viernes 19 abril 2024

Freddie Mercury: la rapsodia de un bohemio

por María Cristina Rosas

Este texto se publicó originalmente el 24 de noviembre de 2011

El pasado 5 de septiembre, Farrokh Bomi Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury, habría cumplido 65 años. A lo largo de su vida, Mercury reiteró que él no llegaría a los 70 años porque no esperaba vivir “tanto”. Así que en este caso no aplica el estribillo de aquella canción de Paul McCartney, “When I’m Sixty-Four” (Cuando tenga 64 años). A manera de anécdota, se cuenta que en el marco de la revolución de Zanzíbar, que aconteció cuando Mercury tenía apenas 17 primaveras, un amigo cercano, Subash Shah, al ver tanta muerte y destrucción preguntó a Freddie: “¿Cuántos años crees que vivirás?”. La respuesta de Mercury fue profética: “Por alguna razón, el número 45 viene a mi mente”.1 El domingo 24 de noviembre de 1991, aproximadamente a las 18:48 horas, y a la edad de 45 años, Freddie Mercury falleció a consecuencia de una imbatible bronconeumonía imposible de combatir ante el VIH/SIDA que padecía desde 1987. Así, moría el hombre y nacía la leyenda.

Este enigmático artista nació en Stone Town, Zanzíbar (hoy territorio semiautónomo de Tanzania) en 1946, en el seno de una familia perteneciente a la comunidad parsi (iraní o persa). Sus padres eran oriundos de Bombay (hoy Mumbai), India, aunque se habían mudado a Zanzíbar. El padre de familia, Bomi, trabajaba en los tribunales del gobierno colonial británico como cajero, en tanto Jer, su esposa, se dedicaba al hogar. La familia Bulsara profesaba la fe zoroastriana o mazdeista, religión monoteísta creada por Zoroastro o Zaratustra.2 En 1952 vio la luz la hermana de Farrokh, Kashmira. Para los estándares de Zanzíbar, la familia Bulsara era de clase media, dado que contaba con servidumbre y un automóvil.3

Se cuenta que el pequeño Farrokh era sumamente tímido y muy apegado a su mamá y hermanita. A pesar de ello, como los padres de Farrokh querían que su hijo recibiera una buena educación, decidieron enviarlo a India, algo a lo que el pequeño se resistió –aunque sin éxito–, porque no quería separarse de su familia.4 Pero, antes de continuar, hay que explicar algunas características de ese territorio africano donde residían los Bulsara, dado que los acontecimientos que ahí se sucedieron fueron determinantes en la vida del protagonista de este recuento.

Zanzíbar, territorio multiétnico

Zanzíbar es un archipiélago localizado en el Océano Índico, a distancias que oscilan entre los 25 y los 50 kilómetros de la costa oriental africana, frente a Tanzania. En la época de los viajes de exploración o “descubrimientos” geográficos, los portugueses arribaron a Zanzíbar, estableciendo su tutela sobre las islas por espacio de 200 años. Hacia 1698, Zanzíbar cayó en manos del sultanato de Omán, que impulsó actividades económicas como la plantación de especias –de ahí el mote que recibía el archipiélago de “islas de las especias”– y el comercio de marfil, además del tráfico de esclavos. Las ínsulas eran gobernadas por el sultán de Zanzíbar, una emblemática figura cuyo poder político se extendía a una parte considerable de la costa oriental africana, en gran medida por el control de las rutas comerciales. Esta situación explica la presencia de árabes, persas e indios en las ínsulas, algo que generó tensiones étnicas con las comunidades locales y que en el siglo XX derivarían en lamentables y sangrientos conflictos.

En el siglo XIX, Zanzíbar era el principal puerto de África oriental para el comercio de esclavos. Empero, el movimiento abolicionista fue uno de los factores que contribuyó a que las ínsulas quedaran bajo el dominio británico en calidad de protectorado –no de colonia, aunque para efectos prácticos era casi lo mismo–, si bien subsistían tensiones por el control de estos territorios con Alemania. Eventualmente, en 1890, el Imperio Británico y Alemania suscribieron un acuerdo mediante el cual los germanos se abstendrían de intervenir en los asuntos de Zanzíbar.

Entre 1890 y 1913, Zanzíbar fue gobernado por visires títeres, y de 1913 a 1963 el sistema cambió a favor de los residentes británicos en las ínsulas. En diciembre de 1963, los isleños obtuvieron la independencia concedida por Reino Unido y en 1964 estalló la sangrienta revolución de Zanzíbar en la que miles de árabes, persas e indios fueron víctimas de acciones genocidas, en tanto otros miles más fueron expulsados o simplemente huyeron para salvar sus vidas. La revolución de Zanzíbar se explica, en parte, por la persistencia de la minoría árabe de mantenerse en el poder, por lo que la gesta revolucionaria buscaba poner fin al dominio establecido por dicha minoría por espacio de 200 años en las ínsulas.

Infancia y juventud de Farrokh Bulsara

Cuando Farrokh cumplió ocho años, sus padres decidieron enviarlo al internado St. Peter’s, en una localidad ubicada a unas 50 millas de Bombay (hoy Mumbai), en India, esto para que tuviera una instrucción adecuada. El internado estaba cerca del hogar de sus tíos y abuelos, con quienes Farrokh solía pasar las vacaciones cuando no viajaba a Zanzíbar para ver a sus padres.5 Hasta aquí es posible visualizar la multietnicidad de Farrokh, cuya nacionalidad era tanzaní (por nacimiento), india (por sus padres), iraní (o parsi, igualmente por sus padres), y también británica (por poseer su padre, pasaporte británico).

En esos años, Farrokh usaba unos dolorosos frenos bucales y era motivo de burlas de parte de sus compañeros en la escuela, si bien, pese a todo, fue haciendo amigos. En el internado de St. Peter’s, el pequeño Bulsara mostró habilidades deportivas, en particular, en el ping pong. St. Peter’s era una escuela muy prestigiada, en la que los estudiantes recibían instrucción de conformidad con estándares universitarios, y si bien admitía a alumnos que profesaban diversos credos, era una institución de la iglesia británica, amén de que aplicaba también los métodos del sistema de educación pública del Reino Unido.6

A los 10 años, Farrokh dejó entrever su afición por la música, al ingresar al coro de la escuela. Por si fuera poco, sus dotes histriónicas afloraron al participar en obras de teatro escolares. Su tía Sheroo, al tanto de las inquietudes de Farrokh, le compró pinturas de óleo, además de que al percibir los intereses musicales del pequeño, convenció a sus padres para que le pagaran clases de piano adicionales.

En esos tiempos, los niños y jóvenes escuchaban la música de moda en la radio. Farrokh tenía una gran facilidad para reproducir en el piano prácticamente cualquier canción que llegaba a sus oídos, india u occidental. Los cantantes que más le gustaban al joven Bulsara eran Little Richard, Fats Domino y Cliff Richard, pero incluso con sus limitados conocimientos de hindi, escuchaba los éxitos del momento y rápidamente los reproducía en el piano.

Farrokh formó The Hectics, su primer grupo musical, una banda de rock and roll que actuaba en las fiestas del colegio. En el grupo, Farrokh tocaba el piano mientras sus compañeros Murray, Branche, Rana y Farang Irani se hacían cargo de cantar, tocar la guitarra, la batería y el bajo, respectivamente. El grupo, fascinado con la música popular occidental, interpretaba las canciones de moda, por ejemplo, las de Elvis Presley, si bien rara vez se presentaba fuera de la escuela.

A los 12 años, Farrokh obtuvo un reconocimiento escolar por su desempeño académico y deportivo. En ese tiempo destacó en el cricket y en el boxeo, donde, sin embargo, generalmente era muy lastimado en la boca, debido al tamaño de sus dientes. En los siguientes años, sin embargo, Farrokh se abocó a las artes y sobre todo a la música, por lo que su rendimiento escolar disminuyó. Uno de sus biógrafos, Mark Blake especula que, a medida que la adolescencia y los cambios hormonales afloraron, Farrokh comenzó a tomar conciencia no sólo de su sexualidad, sino sobre todo de sus preferencias. Aun cuando hay poca información sobre el comportamiento del joven Bulsara en la escuela en esos tiempos, tras su muerte se esparcieron rumores que señalaban que Farrokh se involucró sentimentalmente con un chico de mayor edad y que, en consecuencia, al descubrirse su homosexualidad ciertamente comenzó a tener problemas personales y familiares. Baste mencionar que la fe zoroastriana prohíbe la homosexualidad, a lo que hay que sumar el conservadurismo imperante en la familia Bulsara por generaciones.7

En cualquier caso, Farrokh regresó a Zanzíbar en 1962 y estaba obligado a terminar sus estudios en Stone Town. Para ese tiempo, la popularidad de Cliff Richard, Fats Domino y Little Richard empezaba a declinar, mientras que The Beatles incursionaban en el escenario de la música en la Gran Bretaña y el mundo. Farrokh dedicaba buena parte de su tiempo a reunir artículos publicados en diarios y revistas británicas dedicados a la música y a diversos artistas, que llegaban a Zanzíbar con semanas y a veces meses de atraso. En su cumpleaños, Farrokh recibió una grabadora con la que por las noches escuchaba –y almacenaba- programas de radio británicos.8

Como es de imaginar, la vida de la familia Bulsara cambió dramáticamente debido a la revolución de Zanzíbar, misma que comenzó el 12 de enero de 1964. Eran momentos muy difíciles para los residentes, como los Bulsara, y dado que Bomi contaba con pasaporte británico, la familia emigró a Feltham (Middlesex, Inglaterra) en marzo del mismo año. Inicialmente, los Bulsara se alojaron con familiares, y más tarde adquirieron una casa. Bomi encontró trabajo como contador en una compañía local de suministros en tanto Jer se empleó como asistente en una tienda. Sin embargo, las condiciones en que se encontraban los Bulsara, en un país y vecindario extraños, con ingresos muy modestos y en calidad de inmigrantes, afectaron negativamente a todos sus integrantes, excepto a Farrokh, quien estaba feliz de vivir en la Gran Bretaña y le infundía ánimos a su familia. De hecho, el joven Bulsara estaba presto a asistir a alguna escuela de arte, pero no reunía los estándares académicos para ello, por lo que se inscribió en un curso en el Politécnico de Isleworth. Sus padres deseaban que “sentara cabeza” y estudiara una carrera “respetable” como la de contador o abogado, a lo que Farrokh replicaba con un “no tengo cabeza para eso.”9 Su madre, Jer, refiere que Farrokh escribía ya algunas canciones en ese tiempo y las guardaba debajo de su almohada antes de ir a la escuela. La madre de familia lo amenazaba con tirarlas a la basura, mientras Farrokh le imploraba no hacerlo, dado que eran “muy importantes para él.”10

La insistencia de Farrokh, quien quería asistir a una escuela de arte -sobre todo porque él sabía que las estrellas de la música popular así lo habían hecho-, rindió frutos. En ese tiempo sus compañeros de escuela lo llamaban “Fred” o “Freddie.”11 Así, el joven Bulsara estudió mucho y terminó su curso en el Politécnico de Isleworth, lo que le abrió las puertas del Ealing College of Art, donde, a partir de septiembre de 1966, inició un curso de diseño gráfico. Sobre este episodio Freddie comentaba: “asistí a la escuela de arte con el propósito de obtener mi diploma, lo que logré, y me convertí en artista gráfico –deseando prosperar en esa profesión como freelance. La música siempre era algo secundario, pero empezó a crecer [en importancia]. Cuando terminé mi curso de diseño, estaba harto. Ya no quería saber más. Pensaba “no creo que vaya a hacer una carrera con esto porque mi mente no está puesta en ello.” Así que decidí divertirme con esa parte musical [que me encantaba] por un tiempo. Todos quieren ser estrellas, y entonces asumí que yo podía serlo ¿por qué no?.”12

Por supuesto que Freddie, al dedicar más y más tiempo a la música, no sólo inquietaba a su familia, sino también a los vecinos, muchos de los cuales eran personas de edad avanzada y se quejaban del “ruido” que producía este joven cuando ensayaba y cantaba con su extraordinaria voz y fue entonces que decidió mudarse a Kensington, en el centro de Londres. Cabe aclarar que sus estudios de diseño gráfico no fueron una pérdida de tiempo. Cuando Jimi Hendrix irrumpió en el escenario en 1967, Freddie, fan declarado, invirtió un tiempo considerable dibujando y haciendo diseños alusivos a su ídolo, y muchos de esos dibujos cubrían las paredes de su nueva departamento en Kensington.

Fue en esta época que el bajista Tim Staffell, compañero de estudios en el Ealing College, desarrolló una cercana amistad con Freddie. Gracias a esa amistad, Staffell presentó al joven Freddie, a los miembros de una agrupación llamada Smile: Brian May, quitarrista, y Roger Taylor, percusionista. Tim era bajista y vocalista del grupo, que sobre todo interpretaba rock pesado. Freddie, fascinado con Smile se convirtió en fan y seguidor. Smile también inspiró a Freddie para involucrarse activamente en la música con una agrupación, algo que no hacía desde su estancia en India. Así, Freddie participó en distintos proyectos, siendo uno de los más importantes Ibex –que posteriormente cambió su nombre a Wreckage-, aunque tuvo una corta vida (nació y se desintegró en 1969). Otra banda en la que participó fue Sour Milk Tea. Todo esto fue el preámbulo de Queen, que se formó cuando Tim Staffell decidió seguir su carrera en solitario, abandonando a Smile y Freddie se unió a Brian May y Roger Taylor. Queen fue el nombre del grupo que eligió Freddie, quien para entonces comenzó a usar el apellido Mercury.

Queen: los reyes del rock

El grupo claramente requería un bajista y convocó y probó las habilidades de varios, si bien no encajaban en la dinámica y el perfil de la banda. A finales de 1970, el bajista John Deacon presenció por primera vez un espectáculo de Queen y en 1971 un amigo lo presentó con May y Taylor, quienes habían hecho público su deseo de contar con un bajista de manera permanente. Unos días después, Deacon participó en una audición y se ganó el puesto a los 19 años de edad, lo que lo convertía no sólo en el último miembro en integrarse, sino también en el más joven.

Uno de los aspectos que distingue a Queen de otras agrupaciones musicales, es que a todas luces rompió con el estereotipo de que “si eres malo en la escuela, debes crear tu propio grupo de rock.” Todos los integrantes de este grupo, con la excepción de Mercury, tenían estudios profesionales “Soy el único en la banda, con una formación artística. Los otros eran todos científicos; Roger era biólogo, John experto en electrónica, y Brian era físico. Ni siquiera en mis sueños más locos me habría imaginado que alguien como Brian, un astrónomo de infra-rojos, tomaría una guitarra y se pondría a rocanrolear, así que ¡ahí tienen!”, decía Mercury.13 De hecho Brian May posee un doctorado en astrofísica que obtuvo en el Imperial College en 2007 y actualmente es presidente de la Universidad John Moores de Liverpool. Eso demuestra que una cosa no está peleada con la otra: se puede ser el séptimo mejor guitarrista de todos los tiempos,14 escribir canciones tan exitosas como Who Wants To Live Forever? (¿quién quiere vivir para siempre?) y también contar con títulos y responsabilidades académicas.

Pensé en el nombre Queen desde tiempo atrás. Era un nombre de linaje y sonaba espléndido. Es fuerte, muy universal, e inmediato. Poseía mucho potencial visual y estaba abierto a toda clase de interpretaciones (…) Yo ciertamente estaba consciente de la connotación gay, pero esa era sólo una faceta de [Queen]. De cualquier forma, nosotros preferíamos pensar a Queen en el sentido del abolengo (…) Nos preocupaba que el nombre le diera a las personas una idea equivocada, pero sabíamos que nuestra música superaría esa imagen porque nos habíamos concentrado en crear un buen producto todo el tiempo”,15 explicaba Mercury, a propósito de la denominación de la agrupación.

El logo característico de Queen fue también obra de Mercury. Se le conoce como “la cresta de Queen” y se integra por los signos zodiacales de los cuatro integrantes del grupo: dos leones por John Decon y Roger Taylor, ambos nacidos bajo el signo de leo; un cangrejo por Brian May, del signo cáncer, y dos hadas por Mercury, del signo virgo. Los leones literalmente abrazan una estilizada letra Q; el cangrejo reposa en la parte de arriba de la letra Q con llamas que se levantan sobre él; y cada una de las hadas se aloja debajo de los leones. Una simple mirada a la imagen del logo remite al escudo de armas del Reino Unido.

El primer álbum de Queen vio la luz hasta julio de 1973, luego de dos años de presentaciones en Londres y alrededores. El long play replicaba el nombre del grupo y fue muy bien recibido por la crítica. Incluye canciones escritas por May y Mercury y sólo una a cargo de Roger Taylor. El siguiente álbum, Queen II saldría al mercado en marzo de 1974 y se le recuerda por la famosa fotografía que muestra con un fondo negro los rostros de los cuatro integrantes -que sería empleada en numerosas ocasiones posteriores y también en el video de la celebrada Bohemian Rhapsody (rapsodia bohemia) canción que formaría parte del cuarto acetato de la agrupación, A Night at the Opera (una noche en la ópera) que data de 1975. Entre la segunda y la cuarta producciones discográficas de Queen, figura el álbum Sheer Heart Attack (ataque fulminante al corazón) de 1974, considerado como uno de sus mejores trabajos.

Regresando a A Night at the Opera, es ineludible referirse a la Bohemian Rhapsody, una de las mejores canciones de todos los tiempos y prácticamente la carta de presentación de Queen desde los 70 y para las generaciones futuras. Es una canción extraña que no tiene estribillo, que comienza como balada, continúa con un solo de guitarra a cargo de Brian May –considerado como uno de los mejores solos de guitarra por los expertos y que, por cierto, es una adición a la canción escrita en su totalidad, salvo este segmento, por Mercury-, para seguir con un fragmento operístico y una parte de rock pesado, terminando nuevamente con una balada. Incluso para los estándares contemporáneos, es una canción larga, que enfrentó el problema en octubre de 1975, cuando fue dada a conocer, de que las estaciones de radio se resistían a transmitirla en su totalidad, pese a lo cual Queen se resistió a editarla. En cualquier caso, la Bohemian Rhapsody es considerada reiteradamente en diversas encuestas, como la mejor canción del siglo XX, por encima, inclusive, de Imagine de John Lennon.16

Las siguientes producciones discográficas de Queen incluyeron A Day at the Races (un día en las carreras) en 1976; News of the World (noticias del mundo) en 1977; Jazz en 1978; The Game (el juego) en 1980 y en ese mismo año la célebre Flash Gordon; Hot Space (espacio caliente), en 1982; The Works (los trabajos) en 1984; A Kind of Magic (una especie de magia), en 1986; The Miracle (el milagro) en 1989; Innuendo en 1991 -el último que vio la luz antes de la muerte de Mercury-;17 y Made in Heaven (hecho en el cielo), en 1995.

A principios de los 80, tras las consabidas fricciones entre los integrantes de Queen, parecía que el grupo estaba en declive, amén de que cada miembro decidió desarrollar proyectos musicales en solitario. En 1981 salió al mercado Queen. Greatest Hits, un álbum que reunía los sencillos más vendidos del grupo desde 1974 hasta los del long play más reciente en ese momento que era The Game. Es importante hacer notar que hubo variaciones en los contenidos de esta compilación de grandes éxitos, dado que en diversos países y regiones se incluyeron y excluyeron múltiples temas de manera aleatoria porque no existían suficientes “número uno”, en tanto algunas canciones que fueron exitosas en ciertas latitudes no lo fueron en otras. Por lo tanto, se optó por incluir diversos temas que no necesariamente habían sido los más grandes éxitos de la agrupación.

En los hechos, Freddie Mercury figura como el más prolífico o al menos el que tuve el mejor tino en términos comerciales para Queen, toda vez que de las 17 canciones incluidas en el álbum Greatest Hits –al menos en su versión británica original-, 10 fueron escritas por él, a saber: la ya citada Bohemian Rhapsody; Seven Seas of Rhye (siete mares de Rhye); Killer Queen (reina asesina); Somebody to Love (alguien a quien amar); We Are the Champions (somos los campeones); Good-Old Fashion Lover Boy (joven amante a la antigua); Bicycle Race (carrera de bicicletas); Don’t Stop Me Now (no me detengas ahora); Crazy Little Thing Called Love (esa pequeña cosa llamada amor); y Play the Game (juega el juego). A propósito de esta lista, el pasado 29 de septiembre, un grupo de científicos concluyó que We Are The Champions es la canción más pegajosa de todos los tiempos.18

Queen en México y los zapatazos

Muchas cosas se decían sobre el fin de Queen. Al respecto, Mercury comentaba: “los rumores de que Queen se está separando siempre están presentes. Pareciera como si algunas personas quisieran que nos desintegráramos. Dios sabe por qué. Sí, hay muchas tensiones y estrés en el grupo, y muchas veces tenemos pugnas muy fuertes, pero luego se disipan. No es verdad que siempre peleemos. Digamos que hay un nivel de tensión que a menudo nos empuja a situaciones complicadas. Pero una vez que nos dedicamos a nuestras cosas y hacemos música, todo lo demás se olvida. Además, prefiero tener la oportunidad de explotar que tener días de tensión donde nadie se habla y que son muy contraproducentes.”19

Mientras continuaban esos rumores, Queen desarrollaba su gira denominada The Game Tour, la cual fue de las más largas de la agrupación, y que tuvo la peculiaridad de incluir a países no contemplados en presentaciones previas –las cuales se centraban en EEUU, Canadá y Europa. En esta oportunidad (1981), México, Venezuela, Argentina y Brasil serían visitados por primera vez.

En el caso de México, la visita de Queen allanó el camino para que otras célebres agrupaciones y cantantes de renombre, se presentaran en el país en los siguientes años. Hay que recordar, por ejemplo, que en 1965, se pretendía que The Beatles cantaran en México, pero el autoritarismo de los gobernantes –en particular del entonces regente de la ciudad de México, Ernesto Uruchurtu- se impuso con el argumento de que el cuarteto de Liverpool “era un mal ejemplo para la juventud.”20 Se argumentaban también problemas de infraestructura –se ventilaron el Auditorio Nacional y el estadio de la ciudad de los Deportes para su presentación- y se dijo también que el público mexicano “no estaba preparado” para espectáculos de ese tipo. Por eso la presencia de Queen en territorio nacional con tres conciertos –uno en Monterrey, en el estadio Universitario de Nuevo León, el 9 de octubre; y dos en Puebla, en el estadio Ignacio Zaragoza el 17 y el 18 de octubre- causó una inmensa expectación, si bien se produjeron diversos incidentes, en particular durante la presentación del cuarteto el 17 de octubre en Puebla.

Quienes asistieron al concierto en Puebla destacan la mala organización imperante, la falta de seguridad de parte de las autoridades y claro, el comportamiento de muchos asistentes, que no fue el más adecuado. Queen interpretó sus grandes éxitos: Somebody to Love, Flash, Crazy Little Thing Called Love, Bohemian Rhapsody y cuando llegó el turno de Another One Bites the Dust (otro más que muerde el polvo), Freddie Mercury apareció en el escenario portando un gigantesco sombrero. Parece ser que el público lo tomó muy mal –por aquello de los estereotipos- porque a continuación comenzó a arrojar diversos objetos al escenario, incluyendo unas pantimedias, comida, basura y ¡hasta zapatos! Al término del concierto, luego de interpretar la célebre God Save the Queen (Dios salve a la reina), Freddie Mercury se despidió diciendo: “Muchas gracias Puebla, México. Thank you for the shoes (gracias por los zapatos), adiós amigos you mother fucker (hijos de puta), goodbye tacos goodbye.21 La frase “gracias por lo zapatos” fue la nota en los días y meses siguientes para reseñar la presencia de la legendaria agrupación británica en territorio nacional.

Freddie Mercury en solitario

A fines de 1982, Queen se dio un descanso. Su popularidad había decaído sensiblemente en Estados Unidos, entre otras razones por los problemas con su sello discográfico, por la falta de promoción en la radio y el rechazo que generó en la Unión Americana el video del sencillo I Want To Break Free (quiero ser libre), donde Queen aparece con ropa de mujer –aunque en el Reino Unido, el video fue un éxito.

Brian May, Roger Taylor y Freddie Mercury habían concretado álbumes en solitario, si bien es justo señalar que posiblemente ninguno de ellos había logrado forjarse una identidad independiente de Queen. Brian May solía comentar en ese entonces que Queen era como la “nave nodriza”22 en el entendido de que la agrupación funcionaba sólo con la plena participación de sus integrantes.

En cualquier caso, la carrera de Mercury como solista fue interesante. Comenzó alquilando los estudios Musicland en Munich y de la mano de Giorgio Moroder produjo su primer sencillo, Love Kills (el amor mata) en 1984, que tuvo amplia aceptación y fue la base para su siguiente proyecto que vería la luz en 1985, cuando lanzó I was born to love you (nací para amarte) y luego presentó el álbum Mr Bad Guy (el señor malo). Dos años después, volvió a los estudios de grabación para hacer un remake de The Platters titulado The great pretender (el gran simulador) que fue igualmente un éxito.

Previamente, en 1983, escuchó por primera vez a la extraordinaria soprano Montserrat Caballé en una presentación de ella en el Royal Opera House de Londres, y quedó fascinado con su interpretación. En los primeros meses de 1987, Mercury voló a Londres para proponerle, personalmente, una colaboración que derivaría en el álbum Barcelona, que incluye el sencillo del mismo título pensado como tema para los juegos olímpicos que se llevarían a cabo en la ciudad catalana en 1992. De hecho la última actuación en vivo de Mercury fue justamente con Caballé el 8 de octubre de 1988, dado que la enfermedad que padecía el genial músico comenzó a tornarse muy evidente, haciendo estragos en su apariencia y generando fuertes rumores en los medios sobre su estado de salud.

Live Aid 1985 y el resurgimiento de Queen

El 13 de julio de 1985, Bob Geldof y Midge Ure organizaron el concierto Live Aid a fin de reunir fondos que permitieran apoyar a Etiopía, agobiada por la hambruna. El evento se llevó a cabo simultáneamente en el estadio de Wembley, en Londres, con la asistencia de unas 72 mil personas, y también en el estadio John F. Kennedy, en Filadelfia, al que concurrieron 100 mil personas. El concierto sirvió de inspiración para eventos similares en otras latitudes, como Australia y Alemania. El evento, además, fue transmitido en vivo y se le considera uno de los que ha logrado captar más audiencia al ser visto por casi dos mil millones de personas en 150 países del mundo.23

Geldof y Ure escribieron la canción Do They Know It’s Christmas? (¿saben ellos que es navidad?) que reunió en un estudio de grabación a unas 40 celebridades incluyendo a Sting, Bono, George Michael, Duran Duran, Culture Club, etcétera. La canción, dada a conocer el 7 de diciembre fue uno de los sencillos más vendidos en la historia, generando ingresos por 8 millones de libras esterlinas, que serían empleadas para enviar ayuda alimentaria a la agobiada Etiopía. Esta experiencia sería reproducida en Estados Unidos, con la canción We Are The World (somos el mundo), escrita por Michael Jackson y Lionel Ritchie, que convocó en el estudio de grabación a luminarias como Bob Dylan, Bruce Springsteen, Steve Wonder, Tina Turner, Billy Joel y Ray Charles, entre otros. Bob Geldof también participó en las sesiones de esta grabación.

Por su parte, el concierto Live Aid celebrado en Londres y en Filadelfia generó ingresos por 40 millones de libras esterlinas.24 Mark Blake sostiene que Live Aid fue un hito en la historia de la música contemporánea, toda vez que marcó un antes y un después: fue testigo de la decadencia de algunas celebridades; fue igualmente la plataforma para nuevos artistas que catapultaron sus carreras; y, más importante, fue el escenario en que Queen no sólo resurgió, sino que se consagró como uno de los grupos de rock más importantes. “De aquí en adelante, el grupo parece invencible. Mercury juega con la audiencia, flexionando sus cuerdas vocales con una dinámica de llamada-respuesta (…) ‘Ellos [Queen] entendieron la idea de que Live Aid era una rocola global’ comentaba Geldof, ‘y que Freddie podía ofrecerse a todo el mundo.’”25

La participación de Queen en el concierto Live Aid fue de 20 minutos, en los cuales se echó a la bolsa a la audiencia con la Bohemian Rhapsody, Crazy Little Thing Called Love, We Are The Champions, Radio Ga Ga, y We Will Rock You, logrando hasta que quienes no eran fans, cayeran rendidos ante la magia de Brian, Roger, Paul y, por supuesto, Freddie. Tras el éxito de Live Aid, los integrantes de Queen regresaron con entusiasmo a los estudios de grabación, si bien la enfermedad de Freddie les permitiría realizar solamente tres álbumes más en vida de éste, y otro más de manera póstuma.

Freddie Mercury y Michael Jackson

Parafraseando aquello de que “dinero llama a dinero”, la relación profesional entre Freddie Mercury y Michael Jackson podría resumirse en las siguientes palabras: “genialidad llama a genialidad.” El encuentro entre ambos talentos se produjo a principios de la década de los 80, cuando Mercury pasaba de los 30 años y Jackson tenía poco más de 20 primaveras. Eran los tiempos en que el álbum Off The Wall de Jackson batía récords de ventas en anticipación al lanzamiento de la célebre producción Thriller. Por su parte Mercury -con Queen- daba a conocer en 1978 Jazz, que recibió duras críticas de parte los musicólogos, si bien la canción Crazy Little Thing Called Love, escrita en 1979 en una suerte de homenaje a Elvis Presley, causó furor en Estados Unidos y Canadá, haciendo del álbum en que apareció –The Game, en 1980- el mejor vendido en la Unión Americana respecto al resto de la discografía del grupo. Es razonable suponer entonces, que ante los éxitos tan abrumadores de Jackson y Mercury, se desarrollara una empatía y admiración mutua. Posiblemente también influyó que Mercury y Jackson pertenecían a sendas minorías étnicas –a Mercury se le conoce como la primera estrella de rock asiática, en tanto Jackson rompió barreras raciales en la industria del espectáculo, cuando inclusive cadenas como MTV sólo transmitían videos y conciertos de artistas blancos.

En 1978, John Deacon escribió la canción Another One Bites the Dust, la cual le fue ofrecida a Michael Jackson para el álbum Off The Wall. Quincy Jones, productor de Off The Wall, rechazó la canción por considerarla inapropiada. Sin embargo, Jackson convenció a Queen de grabar el tema –parece ser que a los integrantes de la banda no les gustaba del todo-, y el consejo resultó muy afortunado, dado que se convirtió en un éxito enorme en Estados Unidos y el mundo.26

Con estos antecedentes, a principios de los 80, Freddie Mercury anunció públicamente su deseo de grabar con Michael Jackson, algo que aparentemente iba a suceder en el álbum Thriller del rey del pop. “Me gustaría hacer algo con Michael porque él es realmente una persona maravillosa para trabajar. Ha sido nuestro amigo desde hace tiempo. Solía venir a ver nuestros shows todo el tiempo, y así fue como creció la amistad. Siempre estuvimos interesados en los estilos mutuos. Yo le presentaba regularmente cada nuevo álbum de Queen una vez que estaba editado y él hacía lo propio conmigo. Y seguíamos diciendo: “¿por qué no hacemos algo juntos?””27

Sin embargo, en ese momento Jackson tenía una colaboración muy estrecha con Paul McCartney, quien participó en el citado álbum Thriller en un dueto en la canción The Girl Is Mine. Se cuenta que era Mercury quien originalmente había sido contemplado para ese dueto, pero, claro, el linaje de Sir Paul y su “pedigrí” como exBeatle inclinaron la balanza a favor de éste último.28

Pero Mercury no perdía las esperanzas de hacer algo con Jackson. “Siempre estoy interesado en trabajar con otros músicos, gente como Michael Jackson. Aunque me preocupa. Tanto dinero y mal gusto, ¡Dios! ¡Qué desperdicio! Teníamos tres canciones enlatadas, pero desafortunadamente nunca las terminamos. Eran grandes canciones, pero el problema era el tiempo –dado que ambos estábamos muy ocupados en ese período. Parecía que nunca podíamos estar en un país el tiempo suficiente como para terminar todo por completo. Una de las canciones se llama State of Shock, e incluso Michael me pidió que la completara, pero yo no podía por mis compromisos con Queen. Mick Jagger se la quedó. Fue una pena, pero ultimadamente una canción es una canción. Mientras la amistad esté ahí, eso es lo que importa.”29

Se sabe que a medida que Thriller se convertía el mayor éxito de todos los tiempos, Michael Jackson había comentado a sus hermanos que haría un nuevo álbum que se llamaría Victory.30 Se dice que en ese álbum Mercury participó, aunque no hay evidencias de ello. Lo que sí está demostrado es que luego de State of Shock (estado de shock), Jackson aceptó interpretar la extraordinaria canción There Must Be More In Life Than This (debe haber algo más en la vida que esto), de la que hay varias versiones: una en la que canta Jackson y Mercury sólo toca el piano (disponible en http://www.youtube.com/watch?v=I_e8t5B2H1c) y otra en la que los dos cantan haciendo un dueto (disponible en http://www.youtube.com/watch?v=gukP7Iecbdw&feature=related). Se trata de verdaderas joyas que ahora, tras la muerte de Jackson, se especula que podrían ser finalmente dadas a conocer, algo que sería extraordinario, máxime luego de la pifia de Sony, quien diera a conocer el más “reciente” disco de Jackson, el cual contiene varios temas presuntamente apócrifos y donde la persona que los canta claramente no es el rey del pop (véase https://etcetera-noticias.com/articulo.php?articulo=8917).

La química entre Mercury y Jackson era muy buena, y la colaboración entre ambos talentos prometía mucho. Sin embargo, luego de esas sesiones de grabación un tanto artesanales/experimentales, se distanciaron. ¿Qué fue lo que ocurrió? Una versión sostiene que dado que Mercury tenía muchas adicciones, en cierta ocasión Jackson lo encontró en el baño inyectándose heroína, algo que disgustó al rey del pop, quien decidió a partir de ese momento tomar distancia. Parece ser que Mercury tenía igualmente adicción por la cocaína y que solía ingerirla en presencia de Jackson, situación que empeoró la relación entre ambos.31 Si esta historia es cierta, resulta un tanto irónica, considerando que posteriormente y por diversas razones, el propio Jackson desarrolló igualmente adicciones –por ejemplo, tras el accidente que tuvo al filmar un comercial para Pepsi, o bien ante los juicios que se le siguieron por presunta pedofilia.

La versión de Mercury es completamente distinta. Según él, tras el éxito de Thriller, Jackson se aisló del mundo. “Michael y yo nos distanciamos mucho luego del éxito masivo de Thriller (1983). Él simplemente se encerró en su propio mundo. Solíamos divertirnos, íbamos a los clubes juntos, pero [ahora] él no sale de su fortaleza y eso es muy triste. Está tan preocupado de que alguien le haga algo que tiene paranoia de casi todo. Yo mismo me preocupo, pero nunca dejaría que mi vida fuera así”, y añadía “él es lo máximo en términos de ventas y eso genera un tipo de presión distinta porque se le ha catalogado como el mejor. Eso es difícil de aceptar hasta para mí. Pienso que él es un enigma y eso lo convierte en un regalo de Dios para los medios, porque pueden escribir lo que quieran sobre él, porque todo encaja. Él es muy tímido y todo lo que puedo decir es que en el tiempo en que lo conocí era un chico muy bueno y dulce, y muy talentoso. Y eso es todo.”32

¿Quién quiere vivir para siempre?

Al igual que Michael Jackson, Freddie Mercury trató de salvaguardar su privacidad, en particular ante la irrupción de los medios. Es evidente que Jackson no lo logró y que inclusive, en los tiempos de Off The Wall y Thriller el propio rey del pop filtró rumores a la prensa, presumiblemente para acrecentar su fama. En el caso de Mercury, aun cuando él no hablaba de su vida personal, era objeto de toda clase de especulaciones.

Algunos aspectos personales, sin embargo, son harto conocidos, por ejemplo, su relación con Mary Austin, a quien conoció gracias a Brian May y con quien compartió muchos años de su vida en Kensington. Diversas canciones de Mercury están dedicadas a ella, por ejemplo, Love of My Life (el amor de mi vida) y se especula que la Bohemian Rhapsody fue escrita cuando ambos terminaron su relación sentimental. Sin embargo, a pesar de que ese vínculo de seis años culminó cuando Mercury le confesó su bisexualidad, de todos modos ella siempre estuvo cerca de él. De hecho Mary trabajó para Mercury y se hizo cargo de aspectos administrativos y financieros del artista, y a la muerte de él, Austin fue designada heredera de la mitad de su fortuna.

Mercury tuvo diversas relaciones con hombres y mujeres, pero se sabe del cariño especial que siempre tuvo por Austin. “La única amiga de verdad que he tenido es Mary. Ella heredará la mayor parte de mi fortuna. ¿Qué mejor persona para quedarse con ella cuando me vaya? Desde luego que mis padres están en mi testamento, al igual que mis gatos, pero la mayor parte de todo será para Mary. Si me muero mañana, sé que ella es la única persona que podría enfrentar mi enorme fortuna. Ella está a cargo de todo mi dinero y posesiones; los choferes, mucamas, jardineros, contadores y abogados.”33

A mediados de los 80, Mercury conoció a un estilista irlandés, Jim Hutton, con quien inició una relación que se prolongaría hasta la muerte del icono de Queen. Hutton, quien también contrajo el VIH/SIDA, murió el 1 de enero de 2010 a causa de un cáncer pulmonar. A diferencia de Mercury, Hutton se benefició de la investigación médica que logró crear antirretrovirales capaces de lograr que las personas cero-positivas puedan llevar una vida casi normal. Se dice que si Mercury hubiese vivido un año más, los avances científicos en la materia le habrían salvado la vida. Por supuesto que no es ningún consuelo que la muerte de Freddie Mercury haya servido para alertar el mundo en torno a la gravedad del VIH/SIDA y a la necesidad de impulsar la investigación médica para encontrar una cura. Sin embargo, en los hechos, eso es exactamente lo que ocurrió, y aunque todavía no existe el antídoto, sí se cuenta con los medicamentos para sobrellevar la enfermedad.

Mercury ocultó a casi todo el mundo, inclusive a sus amigos más cercanos, el padecimiento que tenía, aunque a Mary se lo confesó. El VIH/SIDA mermó su capacidad visual y lo debilitó al punto de postrarlo en la cama. En un determinado momento, Mercury optó por suspender los medicamentos que ingería, a fin de acelerar su partida. En otras palabras: Freddie Mercury decidió cuándo morir. Un día antes de que esto ocurriera, Mercury dio a conocer un mensaje en el que aceptaba haber contraído el VIH/SIDA.

En alguna ocasión Mercury afirmó: “yo no quiero ser como Eva Perón. No quiero pasar a la historia como una de esas personas que se preocuparon… esperando que se hagan realidad cuando haya muerto, cosas que creé o inventé. La vida es para vivirla. Me importa un comino todo eso. Mientras tanto, me divertí y quiero seguir así, haciendo esto.”34

Como ya se indicó, en su testamento Mercury destinó la mitad de toda su fortuna y de sus ingresos futuros a Mary. Sus padres y su hermana recibieron un 25 por ciento de la misma. Además de eso, legó 500 mil libras a Jim Hutton y le compró un terreno en su lugar natal, Irlanda, en el que pudiese construir una casa. También les dejó 500 mil libras tanto a su ayudante personal Peter Freestone como a su cocinero Joe Fannelli –quien igualmente murió a causa del VIH/SIDA- y 100 mil libras a Terry Giddings, su chofer y guardaespaldas. Por supuesto que hubo impugnaciones en torno a la herencia de Mercury y, sobre todo, a la decisión de privilegiar a Mary Austin sobre los demás. El mismo Hutton, quien publicó en 1996 el libro Mercury and Me (Mercury y yo),35 no es particularmente gentil con Mary. Por eso tuvieron que transcurrir varios años antes de que ella pudiera hacer uso efectivo del legado de Mercury.

Una encomienda de Mercury a Mary fue que una vez que los restos de él fueran cremados, ella se hiciera cargo de enterrar las cenizas en un lugar que debía mantener en secreto. Austin confiesa que esta fue una tarea muy difícil, pero que tenía que cumplir, y así lo hizo.

En la canción Who Wants to Live Forever escrita por Brian May, la pregunta reiterada es ¿quién quiere vivir para siempre?, en tanto que al final hay una frase demoledora: “de todas formas, ¿quién espera para siempre?” Freddie Mercury, a propósito de la muerte, fue muy claro: “cuando muera, quiero ser recordado como un músico de cierta valía y sustancia. No sé cómo me recordarán. No he pensado en ello –muerto y se fue. No, no he pensado en ello. No estoy pensando: “¡ay Dios!, cuando muera, ¿me recordarán?” Es asunto de ellos. Cuando muera, ¿a quién le importa? A mí no.”36

Tenía razón. Freddie Mercury no tenía por qué preocuparse, porque como él mismo lo plasmó en aquella canción ya citada -a propósito de su frustrada colaboración con Michael Jackson-: There Must Be More To Life Than This (debe haber algo más en la vida que esto).

1 Mark Blake (2010), Is This the Real Life? The Untold Story of Queen, Cambridge, Da Capo Press, p. 17

2 El zoroastrismo postula que hay un creador, Aura Mazda. Señala que hay dos energías en la mente de cada persona: la positiva, o spenta mayniu y la negativa o angra mayniu. Así, cada persona es libre de elegir la energía que prefiera porque cada quien es responsable de sus acciones y decisiones. Los zoroastrianos suelen rezar frente a una fuente de luz, o una fogata, por lo que se considera que el zoroastrismo es, en realidad, un culto al fuego. Empero, para los zoroastrianos, el fuego simboliza la verdad. En la actualidad existe un número muy reducido de zoroastrianos, unos 150 mil, asentados, esencialmente, en Irán e India.

3 Mark Blake, Op. cit., p. 10.

4 BBC News (20 November 2009), “Mother’s fond memories of Queen star Freddie”, disponible en http://news.bbc.co.uk/2/hi/entertainment/8369895.stm

5 Phil Sutcliffe (2011), Queen. The Ultimate Illustrated History of the Crown Kings of Rock, Minneapolis, Voyageur, p. 21.

6 Mark Blake, Op. cit., p. 11.

7 Mark Blake, Op. cit., p. 15.

8 Mark Blake, Op. cit., pp. 16-17.

9 BBC News, Ibid.

10 Ibid.

11 Se supone que Fred es la traducción de “Farrokh.”

12 Greg Brooks y Simon Lupron (editors) (2006), Freddie Mercury. His Life in His Own Words, London, Omnibus Press, p.15.

13 Ibid.

14 En una encuesta efectuada en 2005 por la estación de radio Planet Rock, los 10 mejores guitarristas de todos los tiempos son (en orden descendente): Jimmy Page (de Led Zepellin), Slash (de Guns N’ Roses), Ritchie Blackmore (de Deep Purple), Jimi Hendrix, Angus Young (de AC/DC), Gary Moore, el ya citado Brian May, Joe Satriani, Steve Vai y David Gilmour (de Pink Floyd). Curiosamente en la lista no figura Eric Clapton. Véase BBC News (10 July, 20065), “Led Zepellin voted ‘ideal supergroup’”, disponible en http://news.bbc.co.uk/2/hi/entertainment/4669597.stm

15 Greg Brooks y Simon Lupton, Op. cit., p. 17.

16 Muzik News (12 de noviembre de 2002), “Bohemian Rhapsody votada nuevamente como la mejor canción de la historia”, disponible en http://www.lt24online.com.ar/2002news/11/12b.html; Expansión (16-07-2008), “Bohemian Rhapsody, la mejor canción pop de la historia”, disponible en http://www.expansion.com/2008/07/16/protagonistas/1146647.html

17 Freddie Mercury murió 10 meses después de que el álbum fuera dado a conocer.

18 Daily Mail (29th September 2011), “We Are The Champions Voted catchiest pop song of all time… by scientists”, disponible en http://www.dailymail.co.uk/news/article-2043089/Queens-We-Are-The-Champions-voted-catchiest-pop-song-time–scientists.html

19 Greg Brooks y Simon Lupton, OP. cit., pp. 150-151.

20 El Universal (7 de febrero de 2004), “México censuró a los Beatles”, disponible en http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=50570&tabla=espectaculos

21 Yo soy Puebla (5 de septiembre de 2011), “El día que Queen vino a Puebla”, disponible en http://www.yosoypuebla.com/2011/09/el-dia-que-queen-vino-a-puebla/

22 Mark Blake, Op. cit., p. 6.

23 Graham Jones (July 6, 2005), “Live Aid: A day of magic”, en CNN International, disponible en http://edition.cnn.com/2005/SHOWBIZ/Music/07/01/liveaid.memories/index.html; BBC News (5 April 2000), “Live Aid: the show that rocked the world”, disponible en http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/702700.stm

24 Ibid.

25 Mark Blake, Op. cit., p. 5.

26 Phil Sutcliffe, Op. cit., p. 148.

27 Greg Brooks y Simon Lupton, Op. cit., p. 111.

28 Citado en Michael’s Hide Out (03-05-03), “La historia de Michael Jackson y Freddie Mercury”, disponible en http://mjhideout.com/forum/enciclopedia-mj/22294-historia-de-michael-jackson-and-freddie-mercury.html Jackson y McCartney ya tenían una historia previa de colaboración, por ejemplo en las canciones Say, Say, Say y The Man, ambas para el disco del exBeatle titulado Pipes of Peace. Sin embargo, The Girl Is Mine fue escrita exclusivamente por Michael Jackson, lo que sugiere la posibilidad de que habría podido hacer un dueto con quien él quisiera –en oposición las canciones escritas por Jackson y McCartney, como fue el caso de Say, Say, Say, donde era lógico que ambos la interpretaran. Sobre este episodio se cuenta que Mercury lo tomó con mucho humor, lamentando no haber participado en ese dueto, en particular por las regalías millonarias que habría recibido. Citado por Greg Brooks y Simon Lupton, Op. cit., p. 112.

29 Greg Brooks y Simon Lupton, Op. cit., p. 111.

30 Phil Sutcliffe, Op. cit., p. 178.

31 Julián Ruíz (09/07/2009), “¿Qué pasó entre Michael Jackson y Freddie Mercury?”, disponible en http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/09/cultura/1247128613.html

32 Greg Brooks y Simon Lupton, Op. cit., p. 112.

33 Greg Brooks y Simon Lupton, OP. cit., p.138.

34 Greg Brooks y Simon Lupton,Op. cit., p. 168.

35 Jim Hutton (1996), Mercury and Me, Berkeley, Berkely Publishers.

36 Greg Brooks y Simon Lupton, Ibid.

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