Hoy el Inegi da a conocer el crecimiento del segundo trimestre de la economía mexicana que, como sabemos, será menor del esperado originalmente.
Hacienda podría bajar su pronóstico del PIB para todo 2015. Igual el mercado. De hecho, recordemos, el Banco de México ya bajó su previsión a un intervalo de crecimiento que va de 1.7 a 2.5% para este año. Vienen los ajustes en el crecimiento esperado para este año. El Inegi dará a conocer el PIB del segundo trimestre del año.
Desde luego, veremos un mercado interno decaído, aunque con un repunte interesante en las ventas (ver las ventas de la ANTAD, las tiendas de autoservicio y departamentales) y una mejor formalización del empleo.
¿HACIENDA BAJARÁ PREVISIÓN?
El crecimiento trimestral va a ser bajo, de alrededor de 1.3 y 1.6%. Se notará la desaceleración.
El mercado interno sigue sin despegar. Y el mercado externo se ve complicado: Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, tiene una recuperación lenta. El precio del petróleo, nuestro principal producto que sostiene parte de las finanzas públicas, sigue a la baja. Igual la producción petrolera se mantiene sin recuperarse.
Y el entorno internacional se complica con la desaceleración de China. El ajuste en los pronósticos de crecimiento varía. Pero, tristemente, todas las casas de análisis disminuyen su previsión para este año.
Delo como un hecho: el crecimiento de 2015 no podría ser superior a 2.5%, lo cual trae otra vez el reto de crecer más rápido. Se esperaba que con las reformas, en particular la energética, llegaran inversiones cuantiosas que empujarían al crecimiento. Sin embargo, la Reforma Energética se topó con el ciclo de precios bajos en el petróleo. Por lo que las autoridades deberán buscar otros motores para crecer, y qué mejor forma de hacerlo que en el mercado interno, el cual está muy deprimido.
DÓLAR ALTO, PARA BIEN Y PARA MAL
Desde luego, el precio del dólar preocupa. Las personas no saben si su dinero en pesos mexicanos va a seguir valiendo y pueda mantener su mismo poder de compra. Ayer el tipo de cambio en ventanilla llegó a los 16.71 pesos por dólar, sumamente elevado.
Las noticias fueron que la Reserva Federal de EU sí está por aumentar tasas de interés en septiembre, y eso atrae los capitales a los Bonos del Tesoro de EU, y a comprar dólar, saliéndose de economías emergentes como la nuestra.
El dólar elevado desde luego puede traer problemas cuando importamos mercancías más caras. Sin embargo, en una economía abierta como la nuestra, el dólar alto también trae un signo positivo: alienta las exportaciones, las ventas en pesos resultan más baratas. Unas por otras.
Acostúmbrese a esta volatilidad en el peso mexicano que se va a mantener hasta septiembre, fecha en que la Reserva Federal lleve al alza las tasas de interés. Mientras tanto, veremos al Banco de México salir con sus dos subastas, la de 200 millones de dólares diaria, y la otra a un precio mínimo por otros 200 millones de dólares que también pueden ser diarios. El objetivo es claro: dejar que el peso se deprecie, pero evitando que pierda un valor desorbitado.
IEPS A ALIMENTOS CALÓRICOS, EL DEBATE
Mientras que algunos académicos como Robert Lustig, conocido por su participación en el documental de Fed Up, donde critica el alto contenido calórico de grasas y azúcar que la industria pone a los alimentos, los industriales en México critican fuertemente el impuesto.
Manuel Herrera, presidente de Concamin, es el primero que abiertamente critica el IEPS en bebidas edulcoradas y alimentos con alto contenido calórico. Herrera tiene un punto importante: el impuesto recabado no va dirigido a ninguno de los propósitos para los que fue creado, ni para un programa de prevención de la obesidad ni para un programa de ejercicio o educación alimenticia ni para poner bebedores en las escuelas.
El impuesto a bebidas endulzantes y alimentos con alto contenido calórico es único en el mundo. El tema es saber si funciona para lo que fue diseñado: ayudar a frenar la epidemia de obesidad en el país o si sólo fue un impuesto recaudatorio.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 20 de Agosto de 2015, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página