viernes 29 marzo 2024

Gustavo Madero… contra su parricida

por Rubén Cortés

Gustavo Madero fue el padre de los enroques que condujeron a la dirigencia nacional del PAN a Ricardo Anaya. No tenía alternativas, porque Anaya era la mejor cara entre los aspirantes: joven, sin relación con moches ni casinos ilegales, conciliador…


Sin embargo, ni tardo ni perezoso, Anaya rompió con su valedor en cuanto fue ungido. La verdad, él tampoco tenía alternativas. Madero es la peor cara del PAN: como dirigente nacional, lo hundió en su peor crisis.


Al parricidio político de Anaya, Madero respondió ayer como si fuera de otro partido: en Twitter, apuntó que si Anaya llega a ser candidato presidencial del PAN, se le cuente en sus topes de campaña la publicidad que usa en tiempos oficiales.


“Si AMLO o RAC (Ricardo Anaya Cortés) llegan a ser candidatos que se les contabilice en su techo de campaña su publicidad en tiempos oficiales anterior”, colgó en su cuenta de Twitter.


Madero se siente agraviado con Anaya porque lo ha negado más de tres veces (y tampoco precisamente antes de que cante el gallo), pero qué podía hacer Anaya: Gustavo Madero es de lo peor que le ha pasado al PAN en los últimos años.


Con Madero, el PAN perdió un millón 344 mil 267 votos, 33 diputaciones federales, seis congresos locales, Sonora, y no pudo recuperar Nuevo León ni San Luis Potosí, que desde 1997 eran panistas; y quedó asociado con los moches de alcaldes panistas a cambio de asignaciones presupuestales.


Sólo el de Celaya recibió 160 millones de pesos a cambio de una comisión de 35 por ciento y la contratación de determinada constructora; e hizo diputado al exalcalde de Monterrey Fernando Larrazabal, cuyo hermano, Manuel Jonás, extorsionaba a dueños de casinos en Monterrey.


Y sólo le cedió la dirigencia para darse a sí mismo una diputación plurinominal con la idea de ser el coordinador de la bancada (que Anaya no le dio) y desde ahí acondicionar su rampa de lanzamiento para ser candidato presidencial en 2018.


Anaya, de 34 años, representa el impostergable cambio generacional en un PAN con una militancia en edad promedio de 60 años y obligado a superar (en una población mayoritariamente joven) el listón de 12 millones de votos que le dejó en las pasadas elecciones presidenciales Josefina Vázquez Mota.


Un pleito con Anaya no ayudará a Madero, quien debería imitar a Alicia, la del país de las maravillas, cuando el gato le pregunta “qué te parece la Reina”, y ella confiesa que no le gusta nada porque “es tan exagerada…”. En ese momento se percató de que la Reina estaba escuchándola, así que continuó:


“…tan exagerada en su gusto por ganar, que resulta difícil terminar el juego”.


Pues… está a tiempo, eh.

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