jueves 28 marzo 2024

El gen populista, un gen prohibidor

por Rubén Cortés

La afirmación del presidente de México de que los abogados que trabajen para empresas extranjeras son traidores a la patria, coincide con la del presidente de Nicaragua de que, quienes reciben recursos de organismos internacionales, son traidores a la patria.

Sin embargo, no es que los populistas se pongan de acuerdo para decir lo mismo: es que siguen igual la ruta castrochavista. Porque así como no hay populismo sin organismo electoral capturado, no hay populismo sin prohibiciones ni censura.

Dice el presidente de México:

“Una vergüenza que abogados mexicanos estén de empleados de empresas extranjeras que quieren seguir saqueando a México. Ojalá vayan internalizando que eso es traición a la patria”.

Dice el presidente de Nicaragua:

“Quienes reciben dinero de empresas extranjeras son antipatrióticos y deben registrarse ante la policía, porque eso es inmoral. Por eso firmé la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros”.

La ONG sueca We Effect cerró enseguida sus operaciones en Nicaragua, después de 35 años de trabajo en el país centroamericano, como consecuencia de la nueva legislación, que la tilda de “agente extranjero”.

Ya antes, el presidente de México se había referido en contra del financiamiento desde el extranjero, al criticar a medios, como Animal Político, que reciben recursos de las fundaciones Ford y Kellogg.

Es, también y muy en especial, la prensa, otra de las inquietudes que comparten los mandatarios de México y Nicaragua, aunque el de aquí no pasa de atacarla verbalmente: el de allá, persigue judicialmente a los medios, los cierra, les inventa errores fiscales.

El de México no va más allá de, por ejemplo, imponerle una multa de 940 mil pesos al Grupo Nexos por una irregularidad administrativa resuelta hace dos años, en una publicidad de 74 mil pesos. Y enredarlo en un lío judicial que le impide capitalizarse.

Pero el de Nicaragua ya les armó una persecución que empezó siendo fiscal mediante cobros millonarios de impuestos, el embargo de los pocos que no controla, y ya va por el asalto policiaco de los medios Confidencial y Esta Semana.

El de Nicaragua lo hace sin que medie resolución judicial o administrativa para justificar las agresiones, aunque un gobernante populista no necesita resoluciones judiciales o administrativas: sólo necesita una orden política no escrita.

Lo del dictador de Nicaragua ya no son sus bufonadas de mandar comer iguanas porque aportan proteínas, abrir un canal más grande que el de Panamá, crear la Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y otros Cuerpos Celestes…

Ahora, cambió la ley para considerar traidores a la patria a quienes trabajen con una ONG extranjera, y encarcela a reporteros y editores por “terrorismo” e “incitación al odio”, en el ejercicio del periodismo.

Ya no son chistoretes.

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