jueves 28 marzo 2024

El “chiste” sobre Neymar y la tentación de desacreditar a la sociedad civil frente al poder

por Angélica Recillas

“La socialité civil: el Neymar de la vida pública”, escribió en su cuenta de Twitter el periodista Antonio Martínez Velázquez, conocido en redes sociales como Antonio Marvel, fundador del sitio digital Horizontal y colaborador de Animal Político, quien descalificó así – aunque lo niegue – la legítima preocupación de organizaciones civiles ante la oposición del candidato ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador,  a la autonomía de la Fiscalía General.

Ante las reacciones generadas por su comentario, Martínez Velázquez acusó a sus críticos de “escandalizarse” y los remitió a un texto de su autoría donde expone su particular visión de lo que es o debe ser la sociedad civil. Sin citarlas por sus nombres, el columnista hace una serie de alusiones a organizaciones, según él elitistas, de las cuales se colgó el candidato Ricardo Anaya para tratar de impulsar su campaña. Para el autor, el acercamiento de esas organizaciones con el panista, es motivo suficiente para restarles legitimidad a sus demandas.

Según Martínez Velázquez, quien simpatiza con López Obrador, con su expresión a la cual catalogó como “un chiste”, su intención es señalar la falta de autocrítica de esa élite de la sociedad civil hacia los gobiernos en turno. Agrega que ésta no debe sorprenderse de la postura del virtual presidente electo respecto a la autonomía de la Fiscalía y dada la legitimidad que el candidato ganador y su partido obtuvieron en las urnas, es ese sector financiado de la sociedad civil el que debe adecuarse la nueva realidad más allá de firmar desplegados o crear hashtags “pegajosos”.

No obstante, las críticas al “chiste” de Antonio Marvel no vinieron de esa élite cuyas posturas banaliza, sino de conocidos académicos y periodistas como Salvador Camarena, Carlos Bravo Regidor y Mario Campos, entre otros, quienes consideran que las descalificaciones deterioran el intercambio público, además de que la sociedad civil es amplia, diversa y plural y toda ella, tiene derecho a expresarse y a exigir a sus gobernantes.

Martínez Velázquez olvida que la autocrítica debe practicarse no sólo entre las organizaciones civiles, de cualquier procedencia, sino también entre medios, periodistas, actores políticos y la sociedad en su conjunto. Aun cuando el voto de los ciudadanos concedió a una sola expresión política una mayoría, eso en modo alguno debe ser un cheque en blanco, y es precisamente ahora, cuando la sociedad civil y las voces críticas deben consolidarse como un contrapeso constructivo a cualquier abuso de ese poder. Aun con el riesgo de ser comparados con Neymar.

 

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