No deben tomarse muy en serio los elogios de algunos a nuestros órganos electorales, con pretexto de la elección presidencial estadounidense: la verdad es que, hoy por hoy, el gobierno tiene al INE aterrado y al Trife capturado: a los dos en la mano.
El INE acaba de negar el registro como partido a México Libre, organización impulsada por Felipe Calderón, principal enemigo político del presidente. Y lo hizo de ultima hora, luego de haber avalado todos y cada uno de los pasos legales de México Libre.
En unas horas, el INE mató a la única organización opositora al presidente que buscaba ser partido político; mientras que sí dio el registro a un aliado del presidente, Encuentro Solidario, que en 2018 lo acompañó en las elecciones, como Encuentro Social.
Sin tacto ni consideración política alguna, el presidente humilló al INE: “¿Cómo iba el INE a otorgar el registro del partido? Se acaba el INE. Si de por si están totalmente desacreditados porque ya cambió la mentalidad del pueblo”.
Aunque antes de que asumiera la administración del país, el presidente dio un guantazo en la nariz al INE, cuando su partido no lo tuvo en cuenta para organizar la consulta popular que canceló la mayor obra de infraestructura del primer cuarto de siglo en México.
Para cancelar la construcción del nuevo aeropuerto, Morena ni preguntó al INE y consultó únicamente al 0.1 por ciento del padrón electoral, colocó las urnas donde le dio la gana y embarró el dedo a los votantes con una untura para los hongos de los pies.
Se podrá elogiar todo lo que se quiera al INE (en especial para ser políticamente correctos) pero el INE no dijo ni pío ante aquella consulta que quedó como símbolo del inicio del desmantelamiento de la democracia que estamos viviendo hace dos años.
Pero el Tribunal Federal Electoral está peor, con su presidente agarrado por el gobierno al estilo calzón chino, con una investigación de Hacienda, por haber cuadruplicado sus ingresos en cuatro años.
“Debe ser investigado a profundidad”, dijo el jefe del Ejecutivo acerca del titular del Tribunal. ¿Sorprende entonces que después, en un par de horas, el Tribunal dio registro a tres nuevos partidos políticos, los tres satélites del jede del Ejecutivo?
Son Partido de Encuentro Solidario, Partido Redes Sociales Progresistas y Partido Fuerza Social por México, que le dan al mandatario un cómodo dominio del talero electoral para las intermedias de 2021.
Sí, porque de 10 partidos políticos, el presidente tiene seis a sus órdenes (los nuevos más Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde. Los de oposición son el PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano.
Y tiene al INE aterrado, más al Trife capturado.
Del cuello, pues.
