viernes 29 marzo 2024

La extradición del Chapo, ¿sí o no?

por Pablo Hiriart

Si las decisiones se tomaran por aclamación, el Chapo Guzmán tendría que haber sido extraditado fast-track a Estados Unidos, pero estaríamos cometiendo un error.


Mandarlo a Estados Unidos sin más trámite sería admitir que somos incapaces de tener a un preso en la cárcel, y que sólo en Estados Unidos se puede hacer justicia.


Sí hay que extraditarlo, pero de acuerdo con los tiempos y procesos legales que hay de por medio, lo cual explicó la procuradora Arely Gómez, podría tardar más de un año.


Enviarlo como una papa caliente al otro lado de la frontera es admitir una minoría de edad que no tenemos. Y sobre todo es desconocer el daño que El Chapo Guzmán le ha hecho a México, por lo cual debe ser castigado en nuestro país.


Para muchas personas, entre ellas muy respetados periodistas como Roberto Saviano, es preciso extraditar al Chapo para que diga en Estados Unidos cuáles son sus nexos con empresarios y políticos en México.


A Estados Unidos se han enviado cientos de delincuentes mexicanos por la vía de la extradición, y hasta donde sabemos no han dado un solo nombre de empresario o político mexicano coludido con las drogas.


Tampoco han dicho cuáles son sus redes de lavado de dinero en los bancos de Estados Unidos, o en empresas de la Unión Americana.


Incluso prominentes narcotraficantes que fueron extraditados a Estados Unidos recibieron allá el beneficio del programa de testigos protegidos y rebajaron sustancialmente sus condenas.


Entre ellos, el primero de los Arellano Félix detenido en México, ya está libre en California.


A Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo y fundador de ese cuerpo diseñado para matar que son los Zetas, le dieron una rebaja de condena que en una década volverá a obtener su libertad.


Hoy Osiel Cárdenas Guillén purga condena en una cárcel de mediana seguridad en Estados Unidos. Y va a salir.


¿Qué nombres dieron? ¿Qué pistas arrojaron luego de su extradición? Hasta donde sabemos, ninguna.


Así es que olvidemos el argumento de mandar al Chapo a Estados Unidos porque “allá no la libran”. Es una verdad a medias.


El Chapo debe ir extraditado a Estados Unidos porque allá tiene cuentas pendientes con la justicia y es necesario cooperar entre vecinos. Nada más.


Y aquí en México hay que hacer la tarea pendiente en el sistema carcelario que es un desastre.


Como explicaba anoche Jorge Fernández en México Confidencial, de Azteca13, cerca del 90 por ciento de las cárceles mexicanas tienen autogobierno. Es decir, mandan los presos. Eso tiene que cambiar.


Extraditar al Chapo de manera fast track es una manera de rehuir el deber del Estado mexicano de hacer pagar sus delitos a un delincuente que ha hecho un daño inmenso al país, y admitir que somos una nación incapaz de tener a un preso en la cárcel.


Cuando lleguen los tiempos legales, sí, que haga maletas y se vaya a purgar sentencia a la Unión Americana. Antes no.



Este artículo fue publicado en El financiero el 13 de Enero de 2016, agradecemos a Pablo Hiriart su autorización para publicarlo en nuestra página

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