jueves 25 abril 2024

Gordillo y Gómez Urrutia: la última apuesta

por Julián Andrade

De los vientos de restauración del viejo corporativismo sobresalen dos personajes: Elba Esther Gordillo y Napoleón Gómez Urrutia. La exlíder de los maestros está en arresto domiciliario y el secretario general del sindicato minero vive en Canadá, desde donde ha ido sorteando acusaciones y órdenes de detención.

La primera fue detenida al inicio del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y el segundo entró en desgracia cuando gobernaba Vicente Fox.

Sobre ambos pesan acusaciones de malos manejos de las finanzas sindicales.
Pero más allá de su situación jurídica, tienen un peso específico y juegan a la política. Gordillo y Gómez Urrutia apoyan al candidato de Morena.

Transitaron, aunque con el apremio de la persecución y las acusaciones, del apoyo al régimen a una oposición contundente.

No es para menos, pero también da cuenta de las resistencias que enfrenta cualquier esfuerzo modernizador.

De todas las aportaciones del Pacto por México, la que generó mayores protestas es la reforma educativa, sobre todo por lo que tiene que ver con su carácter laboral.
Si bien la CNTE fue la punta de lanza de la oposición a la evaluación de conocimientos como un requisito para avanzar en el escalafón laboral, la molestia también anidó en corrientes y grupos del SNTE.

Por eso se está gestando un movimiento contra el dirigente del SNTE, Juan Díaz de la Torre.

Aprovechando una resolución del Juzgado Segundo de Distrito en Materia de Amparo, radicado en Tijuana, se está haciendo creer que la dirigencia sindical que suplió a Gordillo se encuentra en la ilegalidad.

En realidad, la suspensión provisional se refiere solamente a la toma de nota del 12 de marzo de 2013 y beneficia sólo a tres quejosos.

Lo interesante es que hay una rebelión incipiente en el propio SNTE, que está atada, necesariamente, a la próxima elección presidencial, donde los grupos que respaldan a Gordillo ya tomaron partido.

La operación está en marcha, pero no está exenta de dificultades, entre ellas las que enfrentará la propia Gordillo cuando le sean restringidas las visitas y las llamadas en su particular centro de reclusión, y en un momento en que empieza a insistirse en la necesidad de explicaciones acerca del destino de múltiples recursos del propio sindicato.

A Gómez Urrutia nunca le pudieron quitar el control de su agrupación, y los intentos de hacerlo terminaron en un verdadero desastre. Es más, son frecuentes las videoconferencias que se dictan desde Canadá para “dar línea” a los más diversos asuntos.

El futuro de los viejos líderes, hoy más que nunca, depende de su suerte política, y hoy la juegan a la que parece la mejor mano; pero esto puede cambiar en los próximos meses y ante resultados que, aunque se quiera aparentar otra cosa, no están definidos.


Este artículo fue publicado en La Razón el 15 de febrero de 2018, agradecemos a Julián Andrade su autorización para publicarlo en nuestra página.

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