viernes 29 marzo 2024

El mesías, una amenaza cumplida

por Alejandro Vázquez Cárdenas

La mayor parte de los artículos, sobre todo aquellos relacionados con una noticia concreta,  tienen una vigencia  corta, de días en el mejor de los casos, otros, sobre todo los llamados “de análisis”  o “de opinión” pueden tener una vigencia más larga; otros, muy escasos, tienen  validez por tiempo indefinido. Aclarado  lo anterior comento que buena parte de este artículo fue escrito hace ya 15 años, obviamente sin apoyo de  una bola de cristal, simplemente observando y analizando los datos disponibles en esos momentos.

Para desgracia nuestra podemos ver que en la llamada “4T”  los más negros vaticinios se hicieron realidad, otros, los relacionados con la destrucción del sistema  de salud, se les atravesó la pandemia con un costo en vidas humanas que superó los más negros escenarios y en lo relacionado a la infraestructura del país la cancelación del aeropuerto de Texcoco significó daño económico  altísimo que pagaremos por decenios. De la ocurrencia del Tren Maya, ese que va de ningún lado a ninguna parte, aún no tenemos claro cuál va a ser el costo final, en dinero y en daños a la ecología.  Sobre la fundación de una secta (Morena)  ya podíamos ver algunos indicios.

Dicho lo anterior transcribo:

“En el  enrarecido proceso electoral, es frecuente observar que una  gran parte de la prensa escrita  se utiliza reiteradamente el calificativo de  “mesías” o bien “mesiánico” para describir al Sr. López Obrador. Un día si y otro también encontramos referencias a su carácter de iluminado y redentor de los pobres que valientemente se enfrenta a las “fuerzas del mal”. Hay que reconocer que el propio López Obrador ha abonado esta comedia con sus poco afortunadas declaraciones, desde su autocalificación de “rayo de esperanza” hasta la reveladora entrevista con López-Dóriga  donde se comparó poco menos que con Jesucristo.

Cuartoscuro

Los que lo conocen de cerca y de hace años, refieren que efectivamente el Sr. López Obrador está sincera y firmemente convencido de que juega un papel decisivo en la salvación de México y con esta idea se ha preparado mentalmente desde hace años. La idea es fija, absoluta y no admite posibilidad de error. Él está destinado a redimir a México, pues reencarna  nada menos que a Benito Juárez  y por lo tanto está autorizado a jugar con sus propias reglas, totalmente justificables dada la importancia de su misión.  Lo que para un ciudadano común es un obstáculo legal (un amparo) para el no representa sino la oportunidad de corregir un error. El busca el bien supremo, el bien de la nación, y los caminos que el Destino le ha marcado justifican eso y más.

En aras de su proyecto  justifica también el parricidio cometido con el Ing. Cárdenas y el desplazamiento de una buena parte de la izquierda original, que con más candor que inteligencia ayudó a fundar el PRD, partido que ha sido secuestrado por su camarilla y que muy probablemente evolucione próximamente a un estadio superior con ayuda de una parte del PRI, por lo pronto Bartlett llama a votar por López Obrador.

Quien cierre los ojos a esta realidad e insista en ver solo lo que le conviene, puede escudarse en el maquiavélico “el fin justifica los medios”, y hasta es posible que desarrolle un orweliano “doblepensar” para justificar las aberraciones del Sr. López Obrador  Pero es inocultable que una buena parte del equipo cercano a este Mesías  es potencialmente peligroso para el país.  Estos son un abigarrado conjunto de oportunistas, demagogos, trapecistas políticos, individuos sin más ideología que el poder por el poder, líderes sindicales corruptos y una gran cantidad de resentidos sociales  como los grupos Francisco Villa, los Panteras, algunos residuos del CGH, todos sin más idea que una largamente esperada venganza en contra él una sociedad que a su juicio les debe todo y los ha tratado muy mal.  Para ellos su hora ha llegado, ahora es su turno de pasar la factura a los señoritingos, pirruris, maximilianos y chachalacas.

El panorama no es agradable. El Mesías puede ser fácilmente rebasado por una sociedad convencida de que el destino los señala como los elegidos, la “Nueva clase” de Milovan Djilas. Pero nos falta un pequeño problema. ¿Qué van a hacer con los opositores? ¿O con los que simplemente les estorben? Reeditar juicios como los de la Cabaña o episodios como La Vendée ya no es posible en este siglo XXI.  Pero si es muy posible la creación de un Estado policíaco poderoso convencido de que actúa “Por el bien de la Causa”.

Fin de la transcripción.

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