martes 16 abril 2024

Dólar sube y crecimiento baja…, ¿y ahora?

por José Yuste

El dólar toca máximos históricos, más allá de los 17 pesos. Tocó en ventanillas bancarias los 17.10 pesos. El crecimiento trimestral baja, y Hacienda recorta su pronóstico de crecimiento de entre 2% y 2.8% para este año que, junto con los de años pasados (1.1% en 2013 y 2.1% en 2014), suman una recuperación muy baja. El petróleo sigue cayendo por la sobreoferta y no tiene para cuándo. Ante este escenario… debemos hacer cambios, sin duda.

ESTABILIDAD Y EXPORTACIÓN, VALE RESALTARSE

Obviamente, no todo está mal. Hay rasgos de la economía mexicana que valen resaltarse.

El primero, y por mucho, es la estabilidad macroeconómica, puntal de los últimos gobiernos y que sigue siendo la fortaleza del actual.

No hay que despreciarla, aunque, claro, ante el bajo crecimiento y la expansión de la pobreza, sabemos que la estabilidad no puede ni debe ser el fin último de la política económica.

Otro rasgo positivo es la economía exportadora en que se ha transformado una parte de la economía mexicana. Sectores automotrices, aeroespacial, de diversas manufacturas, venden fuerte a Estados Unidos. Y aquí sí debemos decir que la depreciación del peso ayudará a exportar más: será una moneda competitiva que abarata las exportaciones.

REFORMAS BUENAS, PERO INSUFICIENTES

Otro punto son algunas de las reformas, que si bien no están trayendo las inversiones esperadas, como era la energética, sí darán más competitividad a la economía. Son los casos de la reforma para crear la Comisión Federal de Competencia Económica con mayores facultades. La de telecomunicaciones, que se ha transformado en apertura en el sector de telefonía y de televisión. La misma Reforma Energética que sí traerá, a mediano plazo, inversiones fuertes.

DISCUSIÓN DE MÁS ESTABILIDAD O CON CRECIMIENTO

Sin embargo, algo que debe cambiar. La discusión de política económica no debe conformarse en tener estabilidad y esperar que las reformas nos brinden mucho más. Ya vimos que no lo son todo.

Todos hablan de alimentar y fortalecer el mercado interno, pero hemos perdido la brújula de cómo hacerlo. Y cuando hablamos de elevar salarios o empleos, de inmediato nos alertamos por los brotes inflacionarios… cuando ya vimos que no sirve de mucho tener estabilidad sin crecimiento. Ha crecido más la pobreza y los jóvenes que entran al mercado formal cada año (más de un millón) no tienen opciones.

GASTO DE GOBIERNO Y PRIVADO, MEJORARLOS

El mercado interno tiene varios componentes, que van desde el gasto del gobierno hasta el consumo privado. Vamos a revisarlos. ¿El gobierno gasta bien? Revisemos la obra pública. El Presupuesto Base Cero es un buen inicio para hacerlo.

Las familias tampoco pueden gastar cuando vemos que los deciles 2 hasta el 6 siguen teniendo problemas para satisfacer siquiera la línea de bienestar. ¿Las empresas están invirtiendo? El gasto en inversión privada se ha visto con ligera recuperación. Los empresarios argumentan que no tienen incentivos fiscales, y queda claro que sí puede revisarse la Reforma Fiscal para deducir prestaciones sociales o deducibilidad inmediata en inversiones productivas.

Desde luego, las reformas generan una mejor expectativa. No es suficiente. La estabilidad también genera certeza. Tampoco es suficiente. Necesitamos crecer más con políticas de distribución para alentar el mercado interno. Si no entramos a esa discusión, seguiremos como estamos.

DÓLAR… A 17.50 PESOS

El dólar tocó los 17.10 pesos. Y podría llegar a 17.50, según analistas, como Gabriela Siller de Banco Base. De aquí hasta el alza en tasas de interés de EU, el peso seguirá muy nervioso. Viene un dato clave el 4 de septiembre, la nómina no agrícola de EU, para ver si la recuperación es fuerte y la Reserva tendrá que elevar las tasas en septiembre. Sin embargo, la estabilidad de México y la moneda mexicana que es vendida en todo el mundo podrían hacer que el peso pueda regresar. No a los 14. Y quizá ya ni siquiera a los 15. Pero sí a los 16 o 16.50 para finales de año.


Este artículo fue publicado en Excélsior el 21 de Agosto de 2015, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página

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