viernes 29 marzo 2024

La doctrina oscurantista en la SEP

por Julián Andrade

En 900 escuelas de educación primaria se adoctrinará a las niñas y a los niños. Les dirán que en el pasado se vivió una época sombría a la que ahora llaman neoliberalismo, con más soltura que precisión, y que amanecemos en la tierra de oportunidades que es la 4T. ¿Burdo? Pues sí. 

Es el programa piloto para impulsar el nuevo plan de estudios en el que estuvo trabajando la SEP en los últimos meses, excluyendo a los expertos y a sociedad, aunque realizando asambleas a mano alzada y que tendrá el corolario con la publicación de otra versión de los Libros de Texto Gratuitos.

¿Sabrán los padres de esas escuelas que sus hijos van a ser conejillos de indias de una barbaridad en términos pedagógicos? 

¿Les preguntaron y les informaron con puntualidad sobre las posibles consecuencias de un modelo que va contra la lógica académica?

Gilberto Guevara Niebla advirtió, desde hace meses, sobre la gestación de un esquema que rechaza el método científico y la ilustración misma. Lazó, junto a decenas de intelectuales, un llamado de alerta. 

En el fondo se trata de sustituir a la escuela como la conocemos, por una suerte de espacio comunitario, en el que las creencias convivan con las materias tradicionales para desplazarlas. Por eso no habrá calificaciones ni grados. Una especie de patio de recreo, pero con política, mucha política. 

Me parece que ni en los más profundos delirios se había planteado, y menos desde el propio poder, algo semejante. 

Lo más inquietante, es que lo que seguro van a lograr en la SEP es profundizar las desigualdades, ya que los niños que asistan a escuelas privadas van a tener una mejor formación y seguramente más oportunidades.

Es curioso cómo el gobierno que dice que primero son los pobres, se ceba tanto con ellos.  

¿Cómo llegamos a esto? Acaso porque las preocupaciones cotidianas, los escándalos del día, el aumento de la violencia, el desastre del sistema de salud y tantos asuntos, hacen que se pierda el foco, que lo trascendente pase desapercibido. 

La Educación Pública es una de las cuestiones más importantes, porque es ahí donde se dota de herramientas a las nuevas generaciones para enfrentar un horizonte de grandes desafíos. 

¿Es correcto que se pretenda hacer propaganda en las aulas? Por supuesto que no.  El daño será grande para miles de estudiantes que van a confundirse y mucho a la hora de contratar la realidad con la doctrina. Por ejemplo, en las lecciones de Medio Ambiente, que alguna habrá, ¿cómo le explicarán que en plana transición el gobierno invierte en proyectos que requieren energía fósil?

¿Les explicarán que muchos de los eventos catastróficos, como las inundaciones, las tormentas o inclusive las sequías, pueden tener que ver con el cambio climático? ¿Les contarán que el calentamiento en el planeta, desde la era de la industrialización, se debe a la acción humana?

Es un despropósito, por supuesto, y sería tiempo de que tomemos en serio lo que puede ocurrir si el programa piloto se convierte en la normalidad para los próximos años. Se puede revertir, es cierto, pero el daño perdurará. 

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