miércoles 24 abril 2024

El presidente cumple a sus amigos

por Rubén Cortés

Es un mal presagio que el populismo mexicano (que está quebrando su industria petrolera) venda gasolina al populismo venezolano, que ya quebró la suya, y por lo cual no puede explotar sus reservas de crudo, que son las mayores del mundo.

“Si Venezuela le pide a México que le venda gasolina, lo haríamos por razones humanitarias”, anunció ayer el presidente, después de que el petróleo en Venezuela cayó por debajo de cero, y hay que hacer filas de 10 horas para obtener 10 litros de gasolina.

Así, el jefe del Ejecutivo mexicano empieza a ayudar a sus aliados ideológicos de la región, Venezuela y Cuba, cuyas políticas para hacer que todos los ciudadanos sean iguales, provocaron los más grandes cataclismos económicos de su historia.

A Cuba, la 4T le paga tres mil 400 dólares al mes por cada uno de los casi mil médicos cubanos que trajo para asesorar a los médicos mexicanos durante el Covid-19: apenas el arranque de una contratación numerosa, “por tratarse de buenos profesionales”.

Sin embargo, la necesidad de Venezuela de que le envíen gasolina es un monumento al fracaso del populismo como creador de prosperidad, pues Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo: tiene para para más de 300 años.

Según el gobierno de Estados Unidos, Venezuela atesora hasta 309 mil millones de barriles de petróleo, aunque le resulta imposible extraerlos, porque ya destruyó la planta productiva del país, en especial la petrolera.

El desastre empezó cuando el ex presidente Chávez cargó contra “las eminencias corruptas”, como denominó a los profesionales, y en abril de 2003 despidió de golpe a 17 mil 871 altos gerentes y técnicos del monopolio estatal del petróleo, PDVSA.

Fueron sustituidos por improvisados de “10 por ciento de capacidad y 90 de fidelidad”. PDVSA necesitaba una inversión anual de cuatro mil millones de dólares para mantener la producción, pero le quitaron ese monto para dedicarlo a programas sociales.

Hoy, empero, Nicolás Maduro ha declarado “en emergencia a la industria de hidrocarburos”, porque PDVSA se encuentra hundida, siendo que, antes de la llegada del populismo, era la mejor empresa del mundo en desempeño y rentabilidad, según la OPEP.

En cambio, ayer mismo Venezuela dependía (para moverse y alumbrarse) del arribo de cuatro cargueros de petróleo indios y rusos; y seguramente, pronto, de cargueros mexicanos, si, como anunció el presidente, le hace el pedido “humanitario” a la 4T.

Y, eso, habla bien del gobierno mexicano, pues le cumple a sus aliados, como le pidió Maduro el cuatro de noviembre pasado: “El presidente mexicano encabeza un segundo frente en contra del neoliberalismo en el continente”.

Lo dijo en La Habana. Un mensaje de unidad…

Alto y claro.

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