El mensaje de López Obrador es claro, hay que pagar impuestos. El Presidente tiene un punto a su favor: los que más evaden los impuestos son los grandes contribuyentes. El SAT está haciendo que los grandes contribuyentes, como Femsa, Walmart o IBM, paguen impuestos. Van por los corporativos de mayor tamaño que evaden al fisco. Además, el gobierno de la 4T impulsó un cambio legal que le está ayudando bastante, el de equiparar la evasión fiscal a delito grave y, ahora sí, su pena es de cárcel. Sólo hacía falta cerrar la pinza. Ya iban por los grandes contribuyentes, ya cuentan con una nueva legislación para impedir que se evadan los impuestos, y faltaba tapar la otra gran fuga fiscal: las facturas falsas.
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LA ENORME RED DE FACTURAS FALSAS
En la mañanera, López Obrador estuvo acompañado de Raquel Buenrostro, la jefa del SAT, y de Carlos Romero, el procurador fiscal. Los tres explicaron una red, perfectamente organizada, para evadir impuestos mediante facturas falsas. Son 43 grandes factureras que, a pesar del enorme monto que dicen representar, sus domicilios fiscales son increíbles: lotes baldíos, departamentos de interés social, locales vacíos. De esas 43 grandes factureras se desprende una red de 8,212 empresas. A todos les va a llegar un requerimiento en su Buzón Tributario para que se pongan al corriente con el SAT en un plazo de tres meses.
El gobierno federal busca cobrar impuestos a los grandes contribuyentes que no pagaban y también a las enormes factureras que evadían el fisco.
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BUENROSTRO Y ROMERO, EN LO SUYO
Ello manda un mensaje muy claro: hay que pagar impuestos. Les están cobrando a los que nunca les cobraban, a los que tenían grandes influencias económicas, legales o que, simplemente, a través de planeaciones fiscales, sólo defraudaban al fisco.
Y, ahí, honor a quien honor merece: Raquel Buenrostro salió eficiente para el cobro de impuestos, pues su visión es cobrarle a los más grandes. Y Carlos Romero, procurador fiscal, junto con Arturo Herrera, secretario de Hacienda, sí buscaron cambiar la legislación para equiparar la evasión fiscal a delito grave.
Así, el SAT y la Procuraduría Fiscal hoy tienen las armas para ir contra los grandes contribuyentes y enormes factureras. E hicieron algo que no suele hacerse, comunicarse con otras dependencias, como la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), a cargo de Santiago Nieto, así como con el IMSS, dirigido por Zoé Robledo.
México es de las economías latinoamericanas con menor cobro fiscal. Apenas rondamos el 15% del PIB. Y si los pequeños y medianos contribuyentes son cautivos, ¿por qué los grandes o las factureras podían eludir tan fácil al fisco, en un país con tantas necesidades como México? Hay quien dirá que no paga impuestos porque el gobierno se lo gasta mal, pero eso más bien es un pretexto, porque con ningún gobierno busca pagar impuestos. Hay que cumplir con el fisco y entonces sí discutir la mejor distribución del gasto público. El mensaje es claro.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 24 de junio de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
