viernes 19 abril 2024

La sonrisa de Beltrones y las alianzas

por José Buendía Hegewisch

El triunfo de la coalición que armó el PRI en Colima ha encendido la discusión en la alianza opositora que negocian el PAN y el PRD para 2016. Los comicios extraordinarios en ese estado son una prueba de lo que serán las estrategias para las 12 gubernaturas en disputa este año. No debemos olvidar que los resultados modificarán la presencia territorial de los partidos hacia la elección Presidencial de 2018. De hecho, la primer cita del calendario electoral deja ver la capacidad de operación de la dirigencia del PRI, así como el regreso de viejas tácticas de partidos satélite para retener o ganar plazas.


La presencia territorial será fundamental en el camino hacia 2018. Se trata de un ejercicio de pragmatismo o realpolitik, como diría un político priista, refiriéndose a la ruta trazada por Manlio Fabio Beltrones. Su designación por parte del presidente Peña Nieto abrió la baraja de la sucesión, aunque Manlio rechace tener esa aspiración. Lo cierto es que su estrategia es cimentar la unidad interna, y no adentrarse en disputas por candidaturas y cargos será la premisa para sacar adelante las elecciones estatales de 2016. Beltrones, según relata Ciro Gómez Leyva, dice que “sería inequitativo y desleal buscar la Presidencia… se me partiría el PRI”.


Beltrones, luego del triunfo en Colima, trasluce confianza. Se comprende. La estrategia de partidos satélites ya había ayudado a construir la hegemonía del PRI y, hoy, le permite oponerse a las alianzas opositoras. La construcción reafirmó su vínculo con el Verde, en una airada defensa de su exvocero Arturo Escobar y, al mismo tiempo, ofreció respaldo al reclamo del PT de suspender la cancelación del registro hasta contabilizarse los votos de la elección extraordinaria del distrito 1 de Aguascalientes.


Casi como en un cuadro de magia —y ayudados por la decisión del PRD y MC de no presentar candidato— el PT resucitó. Luego, en otra muestra de pragmatismo, el Partido del Trabajo —férreos opositores a la Reforma Energética— cedió dos de los poco más de tres puntos con que el PRI se impuso ante el PAN en Colima.


La coalición con el PT y el Verde perdurará como otro pilar de la estrategia electoral del PRI hacia 2016. Según la oposición, incluso, le podría dejar otras 6 gubernaturas a las 19 que ya gobierna, si acaso se derrumbara la alianza opositora. La ventaja del PRI es la incondicionalidad de sus aliados, lo que contrasta con la complejidad de los acuerdos entre el PAN y el PRD para definir estados y candidatos comunes. La también pragmática alianza opositora ha logrado concertarse sólo en un par de estados: Zacatecas y Durango, de las ocho entidades que están en juego; dos más esperan la aprobación del PAN: Veracruz y Oaxaca.


De esa forma, el argumento que habla de la necesidad de la alianza para vencer al PRI, donde nunca ha sido derrotado, pierde fuerza tras la experiencia de 2010. Aunque la coalición del PRI y su triunfo en Colima han recrudecido la presión contra los grupos que se resisten a la alianza dentro del PRD y PAN. Sería “suicida” echarse para atrás reclama el presidente del PRD, Agustín Basave, al PAN, mientras los panistas siguen haciendo números y sopesando candidatos.



Este artículo fue publicado en Excélsior el 21 de Enero de 2016, agradecemos a José Buendía Hegewisch su autorización para publicarlo en nuestra página

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