viernes 10 mayo 2024

Futbol, cortinas de humo y teorías de la conspiración

por Irasema Rodríguez
Etcétera

Desde hace más de un año, el futbol mexicano no era noticia de primera plana en prácticamente toda la prensa nacional. Durante la Copa del Mundo Brasil, cuando se acarició la posibilidad de pasar a la ronda de cuartos de final fuera de territorio nacional, la Selección Mexicana de Futbol y su técnico, Miguel “El Piojo” Herrera, ocuparon importantes espacios más allá de las secciones deportivas de los diarios impresos; columnistas políticos abordaban el tema y periódicos como La Jornada, dedicaban más de siete páginas al equipo nacional tras cada uno de sus encuentros. Entonces, Miguel Herrera era elogiado por las televisoras, en especial para Televisa, donde era visto casi como un héroe.

Pero también por aquellos días, asomó su rostro la tesis de la cortina de humo. Durante junio y julio de 2014, se discutían en el Senado las iniciativas en materia de telecomunicaciones y estaba por debatirse el anteproyecto de la reforma energética. El columnista Fernando García Barquera, en Milenio Diario, el 19 de junio de 2014, advertía sobre que legisladores del PRD y algunos del PAN, como el senador Javier Corral, sostenían que el Mundial de Brasil sería usado por algunas fuerzas políticas “en complicidad con los medios de comunicación” como “distractor” para que el pueblo no ponga la debida atención en asuntos fundamentales para el país, como las reformas ya mencionadas.

Después de la justa mundialista, el futbol mexicano se quedó en las secciones deportivas hasta que a partir el lunes 27 de julio, se generó una nueva ola mediática alrededor de la Selección Mexicana de Futbol y Miguel “El Piojo” Herrera, luego de conquistar la Copa de Oro, tras un polémico torneo envuelto en un desempeño regular del equipo nacional y decisiones arbitrales controvertidas. Un altercado del todavía entrenador nacional y su con los cronistas de Televisión Azteca, Christian Martinoli y Luis García, en el Aeropuerto de Filadielfia generó de inmediato una reacción en redes sociales por parte de los principales medios de comunicación especializados en materia de deportes.

Una vez que se hicieron públicos los videos del incidente y que la Federación Mexicana de Futbol decidiera remover a Herrera de su cargo, el tema se convirtió en noticia más allá de la prensa deportiva; su cese y las causas que lo motivaron fueron tema de primera plana para todos los diarios y materia de conversación para analistas políticos. El Piojo pasó de héroe a villano.

Junto con esta nueva mediatización del futbol en la que “El Piojo” pasó de héroe a villano, de nueva cuenta aparecen las teorías de la conspiración. El reportero Jenaro Villamil, en un artículo titulado “La fábula del “Piojo” y la tragicomedia de “El Chapo”, publicado para el portal de Proceso el 28 de julio, advierte una sombra de “sospechosismo” de que el despido del técnico nacional se diera en un momento en que el peso pierde cada vez más terreno frente al dólar y cuando el Coneval da a conocer los niveles de pobreza en el país.

Al igual que el periodista estelar de Univisión, Villamil se plantea la paradoja de que por un lado, se despida al director de la Selección Nacional de Futbol y no a los funcionarios responsables de la fuga de “El Chapo” Guzmán. Ambos hacen notar el halo “distractor” del futbol sobre otros temas de mayor relevancia, pero Villamil va más lejos y asegura, sin pruebas, que los directivos de las televisoras, en particular Televisa, le ofrecieron al gobierno de Peña Nieto la cabeza de “El Piojo” Herrera. Para apuntalar su tesis, difunde algunos datos se encuestas recientes sobre la desaprobación a la gestión presidencial, pero sin establecer claramente la relación directa entre estos números y su afirmación.

El miércoles 29 de julio, el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, dijo “tener información” de que la caída de “El Piojo” fue orquestada en Los Pinos durante una reunión con los secretarios de Hacienda y Gobernación; el objetivo, según el político tabasqueño, crear una cortina de humo sobre los grandes problemas de corrupción y pobreza en el país. Pruebas no ofrece, pero basta que este personaje evoque a las tesis del complot para que sus simpatizantes, dentro y fuera de los medios las repliquen.

Lo cierto es que el futbol se asemeja a la política: ambos generan pasiones, grandes discusiones, escándalos mediáticos y por si no fuera suficiente, también desata las teorías de la conspiración y fábulas como las López Obrador, Jorge Ramos y Jenaro Villamil.

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