunidad, devolviendo, en muchos casos, la tranquilidad.

Por otra parte, se vio que al paso del tiempo los diferentes proyectos no lograron consolidarse por diversas razones: complejidades propias de la vida interna de las comunidades, la presencia de la delincuencia organizada y que el Gobierno federal entendió y actúo como mejor le convenía; buscó quedar bien y perdió autoridad.

En el fondo, el problema era y sigue siendo la ausencia del Estado. Fue lo que llevó a las comunidades a tomar decisiones extremas, que si bien resolvieron problemas, no eran, ni son, el prototipo del Estado de derecho; era, y es, el resultado de la incapacidad de los gobiernos.

Lo que pasó en Michoacán muestra cómo el gobierno, tratando de salir del problema, permitió que las comunidades se armaran de manera “oficial”. Echó a andar un escenario que hoy sigue tendiendo confrontaciones serias entre las propias comunidades y que, en algunos casos, dio paso a la “ley de la selva”.

No sólo fue eso. En el proceso de permitir que las autodefensas se movieran a su antojo, integrantes de la delincuencia: secuestradores, ladrones, violadores y, sobre todo, miembros de los cárteles, se armaron y se metieron a las comunidades como si fueran parte de ellas.

Las autodefensas pasaron, en algunos casos, de ser grupos representativos defensores de sus comunidades, a ser usados por factores externos que los llevaron a perder su sentido de origen y el control que habían logrado en sus comunidades.

La detención de Juan José Frías Álvarez, El Abuelo, exlíder de las autodefensas, confirma cómo el proceso se fue desvirtuando. Desde hace algunos años se hablaba de su presunta relación con el CJNG.

Hipólito Mora, de La Ruana, creador de las autodefensas, nos decía ayer que empezó a tener diferencias con El Abuelo; “se decían muchas cosas sobre él”. Hipólito recuerda cómo y por qué se distanciaron: “me di cuenta que estaba defendido a un cártel. Mientras nosotros comprábamos como podíamos armas, con nuestro dinero por la venta del limón, ellos aparecieron con armas largas y camionetas”.

El fundador de la autodefensas nos dice que vio a El Abuelo el “24/02/2013 para ponernos de acuerdo en la creación de las autodefensas; nos vimos muy pocas veces”.

Hace algunas meses, nos recuerda Hipólito Mora, “Renato Sales dijo que algunos autodefensas se unieron a El Americano, quien era financiado por grupos delincuenciales”.

En Michoacán terminó pasando lo que muchos pronosticamos. El proceso ha sido desigual. Algunas comunidades han sobrevivido y otras han sido devoradas por los cárteles.

RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer.

Juan Angulo, Director de El Sur: El tema Nestora Salgado ya esta politizado; si se hubiera quedado en EU no estaría en los problemas en que está metida. Después de dos años de que fue liberada, su candidatura por Morena lanzó de nuevo las investigaciones en su contra. No hay manera de interpretar lo que estápasando, que no sea como parte del proceso electoral.

Nestora fue liberada por irregularidades en el debido proceso. Las causas en su contra no son nuevas; todo se reactivó ante una serie de apelaciones. Quien debe determinar si Nestora puede ser candidata de Morena es el Trife, no el INE, siempre y cuando haya algún tipo de denuncia.


Este artículo fue publicado en La Razón el 29 de mayo de 2018, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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