viernes 19 abril 2024

El ajuste que viene

por José Yuste
Etcétera

Viene un recorte más para el Presupuesto de 2016. Era de esperarse. El petróleo nos golpeó en las finanzas públicas, tanto por su bajo precio como por la menor producción de Pemex.

Los ingresos son menores, no hay vuelta de hoja y la reducción en el gasto debe darse otra vez. A principios de año habíamos tenido el recorte en el gasto público por 124 mil 300 millones de pesos.

Después, Hacienda dio a conocer un nuevo ajuste en el Presupuesto de 2016, que ronda los 135 mil millones de pesos. Sin embargo, los precios del petróleo siguen a la baja y, por lo tanto, no se sabe si pueda venir un ajuste adicional en el Presupuesto 2016.

Cae precio y producción petrolera

La estrepitosa caída del precio del petróleo se dio en un momento particularmente malo para Pemex: la reducción de su plataforma de producción. Fue la tormenta perfecta en contra de los ingresos públicos.

Por un lado el precio de la mezcla mexicana cayó dramáticamente, de los 76.40 dólares por barril, en promedio, estimados en el Presupuesto, a los 40 dólares que cotiza hoy en día. La caída en el precio del petróleo es casi de la mitad. No hay ingresos que resistan.

Y si le añadimos que Pemex trae una menor plataforma de producción, pasando de una diaria de 2.4 millones de barriles por día a una de 2.26 barriles por día, entonces tenemos la tormenta perfecta.

Aprovechar el Presupuesto Base Cero

El equipo hacendario encabezado por Luis Videgaray confía en tener una ayuda proveniente del tipo de cambio.

El precio al perder valor frente al dólar también tiene un factor cambiario que ayuda al recibir dólares por la exportación petrolera. El equipo hacendario también habla de mayores ingresos por la Reforma Fiscal.

Sin embargo, no parecen ser suficientes para resarcir la baja en los ingresos petroleros. Recordemos que el gobierno mexicano utilizó para este año coberturas petroleras, con la intención de garantizar un precio promedio de 76.40 dólares el barril. Lamentablemente, las coberturas deberán comprarse más caras y garantizando un precio menor para el siguiente año.

En otras palabras: el ajuste viene. El Presupuesto 2016 va a ser más limitado. Y tendrán que venir fórmulas novedosas para en verdad aprovechar el reducido gasto. Ahí está el Presupuesto Base Cero, que esperemos, de verdad sea base cero para evaluar todos y cada uno de los programas y evitar lo más posible el gasto inercial que viene año con año en programas que no funcionan para el crecimiento ni la mejor distribución del ingreso.

País que no llega a la quincena

Así describe a México, y con razón, el Instituto para la Transición Democrática al conocerse el aumento de la pobreza en nuestro país.

53.1% del total de la población está por debajo de la línea de bienestar en 2014. Los datos preocupantes dados a conocer por el Inegi y el Coneval, llevan al IETD a varias propuestas interesantes.

Una de las principales es la de crear una red de protección social universal, en donde todos los mexicanos tengan garantizada su educación, salud, pensión y seguro de desempleo, independientemente de su estructura laboral o nivel de ingresos. Hoy en día sabemos que sólo en el papel está garantizada la educación y salud, con instituciones deficientes.

La pensión no es para todos, y quienes la tienen con las afores apenas se pensionarán con 35% de su salario. Y del seguro de desempleo tenemos avances pírricos. Los datos de pobreza son preocupantes. Vivimos en una economía con bajo crecimiento que no tiene políticas de distribución. El resultado: no hay mercado interno y sí más pobres
en el país.

El análisis del IETD (presidido por Ricardo Becerra) es equilibrado en su análisis. Reconoce la labor de programas para combatir la extrema pobreza, como Prospera, pero el problema viene en los deciles siguientes, que deberían ser de clase media, pero se quedan por debajo de la línea de bienestar. El debate sobre crecer con políticas de distribución es indispensable. Ahí veremos los primeros escarceos (esperemos) en el Presupuesto Base Cero.


Este artículo fue publicado en Excélsior el 17 de Agosto de 2015, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página

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