jueves 28 marzo 2024

L12, todo está siendo confuso

por Javier Solórzano

Con el peritaje de la L12 podríamos entrar en los terrenos en que a menudo asuntos de esta naturaleza terminan. Todo se vuelve confuso y no se termina por conocer realmente el origen y las razones del problema.

El colapso fue producto de elementos multifactoriales. No solamente tuvo que ver con la construcción o fallas de origen. Se debe considerar el hecho de que a lo largo de tantos años no se haya hecho un análisis minucioso sobre el desarrollo del tramo del Metro colapsado siendo que los vecinos y algunos especialistas referían lo que, a la vista, según ellos, se observaba y escuchaba ante el paso de los carros.

Recordemos que los primeros testimonios de los vecinos y de algunos usuarios después del colapso, coincidían en que cuando pasaba el tren por la zona se escuchaba mucho ruido y el vagón entraba en una especie de vado.

Un vecino nos dijo esa misma noche en nuestra transmisión que tenía la idea de que debido a ello le decía a sus amigos que “a ver si algún día no nos pasa algo”. Valdría la pena retomar los muchos testimonios en redes y medios de comunicación que se dieron a conocer esa misma noche y en días posteriores.

Presumimos que el hecho de que el paso del Metro produjera tanto ruido y que además los vecinos fueran viendo cómo se iba pandeando la vía, debió ser motivo de una atención mayor por parte de las autoridades.

Politizar el colapso es lo peor que puede pasar y es lo que está pasando. La versión de las autoridades de la capital sobre la tercera parte del informe de DNV, por cierto, sin permitir pregunta alguna, lleva a otro toma y daca en donde la “verdad” depende del lugar desde donde se vea.

Sería lamentable que se desacredite la investigación para tratar de hacerse a un lado con tal de salvar el pellejo, con información que se tiene por más vueltas que le den, tarde que temprano se van a conocer las responsabilidades de unos y otros.

El gobierno de la capital se ha venido enredando con el tema. Ha venido despotricando contra una empresa a la cual al momento de su contratación llenó de desbocados elogios. Los dos primeros reportes de la investigación resultaron casi un ejemplo del tipo de trabajo que se debe hacer ante hechos lamentables como el colapso.

Como andan las cosas podríamos pasar un largo tiempo sin saber exactamente lo que pasó. Puede ser que DNV no haya hecho bien su trabajo, lo cual en función de su experiencia y reconocimiento se ve remoto, o puede ser que las autoridades estén buscando evadir sus responsabilidades por diversas razones empezando con futuro político.

El asunto está entrando en los terrenos en donde pudiera ser que al final lamentablemente no conociéramos qué fue lo que sucedió.

El gobierno de la capital con tal de desacreditar el informe de DNV ha llegado a involucrar a organizaciones civiles que no tienen nada que ver. Han señalado que Mexicanos contra la Corrupción tenía la investigación, siendo que se dio a conocer a través de un reportaje del periódico español El País.

Mexicanos contra la Corrupción concentró su análisis no en la investigación, lo hizo con los trabajos que viene haciendo desde hace un año, la difusión tuvo que ver con el aniversario del colapso.

El discurso de la Jefa de Gobierno está metiendo el debate en los terrenos de la politización de la tragedia. Con la conferencia de ayer se trataron de atemperar las referencias a la presunta responsabilidad de los gobiernos de la ciudad. Lo que no quedó claro es si fue un intento por dar a conocer su versión, por no dejar la plaza vacía o por impedir que prevalezca la investigación de DNV.

No casualmente todo está siendo confuso.

RESQUICIOS

Donde también hay confusión es en el tema del espacio aéreo. El ingeniero Edmundo Barrera, exdirector de la Facultad de Ingeniería de La Salle, nos dijo ayer que sí hay un problema y que se vendrán otros con las nuevas disposiciones para enviar vuelos al AIFA, no se trata de irse “ …con su cuento a otro lado”.


Este artículo fue publicado en La Razón el 12 de mayo de 2022. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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