jueves 28 marzo 2024

El primer año de la 4T, de estancamiento

por Gerardo Flores Ramírez

Ayer publicó el Inegi el dato definitivo sobre el desempeño del PIB en el tercer trimestre de este año. Medido contra el trimestre anterior, la economía simplemente no creció. Comparado con el mismo trimestre del 2018, hay un ligero descenso de 0.2 por ciento. Lo relevante es que con este dato, ya se cuenta con información acumulada sobre el desempeño de la economía en los primeros nueve meses del año. Básicamente, el valor del PIB de México en ese periodo es menor que cuando lo comparamos con el valor para los primeros nueve meses del 2018, pero por un porcentaje tan pequeño que el propio Inegi nos indica que la economía creció a una tasa de 0 por ciento. Es decir, tal como ya lo había comentado en este espacio, la economía mexicana está en franco estancamiento.

Ahora bien, para el cuarto trimestre, el panorama no es tan optimista, por lo que cada vez estamos más cerca de que el PIB para todo el 2019 termine con una tasa de crecimiento entre 0.0 y -0.2 por ciento. Se trata, sin duda alguna, de un golpe anímico muy fuerte a la administración del presidente López Obrador, que lejos de ofrecerle a los mexicanos, desde el primer año de su gestión, una prospectiva de mejores condiciones económicas en forma generalizada, se ha enfrascado en un notorio esfuerzo para tratar de evitar que la discusión pública gire en torno a si la economía crece o no, porque desde su óptica eso no es lo que importa, sino que haya más desarrollo.

El problema es que eso es muy difícil de sostener, porque por más que se busquen nuevas formas de hacer llegar apoyos a diversos grupos poblacionales, en un afán redistributivo, mientras no haya crecimiento de la economía, no habrá un mercado laboral pujante que ofrezca una trayectoria de mejores salarios a una buena cantidad de mexicanos. Como discurso, su efecto sobre lo que la gente percibe será meramente temporal, pero si transcurre el tiempo sin que la gente sienta en su bolsillo y en sus posibilidades de consumo una sensible mejoría, la percepción de la gente empezará a verse mermada.

Regresando al panorama para el cuarto trimestre, un primer dato que apunta a un complicado cierre del año es la producción promedio diaria de crudo que Pemex reportó para octubre, que lejos de crecer como ha venido ofreciendo, sufrió una disminución de 3% con respecto al volumen promedio producido por día durante septiembre, comportamiento que hace consistente la estimación de algunos analistas en el sentido de que el Indicador Global de la Actividad Económica para octubre tendría un comportamiento negativo frente a septiembre.

Por otro lado, presuntamente hoy se anuncia el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura con el Sector Privado, de confirmarse la información sobre la cantidad de proyectos y montos de inversión que significa, que se filtró hace más de una semana, sería un verdadero desencanto para quienes han esperado con tanto entusiasmo este anuncio. Todo indica que se trata de una colección de proyectos que ya están en los planes de todos los involucrados, pero que al presentarse en forma organizada pretenden dar la idea de que se trata de un gran impulso a la economía. En realidad, no hay nada nuevo. Así que el cierre del año no pinta bien.


Este artículo fue publicado en El Economista el 26 de noviembre de 2019, agradecemos a Gerardo Flores Ramírez su autorización para publicarlo en nuestra página.

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