viernes 29 marzo 2024

El pastor favorito

por Raúl Trejo Delarbre

El liberalismo mexicano estableció la separación entre Iglesia y Estado. La religión, que es asunto de cada persona, no se lleva con las cuestiones públicas que competen a la sociedad. La democracia requiere de un espacio público abierto a la circulación y la confrontación de las más variadas ideas. Por eso es necesario que la discusión pública no esté restringida por convicciones religiosas. Las posturas amparadas en la religión no están sujetas a discusión porque se encuentran ancladas en dogmas.

Entre otras consecuencias de esa separación entre religión y asuntos públicos, a las iglesias el Estado mexicano no las autoriza a tener estaciones de televisión y radio. Una emisora religiosa tiene la tarea de adoctrinar, a partir del prisma de las convicciones confesionales que la orienten.

Esa restricción la establece desde 1992, de forma expresa, la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público pero ha sido eludida de diversas maneras. La Iglesia católica maneja estaciones religiosas a través de asociaciones civiles formalmente distintas a esa corporación. En el sureste hay docenas de radiodifusoras evangélicas sin permiso legal. La televisión restringida difunde canales religiosos que transmiten desde otros países. El gobierno federal ha administrado el incumplimiento de la ley pero, aún así, la imposibilidad para que tengan estaciones propias ha sido una pertinente limitación a los mensajes religiosos sobre temas de interés público.

La Iglesia católica en México ha insistido para que esa restricción sea derogada pero tal exigencia no se encuentra entre sus prioridades. En cambio diversas iglesias cristianas y evangélicas han mantenido esa demanda y nunca habían encontrado tanta receptividad por parte del gobierno como ahora.

La llamada Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), encabeza tal exigencia por motivos religiosos pero también con afanes políticos y mercantiles. Ésa no es una Iglesia sino una coalición que ofrece servicios a distintos grupos confesionales y está dirigida por Arturo Farela Gutiérrez, que es pastor en la Iglesia Cristiana Interdenominacional. En dos ocasiones recientes, el 21 de febrero y el 13 de marzo, Farela ha llevado a grupos de dirigentes evangélicos a reuniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.

Todo indica que lo han convencido porque el 18 de marzo, en su conferencia de prensa, el presidente dijo: “que las iglesias, de todas las manifestaciones, tengan posibilidad de tener tiempos y espacios no lo veo mal”. López Obrador explicó así su postura: “un poco lo que sucedió con las redes sociales; cómo de repente, sin censura, ahí se expresa todo, porque en las redes sociales sí creo que un sacerdote puede hablar de un pasaje bíblico y en las redes sociales sí, pienso, creo que lo hacen; los pastores, pueden también hacer lo mismo, hablar de un pasaje bíblico. Entonces por qué en las redes sociales sí y en los otros medios de información, no”.

El presidente olvida que las redes en Internet son espacios abiertos y sin regulación. En cambio la radiodifusión está supeditada a concesiones y reglas administradas por el Estado. A diferencia del ciberespacio, el espectro radioeléctrico es limitado y no todos los interesados pueden transmitir en las frecuencias que se propagan allí.

El 27 de marzo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, asistió a la llamada “Consulta Nacional Jurídica y Fiscal para Iglesias y Asociaciones Religiosas” organizada por la Confraternice. Allí dijo que “las leyes pueden y deben cambiar, para reflejar de mejor manera la realidad del país”.

Tres días más tarde Proceso publicó una entrevista en donde Farela asegura que la Segob está preparando una iniciativa de reforma legal que haría posible el acceso de las iglesias a concesiones de radiodifusión. El gobierno federal no desmintió esa versión. Farela le dijo al reportero Rodrigo Vera: “López Obrador es un presidente cristiano. Y su Cuarta Transformación es también una transformación moral, pues se fundamenta en el amor a la familia, al matrimonio, a la patria y a la naturaleza. Todo esto es bíblico. De ahí que esté abierto a otorgarnos a las iglesias concesiones y permisos para tener canales de televisión y estaciones de radio, a fin de que apoyemos su proyecto”.

Farela es un viejo conocido de López Obrador. Durante la campaña de 2012, el 20 de marzo, el entonces aspirante presidencial se reunió con la agrupación Encuentro Social —a partir de la cual se crearía el partido de ese nombre—. Allí Farela encabezó a varios ministros cristianos que le hicieron una “bendición” al candidato. “En el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo… lo pongo en tus manos, Padre celestial. En el dulce nombre de Jesús de Nazareth. Amén”, dijo el pastor Farela mientras varios pastores colocaban sus manos sobre la cabeza de López Obrador.

Farela se distanció del Partido Encuentro Social que, considera, “no representa a los evangélicos”. Por otra parte, en distintas ocasiones se ha manifestado contra el derecho de las mujeres al aborto y contra los matrimonios igualitarios.

Los dichos de Farela están orientados por sus dogmas religiosos. Pero sus hechos, al menos en parte, atienden a otros intereses. El consultor en temas de derechos humanos Óscar Moha escribió hace unos días: “El trabajo de Farela consiste en ‘asesorar’ a quienes desean registrar una Asociación Religiosa. Se ofrece como ‘representante legal’ y brinda consultoría hacendaria y jurídica. Organiza foros consultivos con funcionarios del gobierno federal y los cobra a mil pesos por asistente. Antes de aparecer en exclusiva con AMLO en las fotos esos eventos los cobraba a menos de la mitad. Hoy podrá integrar a la lista de sus servicios el trámite de frecuencias radiales, que aún no están otorgadas a las iglesias, pero ‘toda consulta causa honorarios’, pues las promesas aunadas a textos bíblicos también reditúan en lo material y no sólo en la esfera religiosa” (Eje Central, 22 de marzo).

Al pastor Farela le gusta exhibirse en Facebook. La semana pasada, en un video, presentó allí al representante legal de la iglesia “Ministerios Buena Tierra”. Los dirigentes de esa corporación llevaban varios meses tratando de obtener permiso para realizar una manifestación. No habían avanzado en esas gestiones hasta que “se hicieron miembros de Confraternice y se facilitaron todas las cosas”. De acuerdo con ese relato, bastó que Farela le llamara a la secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, Rosa Icela Rodriguez quien, a su vez, le dio instrucciones a la directora de Gobierno, Adriana Contreras Vera. Con eso, relata, “se arregló todo. Damos toda la gloria a Dios, el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo, porque él abre puertas. Cuando Satanás cierra puertas, en el nombre de Jesucristo se derriban esas puertas para que tengamos esta bendición”. Sin duda también influyó el nombre del presidente López Obrador, de quien Farela se dice muy cercano.

Farela anuncia una tercera reunión con el presidente, que “nos ha abierto las puertas de Palacio Nacional”. Allí, llevará a “otros nuevos veinte líderes”. En las semanas recientes, Farela se ha reunido con secretarios de Estado y funcionarios públicos para acordar formas de participación de la Confraternice en programas de ayuda social y en la atención religiosa para reclusos en prisiones federales, entre otros asuntos. El debilitamiento del Estado laico va más allá de la posibilidad de que haya concesiones de radiodifusión para las iglesias.

De la rápida gestión para la marcha que se realizará el 20 de abril —en sábado santo— Farela se ufana: “Hablamos con la cabeza del gobierno de la Ciudad de México y todo se resolvió. Por eso es que damos la gloria a la cabeza de la iglesia de Jesucristo… Toda la gloria. Sólo al Espíritu Santo toda la gloria. Sólo al padre celestial toda la gloria. Recuerda que los hijos de Dios, las hijas de Dios, somos cabeza, no cola. Debemos estar encima, no abajo. ¡En el poder, dominando, ejerciendo autoridad, prestando y nunca pedir prestado!”.

Eso dice el pastor favorito de la Cuarta Transformación.


Este artículo fue publicado en La Crónica de Hoy el 8 de abril de 2019, agradecemos a Raúl Trejo Delarbre su autorización para publicarlo en nuestra página.

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