jueves 25 abril 2024

El Papa y el México de la violencia

por Rubén Cortés

Francisco adelantó que su visita a México tendrá el contraste de las que hizo a Cuba y Estados Unidos: mientras en la isla calló sobre la falta de democracia y derechos humanos, en Estados Unidos, la democracia más sólida del mundo, criticó que allí no se busque “generar nuevas oportunidades”.


En un mensaje desde Roma advirtió que “nuestra Madre” no quiere “al México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los cárteles”, y que nuestro país vive “su pedacito de sufrimiento, de tráfico organizado”.


Porque este Papa tiene una característica en su condición de Jefe de Estado: mide al dedillo sus palabras cuando lleva su mensaje religioso a los regímenes que regatean los derechos fundamentales, pero se explaya donde existen plenas democracia y libertad de expresión.


Incluso, la primera visita de Francisco al continente americano no fue a Brasil o México, los países con mayor número de católicos en el mundo (125 millones y 99 millones), sino a dos del bloque que construye “el socialismo del siglo XXI”: Ecuador y Bolivia.


En pocas semanas de 2015 el Papa se reunió con cuatro grandes exponentes del populismo latinoamericano: 6 de julio con Rafael Correa y el 8 con Evo Morales; el 20 de agosto con Fidel Castro en La Habana y el 15 de octubre con AMLO, en El Vaticano.


En cambio, con la democracia mexicana Francisco no acaba de hacer click: recordemos el affaire del correo electrónico que le envió a un amigo argentino, en el que le decía esperar que Argentina esté “a tiempo de evitar la mexicanización”, al referirse “al crecimiento sin pausa del narcotráfico”.


Los buenos oficios del entonces Canciller mexicano José Antonio Meade consiguieron, en 24 horas de cabildeos de altos vuelos diplomáticos, que el Vaticano enviara a México una “aclaración sobre las palabras ‘evitar la mexicanización’ usadas por el Papa en un mensaje privado e informal”.


Como sea, si alguien pensó que la próxima visita del Pontífice a México sería meramente pastoral (como a Cuba, Ecuador o Bolivia), su “mensaje a los mexicanos”, divulgado ayer, dejó muy claro que su recorrido tendrá un acento político, de crítica que no tuvo con regímenes de sus simpatías:


“Ustedes están viviendo su pedacito de ‘guerra’ entre comillas, su pedacito de sufrimiento, de violencia, de tráfico organizado”.


Rebasó cualquier consideración política para advertir que viene a un país que califica de sumido en la violencia y la guerra: “Si yo voy ahí es para que los problemas que ustedes saben que están sucediendo, se solucionen”. Por eso destacó su intención de ser un instrumento de paz.


Como si visitara Siria o Irak.


Porque así nos ve.



Este artículo fue publicado en La Razón el 04 de Febrero de 2016, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página

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