jueves 28 marzo 2024

Galería Episcopal de la Catedral, Durango, Durango

por Rubén Aguilar Valenzuela

Edificio

La galería está en un segundo piso en la parte posterior del edificio de la catedral. Es una construcción del siglo XVIII.

Colección

Me llamaron la atención los magníficos libros de canto gregoriano. Hay 67 y van del año 1730 a 1796. Están pintados a mano. Son obra de Simón Rodríguez de Guzmán, José Remigio Puelles y Juan de Dios Rodríguez Leonardo. De este último hay también cuatro pequeñas acuarelas sobre papel con imágenes de santos que son muy buenas y datan de 1742.

Hay un magnífico tenebrario poblano de 1738, que tiene incrustaciones de concha nácar. Me gustaron dos óleos sobre lámina de cobre de autor anónimo del siglo XVIII. Hay una serie de 16 cuadros sobre la vida de la Virgen María, pintados por Francisco Clapera en lámina de cobre a finales del siglo XVIII. Se ve el tránsito del barroco al neoclásico.

Me gustó una Virgen del Refugio firmada por Miguel Cabrera en 1708. Hay una Santísima Trinidad de Francisco Martínez, quien estuvo activo entre 1718 y 1754, y trabajó en el norte de México. Hay dos buenos relicarios de latón con figuras de marfil bien trabajadas del siglo XVIII. Son interesantes tres anáforas de plata de mediano tamaño, para guardar los santos óleos fechadas en 1729.

Me llamaron la atención dos Cristo de marfil de factura oriental del siglo XVIII y dos figuras policromadas, una de José y otra de María, para ser llevadas en andas durante la celebración de las posadas y que son del siglo XVIII. El trabajo escultórico y la policromía son buenos. Resulta naif una custodia monumental de plata dorada con pedrería fechada en 1880.

La Sala de los Obispos tiene 29 retratos de los titulares de la diócesis de Durango de inicios del siglo XVII hasta el día de hoy. La colocación de los cuadros impide verlos bien. Su factura es muy desigual. Hay retratos firmados por José Juárez, Juan Corra y Francisco Rodríguez Juárez, pintores importantes de la Colonia, pero también muy malos retratos pintados recientemente.

En el segundo piso está también la sala capitular, que es parte del museo, a la que se entra por un estupendo arco de piedra del siglo XVIII. La dimensión del espacio con bóveda de cañón es interesante. En el altar se encuentra una buena Inmaculada de Miguel Cabrera. Hay muebles y diversos tipos de objetos. En la penúltima sala se pueden ver cuatro buenos trabajos de cera realizados por Catalina Lorenzana de Ríos ya en el siglo XIX.

Comentario

La colección está muy bien montada y en general la museografía es buena. Es un conjunto importante y notable en el norte de México. Me sorprendió. Es necesario un trabajo de restauración, para que los cuadros y los objetos luzcan más. En las escaleras hay una puerta de dos hojas de herrería, que puede ser de principios del XVII, que es muy hermosa.


Twitter: @RubenAguilar

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