jueves 18 abril 2024

Lo más importante de todo es salvar vidas… que no sean neoliberales

por Gerardo Flores Ramírez

Ante una pregunta expresa sobre si se atendería la exigencia de los médicos y enfermeras que prestan sus servicios en hospitales privados, el presidente López Obrador primero se dedicó a destacar la forma en que se tiene supuestamente programada la aplicación de las vacunas contra el Covid, hablando de una supuesta estrategia que en realidad no lo es, pues ha quedado en evidencia una y otra vez que es algo que se ajusta a capricho, no solo del presidente, sino también de los grupos políticos que integran Morena y que ejercen el poder en las distintas regiones de nuestro país bajo la premisa del agandalle.

El presidente, de igual forma que cuando alega tener otros datos, afirmó que las decisiones sobre qué grupos ir vacunando secuencialmente en nuestro país se basan en las recomendaciones de los especialistas. Así, invirtió cerca de 12 minutos para describir un plan de vacunación que hoy sabemos se ha modificado en múltiples ocasiones, entre otras razones, porque no se hizo el trabajo político necesario con diversos países respecto de los cuáles debió preverse una eventual conducta discrecional para imponer barreras a la exportación de vacunas contra el Covid desde sus territorios. Se trata de un plan de vacunación para el que de repente no se cuenta con las jeringas necesarias para poder inyectar las dosis con las que ya se dispone en cierta región, como ocurrió en Tabasco hace cerca de dos semanas, simplemente porque a la autoridad encargada de las compras se le olvidó comprar el número suficiente.

CIUDAD DE MÉXICO, 09ABRIL2021.- Personal médico del sector privado se manifestó frente a Palacio Nacional. Denuncian que el gobierno los ha dejado de lado para la inmunización. FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

Ante la falta de una respuesta precisa y concreta, el reportero insistió en su pregunta, por lo que el presidente respondió con evidente incomodidad que no, que no está descartada la apertura de un proceso de vacunación para el personal médico privado, pero de ahí siguió un diálogo entre el presidente y el reportero, del que se desprendió esa declaración que tanto ruido hizo el viernes en las redes y en los programas de noticias, cuando a una nueva pregunta del reportero sobre si el personal médico privado tendrá que esperar, el presidente declaró: “Que nos esperen”.

Luego salió el peine, pues según el presidente, el movimiento del personal médico privado está orquestado por Reforma y desde su muy particular punto de vista, se trata de una de esas presiones a las que está acostumbrado.

Pues bien, con sus respuestas a las preguntas del reportero, el presidente exhibió que la estrategia de vacunación no es tal, porque no está construida con criterios objetivos para jerarquizar las prioridades según el riesgo y el papel que han tenido quienes integran ese ejército de profesionales de la medicina, de los técnicos de imagenología, de la enfermería, de la rehabilitación, de la limpieza de los hospitales, etcétera, independientemente si colaboran en el ámbito del sector público o desde el privado.

Utilizar un criterio de dejar al personal médico que también salva vidas, pero desde el ámbito privado, para que se formen en la fila general, conforme a sus edades, es un grave error, no solo es un acto de mezquindad -por las razones que se esgrimen para no incluirlos en la primera prioridad- sino un signo de ignorancia y de falta de talento para diseñar una estrategia sólida. Peor aún, el mensaje para la nación es terrible, parece que hasta las decisiones en materia de salud se definen en función de tu pertenencia a determinado grupo: los conservadores o la 4T. Lo que evidentemente habla de que los mexicanos enfrentamos un problema mucho más serio de lo que imaginábamos.

No considerar al personal médico privado en las prioridades de vacunación, y solo enfocarse en el personal médico del sistema de salud pública, equivale a que en un frente de guerra, se decida pertrechar bien a uno de los flancos que defienden determinada plaza, pero que al otro regimiento elegido para cuidar otro de los flancos importantes, simplemente se le deje a su suerte, sin suministros de armas, combustibles y alimentos. Evidentemente, ese flanco no tardará en ser avasallado por el enemigo, y con ello, el ejército defensor no tardará en verse superado y obligado a entregar la plaza. Así que valiente general el que se atreva a diseñar una estrategia así de mediocre.

CIUDAD DE MÉXICO, 09ABRIL2021. FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

Resulta muy preocupante que para lidiar contra un virus que ha probado ser mortal, el presidente López Obrador y su gobierno elijan criterios que más que eso parecen caprichos. Todo indica que en las decisiones, se valora mucho si tal grupo o región del país son afines a eso que el presidente insiste en llamar neoliberalismo.

El problema para el país es que la adopción de decisiones basadas consistentemente en la revancha, en el ajuste de cuentas ideológico, en la obsesión de machacarle a los demás grupos que conforman la sociedad mexicana que no votaron por él, retroalimenta una especie de anemia en la capacidad de crecer y ofrecer mejores posibilidades de desarrollo, que terminarán por hacer enojar aún más al hoy inquilino de Palacio, que lejos de reconocer que haber tomado decisiones con ese talante frenó muchísimas oportunidades, se empeñará en esa retórica divisionista para señalar como responsables del fracaso económico y de desarrollo, a los malditos neoliberales que le frenaron sus proyectos o programas más importantes.

El destino de México está hoy fielmente representado en la suerte de ese personal médico privado, que frente al Covid simplemente se encuentra completamente vulnerable.

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