viernes 19 abril 2024

Incompatibilidad plena: donde Kirby y Orwell se juntan

por Óscar Constantino Gutierrez

La democracia liberal y el discurso identitario son irreconciliables,

la policía moral no es distinta de un comisariado soviético

Ayer atestigüé cómo dos personas decentes fueron agredidas por el delito de hacer preguntas racionales y respaldar principios democráticos. Fueron reprimidos por la policía del pensamiento, que incluso castiga el indagar. La parte censora era, al mismo tiempo, una encarnación de la abuelita buena del Cuarto Mundo y de un agente del Ministerio de la Verdad de la novela 1984. Si el “how dare you?” de Greta Thunberg resulta excesivo y ridículo, su versión tropical, en televisión nacional, lo hace parecer cándido y dulce. Tenía en la pantalla a un egresado de Columbia y a uno de los intelectuales más relevantes del país siendo ninguneados por ejercer su derecho a dialogar. No eran un par de palurdos trumpistas, sino unas de las personas más honradas que conozco. Y los trataron como usureros en una purga estalinista.

El sainete de ayer miércoles me refrenda que es imposible tender puentes de diálogo con aquellos que se sienten iluminados, superiores moralmente y benditos por su mera adscripción a una identidad específica: no buscan acordar, quieren imponer; no desean la paz, reclaman revancha; no exponen razones, ventilan sentimientos.

Macario Schettino ha insinuado que el problema identitario escalará a un conflicto violento, quizá una guerra. Estados Unidos nos ha dado varias pistas de esto. Igual que Chamberlain falló al querer dialogar con Hitler, los liberales están fallando al buscar consensos con los que se asignaron la superioridad moral de su ética inventada. Si en el espacio de mayor calidad de debate intelectual de la televisión en México resulta imposible que el conductor y uno de sus mejores panelistas puedan plantear el respeto a la Constitución y los derechos humanos como parámetros mínimos de atención a los problemas públicos, entonces este país es una teocracia sin dios, una autocracia barata con seudoprofetas emergentes a la espera de imponer su código de condenación.

La democracia vive una de sus épocas más oscuras: no sólo está bajo la amenaza de los demagogos populistas y los políticos antiliberales, sino que vive un ataque constante de una sociedad estupidizada por la ideología del resentimiento y las identidades. Estos grupos no creen que los humanos sean animales sociales, sino asumen que las sociedades son zoológicos con más especies que el del Bronx y que es necesario establecer castas y jerarquías entre especies, determinadas por el victimismo y la pureza moral.

Leo y Pablo: son muy valientes, honestos y mesurados. No se merecen el trato que recibieron. Solo recordaré que así se empezó en Alemania, quemando libros y expulsando profesores de las universidades, por no coincidir con el código del austriaco. Ayer se hizo evidente que Jack Kirby y George Orwell pudieron haber sido protagonistas de una de las vidas paralelas de Plutarco, qué pena que fueron ustedes las víctimas de la guardia imperial de Darkseid…

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