viernes 29 marzo 2024

Feminicidio y violencia de género

por Rubén Aguilar Valenzuela

En el primer semestre de 2020 el número de los feminicidios creció en 5.4 % con relación al mismo período del año anterior, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

De enero a junio de 2019 hubo 537 feminicidios y en los mismos meses de 2020 llegaron a 566. A pesar de los datos el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, afirma que están en “línea de contención”.

En el primer semestre de 2020, en 17 de los estados aumentó el número de los feminicidios con respecto al mismo período del 2019.

Las entidades con el mayor número son: Estado de México (80), Veracruz (54), Ciudad de México (43), Puebla (39), Nuevo León (39) y Jalisco (34).

A los datos anteriores se añade que durante la pandemia del Covid-19 aumentó en 25% la violencia contra las mujeres en el ámbito del hogar a manos de sus parejas sentimentales.

La poca importancia que el actual gobierno otorga al tema del feminicidio y la violencia de género se refleja en que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) sufrió un recorte del 75 % del presupuesto.

@AleEsat

En las actuales circunstancias especialistas en el tema plantean que esta política por parte de las autoridades violenta los derechos humanos de las mujeres e implica un retroceso de lo que se había logrado.

Y sostienen que son momentos para otorgar más presupuesto y fortalecer todas las instancias públicas que trabajan a favor de las mujeres, pero el gobierno camina en sentido contrario.

En la pandemia el sistema de justicia se paralizó y ha sido incapaz de hacer frente y atender la creciente violencia contra las mujeres en su hogar.

La pandemia ha permitido visibilizar los altos niveles de violencia intrafamiliar que existen en el país, pero ante esa escandalosa y brutal realidad los tres niveles de gobierno han permanecido indiferentes.

Para hacer frente al problema es necesario fortalecer todo el sistema de protección pública a favor de la mujer, pero más allá se exige un cambio cultural en la sociedad y al interior de las familias.

La educación en todos sus niveles debe contribuir a favorecer el cambio cultural que contribuya a erradicar la violencia de género. Es un tema que atañe a toda la sociedad.

Es necesario la lucha contra la violencia de género, se convierte en una real política pública que cruce todo el accionar del gobierno en sus distintos niveles.

La realidad es que más allá de las buenas intenciones y los discursos de los gobernantes, muchos de ellos falsos, en el primer semestre del año el feminicidio creció y la violencia intrafamiliar alcanzó niveles nunca antes vistos.

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