viernes 29 marzo 2024

El voto del hambre

por Aurelio Contreras Moreno
Etcétera

Una vez concluido el conteo de las actas en casi todos los distritos –en el de Veracruz urbano el PRI pretende reventar la elección–, es más claro el panorama de lo sucedido este domingo de elecciones en el estado.

Los conteos arrojan una clara ventaja del Partido Revolucionario Institucional en alianza con el impresentable y chapucero Verde Ecologista. Al menos se llevarán 16 distritos, lo que sin duda es una demostración de fuerza rumbo a la sucesión en la gubernatura.

Pero el resultado de las votaciones arroja muchos elementos de análisis, entre éstos, el que tiene que ver en el cómo y el porqué del súbito y mayoritario apoyo de los veracruzanos al partido cuyo actual gobierno estatal sumió a la entidad en la violencia y la crisis económica.

Si se analizan con cuidado los resultados en varios distritos, salta a la vista que los candidatos priistas obtuvieron votaciones históricas, masivas, y por esa misma razón, inverosímiles en el contexto de una elección federal intermedia, cuyo porcentaje de participación ciudadana no llegó a 50 por ciento del padrón.

No hay que ser brujo para adivinar que los priistas (porque los dizque candidatos del Verde también son tricolores, en esos asquerosos juegos de simulación que acostumbran) echaron a andar, como nunca, a su maquinaria electoral, a la estructura, como gustan llamarla.

Y para ello, se valieron del hambre, la pobreza y la ignorancia que privan particularmente en las zonas rurales, en el llamado “voto verde” (que no por el Verde) con el que el PRI hace valer su hegemonía cuando en los centros urbanos es rechazado.

El candidato que más votos obtuvo en Veracruz, de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Nacional Electoral, fue Erick Lagos Hernández en el distrito de Acayucan, con más de 72 mil sufragios. “Fidelista” de cepa, es el mejor ejemplo de cómo corromper todo lo que se atraviesa a su paso, al más puro estilo de su maestro. Y así lo hizo, repartiendo dinero a diestra y siniestra, a manos llenas, durante su campaña.

Misma circunstancia, por citar a tres, de los candidatos en Tuxpan, Xalapa rural y Martínez de la Torre, Alberto Silva, Adolfo Mota y Edgar Spinoso, respectivamente. El derroche de recursos, la compra y coacción del voto, fueron sus más socorridos “instrumentos” de campaña. Y terminaron rindiéndoles buenos frutos.

Por eso es que en esas demarcaciones, y prácticamente en todas las que ganaron, los priistas se concentraron en la operación en las zonas rurales, en los municipios más alejados de los centros urbanos, donde el rechazo a los candidatos identificados con el régimen era más fuerte, como sucedió en distritos como Córdoba y Orizaba, donde perdieron en las cabeceras pero ganaron la elección con el voto de la periferia.

Sin duda esta elección marca la pauta sobre lo que buscarán hacer el año que entra, cuando esté en juego la gubernatura del estado. Ganar como sea, a costa de lo que sea, pasando por encima de quién sea.

Y para lograr ese objetivo, seguirán depauperando a Veracruz.

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