jueves 28 marzo 2024

Hoyos presupuestales de la 4T

por Rafael Hernández Estrada

México tiene las finanzas públicas más débiles entre las principales economías del planeta. Su nivel de recaudación tributaria está por debajo de varias de las naciones centroamericanas, pues equivale solo al 16% del PIB. Esta condición limita el papel del Estado para impulsar el crecimiento económico del país por lo que, desde hace décadas, se requiere de una reforma fiscal integral para que se puedan captar los recursos requeridos en el desarrollo del conjunto de la economía en sus distintas regiones y ramas, de manera que se posibilite la creación de las empresas y los empleos necesarios y se apliquen políticas de reducción de la desigualdad y erradicación de la pobreza.

El nacionalismo revolucionario del PRI de los años sesentas y setentas eludió esa tarea porque importunaba a los dueños de los grandes capitales y porque los ingresos petroleros y la deuda externa le permitían sobrellevar el gasto público. El neoliberalismo, predominante desde los años ochenta, tampoco la emprendió dado su carácter instrumental de los intereses de los grandes capitales nacionales y extranjeros y por estar sujeto al dogma de reducción del gasto público y achicamiento del Estado.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador renunció a la reforma fiscal integral porque su política está anclada tanto en el nacionalismo revolucionario como en el neoliberalismo. Administra la crisis económica sin aplicar medidas contracíclicas y, dada la contracción del mercado petrolero, busca incrementar los ingresos mediante la cancelación de créditos fiscales y las amenazas a la masa de contribuyentes cautivos. En el caso de los grandes contribuyentes, presume que ha logrado que paguen sus impuestos, pero oculta que el monto de esos pagos ha sido equivalente a los jugosos contratos que les ha adjudicado sin licitación pública.

Puesto que estas medidas no le alcanzan más que resultados marginales, insuficientes para cubrir los hoyos presupuestales, López Obrador emprendió una política de tres pilares: 1) austeridad republicana, 2) saqueo de los ahorros estratégicos del Estado y 3) expansión de la deuda pública.

El resultado de esa austeridad republicana es la depauperación del servicio público, pues la reducción de las partidas de servicios generales a la cuarta parte dejó a las dependencias públicas sin lo necesario para operar (por lo que se presenta falta de mantenimiento de equipos e infraestructura, ausencia de consumibles, vehículos sin combustible, etc.). Además, provocó el despido de miles de personas que durante años fueron contratadas como eventuales o proveedoras de servicios al sector público (es el caso del profesorado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y de otras instituciones educativas, así como del caso del narrador Piter Chi, a quien nunca se pagó el sueldo devengado).

En segundo lugar, para disponer de miles de millones de pesos que resguardaban, el gobierno de la 4T desmanteló dos centenares de fideicomisos públicos, dejando a la sociedad sin recursos para enfrentar emergencias por desastres naturales, gastos catastróficos de enfermedades y tareas estratégicas como el desarrollo y la formación científica y tecnológica.

Contrario a lo que afirma el presidente en sus “mañaneras”, una tercera fuente de ingresos extra de su gobierno es el endeudamiento público. Usuario frecuente del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno lopezobradorista recurre a la deuda externa y ha roto récords en esta materia. Según informes oficiales de la SHCP, el Saldo Histórico de la Deuda Pública de México rebasó el 50% del PIB en los años 2020 y 2021, dejando atrás hasta al ejercicio de mayor endeudamiento del sexenio de Enrique Peña Nieto, que fue el de 2016.

Puesto que las medidas referidas se agotarán pronto y a que el gasto dedicado al clientelismo electoral y a las obras de relumbrón requerirá de erogaciones mayores, es previsible que el gobierno de la 4T se radicalice en sus decisiones fiscales. Ello podrá ocurrir no en atención a un proyecto económico alterno, sino forzado por el fracaso de su propia política.

Cincelada: La auténtica “Beca Claudia” es la que Álvarez-Buylla otorga generosamente, con cargo al Conacyt, a la parentela de la Jefa de Gobierno y otros próceres de la 4T.

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