viernes 29 marzo 2024

El CISEN en las campañas políticas

por Luis Antonio García Chávez

El día martes, Ricardo Anaya, precandidato de la coalición Por México al Frente, denunció a través de un video que era seguido por un jeep. En una gasolinera decide encarar a quien maneja el vehículo, se estaciona delante de él y lo increpa, a lo que el conductor del jeep de inmediato se identifica diciendo que es del CISEN y que está comisionado para seguirlo. Dice llamarse José Juan y el apellido es inaudible aunque parece ser Gaytán.

Ante ello Ricardo Anaya hace una denuncia que rápidamente se viralizó en redes sociales. De allí vinieron una serie de reacciones.

Por un lado un importante número de ciudadanos exigiendo una explicación de lo que acontecía en torno a este hecho. Por otro lado una campaña claramente coordinada en redes por parte de los perfiles más activos de simpatizantes con MORENA diciendo que se trataba de un burdo mensaje. Toda la tarde del martes insistieron en que el suceso no había sido real y que Ricardo Anaya buscaba llamar la atención.

A la mañana siguiente, sin embargo, se da una declaración oficial del Secretario de Gobernación, Navarrete Prida, quien reconoce que el agente que aparece en la grabación sí pertenece al CISEN y que estaba asignado para vigilar y resguardar la seguridad del precandidato Anaya.

En principio de cuentas surgen varias dudas.

  1. Sí el agente del CISEN estaba en misión oficial para protección y seguridad del candidato, ¿no indica la lógica que estuviera en contacto y coordinación con el equipo de campaña de dicho candidato.
  2. ¿Todos los candidatos son seguidos “para su resguardo” por el CISEN?
  3. Sí es así, ¿lo saben los candidatos o son seguidos sin coordinación con ellos?
  4. ¿Desde cuándo sigue un agente del CISEN a Ricardo Anaya?, ¿es reciente?, de ser así ¿a qué se debe este cambio?, ¿hay alguna amenaza reciente de la que ellos tengan conocimiento?, sí es desde antes, ¿desde cuándo?, ¿no se había dado cuenta Anaya?, ¿lo hacían antes con discreción y ahora abiertamente?
  5. Cabe comentar que ayer mismo anunciaron que, por este caso, suspendían al subdelegado del CISEN en Veracruz. Sí todo es correcto y no había nada irregular ¿por qué suspendieron a dicho funcionario?, ¿estas decisiones las toma un subdelegado del CISEN?, ¿es un chivo expiatorio?

Tras estas interrogantes surge otra, tal vez más importante que las primeras, ¿cuál era la verdadera función del agente del CISEN que seguía a Anaya?

Evidentemente no era coordinación institucional, pues esta no se puede dar si el candidato no sabe que cuenta con ese “apoyo”.

Hablaba Navarrete Prida de la seguridad del candidato. ¿Tenían razones para prever un atentado en Veracruz o algún tipo de agresión? Pero en todo caso, si así fuera, seamos serios ¿de qué sirve un único agente en un jeep para ayudar a la seguridad del precandidato en caso de que ésta se viera comprometida? Me parece que de muy poco salvo que fuera un súper agente del tipo que presentan las películas de Hollywood.

La función era espionaje. También lo dudo. Para ser espía tendría que ser muy pero muy mal entrenado pues era evidente que estaba siguiendo a Anaya. En teoría la función central del espionaje, para lograrse, implica que quien es espiado no se percate de ello. Con los avances tecnológicos de nuestros días resulta mucho más fácil para el Estado esta labor sin la necesidad de poner un jeep a seguir de manera evidente a alguna persona.

Es allí donde viene la pregunta que me parece más importante y la que menos he visto reflejada en la prensa.

¿Para qué estaba realmente siguiendo de manera evidente a Ricardo Anaya un agente del CISEN que, además, de inmediato se identifica como tal?

Aventuro la hipótesis de que la función era intimidar, dejarse sentir. Precisamente que el precandidato lo notara y supiera quién era, que supiera que estaba ahí. Si bien es sólo una hipótesis, me parece que es la que tiene mayor sentido.

Y es en ese momento donde entra una parte muy delicada, a saber, el uso del aparato del Estado en contra de los opositores políticos. Esto no es nuevo, lo sabemos de siempre. El CISEN es empleado para vigilar a los adversarios políticos del gobierno, eso creo que es algo de conocimiento público. Destinar recursos a ello en lugar de destinarlos de manera eficaz al combate de las amenazas de seguridad nacional me parece un grave conflicto.

Pero en este caso no sólo se utilizan para espiar, me parece que la finalidad principal es amedrentar, inhibir, intimidar. ¿Es ese el uso que queremos para lo que debiera ser una institución primordial para la seguridad nacional?

Creo que todo esto es lo que realmente debe aclarar Alfonso Navarrete Prida.

Del otro lado dos perlas sólo por no dejar.

Andrés Manuel con sus típicas ocurrencias declara que cuando él sea Presidente (porque en su mente está seguro que lo será) desaparecerá el CISEN. Esa es la diferencia entre un hombre capaz de tener discursos que atraen a las masas y un Jefe de Estado. Si hubiera puesto más atención a su paso por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM sabría que todo estado requiere de un aparato de inteligencia. El problema no es tirar la herramienta, sino el uso que se da a ella. Como dice la expresión popular, él quiere tirar a la basura el pañal con todo y niño.

Para los que leen este artículo, no aspiro que Andrés lo lea, sugiero por ejemplo leer el libro de Stefan Zweig “Fouché, el genio tenebroso” que narra la historia de uno de los personajes más interesantes y menos conocidos por el público general de uno de los momentos clave de la historia de Francia, que influyó trascendentalmente en la historia mundial. A través de esta lectura se puede comprender de manera muy importante el papel de los aparatos de inteligencia estatales y los usos, positivos y negativos, que pueden darse a los mismos.

Lo segundo que quiero comentar es que todos aquellos (o al menos la inmensa mayoría, no conozco un caso distinto, pero no quiere decir que no exista) que en MORENA escribían sobre el “montaje burdo” de Anaya el día martes, guardaron silencio espectral el miércoles cuando se confirmó que el tema era real.

Jamás se disculparon o retractaron por sus aseveraciones, menos aún condenaron el hecho (no quiero imaginar si esto ocurre con AMLO, habrían rasgado sus vestiduras) simple silencio. Escribía sobre ello mi amigo Fernando Belaunzarán “Honestidad obliga”, tiene razón, cuando la hay.

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