jueves 28 marzo 2024

En varias ocasiones, Proceso ha distorsionado y difamado a distintos personajes públicos

por Angélica Recillas

El periodismo de Proceso no siempre ha sido “sin concesiones” como dice su lema. En más de una ocasión, sobre todo en los últimos años en los que no ha ocultado su inclinación hacia Andrés Manuel López Obrador o su animadversión hacia el Partido Acción Nacional (PAN), por ejemplo, el semanario ha incurrido en distorsiones y omisiones informativas para dar preeminencia a sus filias y fobias políticas. A continuación algunos ejemplos.

La amenaza de “la derecha”

3 de agosto de 2019. “Los patrones preparan su asalto al poder”. Esta frase con una evidente carga ideológica, es el gancho con el cual Álvaro Delgado introduce al reporte de portada de Proceso. En él se alude a la iniciativa de la Coparmex denominada Alternativas por México, que en conjunto con el Instituto Tecnológico  de Estudios Superiores de Monterrey busca reclutar jóvenes que, según el organismo empresarial, serán “agentes de cambio”.

Sin más elementos que meras sospechas, Álvaro Delgado concluye que “los patrones de México” planean un proyecto de nación alternativo al del presidente Andrés Manuel López Obrador; presenta la iniciativa como algo nocivo, como si no fuese parte de los derechos políticos de cualquier sector social.

“El proyecto liderado por De Hoyos Walther, quien desde el triunfo de López Obrador recorre el país para reclutar adeptos para su causa -siempre en completa secrecía-, tiene tres “objetivos específicos principales”, El primero de estos objetivos es “desarrollar una estrategia de mapeo, convocatoria y listado de los liderazgos ciudadanos actuales, regionales y locales, cuya convicción sea construir un mejor país”, dice en uno de sus párrafos.

Coparmex envió a Proceso una carta aclaratoria en la que precisa que el interés del organismo por participar en la vida pública de México no es nuevo, sino que tiene décadas. Agradece a Proceso el interés por sus actividades. Explicó que Alternativas por México “formará y dará apoyo a los líderes de distintos orígenes y agendas, tales como estudiantes, académicos, sindicalistas, emprendedores, activistas sociales, comunicadores e incluso políticos, que compartan un compromiso genuino con la libertad, la democracia, el Estado de Derecho, la economía de mercado, la responsabilidad social y la globalidad con un enfoque de “democracia liberal”.

La broma del Peñabot

2 de diciembre de 2018. Inmerso en la euforia que le produjo el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador, Proceso publicó bajo la firma de Jenaro Villamil, hoy funcionario del gobierno, un artículo titulado “Los Peñabots en desbandada”. Su autor aseveró que la llegada de López Obrador cimbró el ecosistema digital y las redes sociales se desbordaron con diversas etiquetas alusivas a la persona del presidente y la llamada “cuarta trasformación”, En paralelo, sostuvo, se produjo la súbita deserción en el ciberespacio de los llamados “Peñabots”, esto es cuentas “compradas” por el gobierno saliente de Peña Nieto para inflar tendencias artificialmente.

Villamil aludió en su texto al testimonio virtual de un usuario de Twitter que se hizo llamar Luis Ramírez, y que a través de un hilo de mensajes “confesó” haber sido contratado como “¨Peñabot” y ofrecía disculpas por ello. Incluso mostró una foto de un edificio donde según él, operaban. Al difundir su colaboración en dicha red social, escribió: “Hasta las cuentas de falsos seguidores de EPN se confiesan y piden disculpas”.

Sin embargo, según lo documentó etcétera, todo se trató de una broma: el mismo usuario cuya confesión registró Villamil, escribió otro hilo de tuits en los que revela que no es la primera vez que hace una “travesura” de este tipo aunque esta vez, sus expectativas fueron superadas. En el último mensaje decía: “Bueno, ya. Espero que esto les sirva de lección para no creer todo lo que leen en Internet. Buenas noches”. Villamil nunca admitió su equivocación.

La lista siniestra

12 de agosto de 2018. De la autoría de Julio Roa, apareció en las páginas de Proceso un reporte titulado “El ‘top ten’ del ‘chayote’”, en él se hace referencia a una lista de diez periodistas que facturaron los mayores montos en publicidad oficial durante 2017 por administrar sus sitios digitales de noticias.

Desde el título y sus primeras líneas, el autor alude a este grupo de comunicadores como una élite privilegiada que ha vivido del dinero público y entre ellos están Joaquín López-Dóriga, Pablo Hiriart, José Cárdenas, Oscar Mario Beteta, Ricardo Alemán y Raymundo Riva Palacio entre otros. Atribuye el hallazgo de esta “perversa” relación a la investigación “Dinero bajo la mesa”, que realizaron María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad  (MCCI) y Luis Carlos Ugalde, director de la consultora Integralia.

Sin embargo, en comunicado conjunto fechado el 21 de agosto, Casar y Ugalde se deslindaron del uso que Julio Roa y Proceso le dieron a la información tomada de su trabajo de investigación y aclaran que en ningún momento ellos sugieren ningún acto de corrupción por parte de los comunicadores mencionados, sino que únicamente buscaron registrar la discrecionalidad con que se asigna la publicidad oficial.

En contraste, el objetivo de Julio Roa y Proceso, no fue denunciar esta misma situación, sino exhibir a algunos de sus beneficiarios con el único propósito de alentar una campaña de linchamiento en su contra en las redes sociales.

El fraude de Verificado MX

25 de abril de 2018. En plena campaña electoral, se difundió la noticia de que el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, era investigado en España por una presunta red de lavado de dinero, versión que a la postre resultó falsa. Curiosamente, entre los medios que hicieron eco de esa historia estaban Proceso, El Universal y Animal Político, que formaban parte de la plataforma Verificado MX, que el portal digital dirigido por Daniel Moreno lanzó, en teoría, con la finalidad de detectar y denunciar noticias falsas en el contexto del proceso electoral.

La nota de Proceso, firmada por Alejandro Gutiérrez destacó: “Las indagatorias tendrían que ver con la creación de una estructura financiera en terceros países y en paraísos fiscales a fin de, eventualmente, obtener fondos para el candidato a la presidencia de México, asegura el medio digital El Español citando fuentes conocedoras de las indagatorias”. Nótese el uso de condicionales, a los que se recurre cuando se hace alusión a una información que no está plenamente confirmada.

Fue Aristegui Noticias, por medio de su corresponsal, el medio que el día 26 confirmó con el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM)  que no existía ninguna investigación contra Anaya.

Proceso tardó casi un mes y hasta el 21 de mayo publicó una nueva nota en donde dio cuenta de que el TSJM desechó en definitiva una denuncia en contra de Anaya por ser anónima y estar basada únicamente en recortes periodísticos de diversos medios mexicanos, pero sin aportar información confiable. Sin embargo, el semanario no ofreció disculpas por contribuir a la difusión de una falsedad, cuyo objetivo se cumplió a cabalidad: desacreditar al candidato y restarle fuerza en la contienda.

El fuego amigo

15 de agosto de 2017.   “El gobernador de Guerrero resuelve “a billetazos” asalto de grupo armado a periodistas”. Con este título el semanario publicó una nota en la que se afirmó que el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, pagó 150 mil pesos a cada uno de los siete reporteros que en mayo de aquel año fueron interceptados por un comando armado que los despojó de dinero en efectivo y su equipo de trabajo. Los informadores cubrían una serie de bloqueos por parte de grupos del crimen organizado.

Citando únicamente a “fuentes consultadas” mencionó que salvo los reporteros de La Jornada y Vice, el resto de los reporteros aceptaron el dinero a cambio de guardar silencio sobre lo ocurrido.

Un día después, Proceso recibió una carta de réplica firmada por tres de los afectados, cuyo párrafo central dice: “Desmentimos haber recibido esta cantidad de dinero del gobierno del estado y en los términos que se exponen. Exigimos que se transparente el recurso y haga pública la reparación del daño, sin dejar de insistir en nuestra demanda principal: castigo a los responsables”

Asimismo, entrevistado por etcétera, Pablo Pérez, otro de los informadores asaltados, señaló que en efecto recibieron un apoyo económico del gobierno estatal, pero no de 150 mil pesos sino 30 mil y aclara que no fue para ocultar el episodio que vivieron. También negó haberse entrevistado con el gobernador.

“En ningún momento hablé con el gobernador, ni firmé una carta, ni recibí 150 mil pesos. Mucho menos guardé silencio: después del incidente escribí sobre la situación de violencia en Tierra Caliente, produje material, di entrevistas a medios nacionales e internacionales, participé en foros. Eso es muy diferente al silencio que dice el gobierno estatal que me pagaron, afirmaciones que Proceso reproduce sin consultar nuestra versión”, criticó. Acusó “fuego amigo” de parte de los colegas de Proceso.

Calumnia, que algo queda

12 de junio de 2017. Proceso cabeceó una nota así: “Difunden en redes sociales audio de presunta negociación de dinero entre Anaya y Yunes”. En ella sugiere acuerdos oscuros entre Ricardo Anaya, por aquel entonces presidente nacional del PAN y el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes. Sin embargo, el corresponsal Noé Zavaleta acepta, de entrada, que se desconocía si la grabación era auténtica, ni tampoco permite esclarecer el tipo de “arreglo” entre ambos personajes. A ello, hay que agregar que el material motivo de la nota se había publicado en YouTube desde agosto de 2014.

Es decir, el semanario retomó un material antiguo y de dudosa autenticidad únicamente para darle “un llegue” a dos de los políticos con más visibilidad en ese momento dentro del Partido Acción Nacional (PAN) con el cual Proceso ha sido acremente crítico.

Que siempre no. La patraña de la ralentización

15 de marzo de 2017. Proceso dio a conocer más de 24 horas después que la mayoría de los medios, el video que registra el desencuentro que tuvo Andrés Manuel López Obrador con Antonio Tizapa, padre de uno de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, quien lo increpó a la salida de un evento que el entonces dirigente nacional de Morena encabezó en Nueva York con migrantes mexicanos. La nota que acompañó al material, fue titulada “¡Cállate!, grita AMLO a padre de normalista desaparecido en Iguala” y decía que López Obrador había pronunciado al menos dos veces esta palabra para evadir a su interlocutor.

Bastaron unas horas de revuelo en las redes sociales con esta nota para que Proceso se echara para atrás. El reportero Arturo Rodríguez García publicó en su cuenta de Twitter una serie de mensajes donde refirió que ante la gran cantidad de comentarios que le hicieron, se dio a la tarea de aislar el video y ralentizarlo para caer en la cuenta de que había tenido un error de apreciación y no decía “cállate” sino “que te vaya bien”.

Al día siguiente, se dio de baja la nota anterior y se publicó una nueva con la cabeza: “AMLO no dijo “cállate” a Tizapa sino “que te vaya bien”. A través de una serie de tecnicismos sobre programas informáticos de audio y video y el procedimiento de la ralentización, Proceso justificó el cambio súbito de su  decisión editorial inicial, todo con tal de privilegiar la defensa de la figura López Obrador, a su deber ético de registrar un momento de intolerancia del tabasqueño frente a la persona equivocada.

Redentor de narcotraficantes

25 de julio de 2016. El semanario dedica su portada al narcotraficante Rafael Caro Quintero, y su texto central es una entrevista que la reportera Anabel Hernández le hizo al delincuente “en la clandestinidad”. El capo todopoderoso, capaz de corromper a autoridades mexicanas y estadounidenses para acrecentar su riqueza y poder, pasó a ser de pronto “una leyenda”, un joven al que la pobreza lo llevó a sembrar marihuana, pero que niega haber encabezado un cártel del narcotráfico. Más aún, dice no saber qué significa eso de cárteles. De igual manera, niega haber tenido alguna relación con el asesinato del ex agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, ocurrido casi 30 años atrás. Sin embargo dice estar arrepentido y “pide perdón” al gobierno de Estados Unidos.

Lejos quedó el retrato anterior que Proceso hizo de este mismo personaje el 16 de marzo de 1985, cuando lo describió así: “Rafael Caro Quintero, con apenas 32 años de edad, además de ser el jefe de un ejército de narcotraficantes armados, que se calcula en un millar, ha acumulado una riqueza estimada en 100 mil millones de pesos Su poder es suficiente para corromper a las policías, como se vio en el caso del secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar”. El reportaje de aquel entonces se tituló: “Caro Quintero, mandón de la droga y prominente empresario de Guadalajara”.

Construyendo telenovelas

23 de febrero de 2016. Con bombo y platillo, Proceso presentó en forma simultánea con Aristegui Noticias un reporte sobre las presuntas irregularidades en la anulación del primer matrimonio eclesiástico de Angélica Rivera. Sin embargo, el trabajo en cuestión resultó un compendio de informaciones de revistas del corazón y programas de chismes del espectáculo.

Jenaro Villamil, autor del material, recurrió a revistas como Hola y Quién, así como emisiones radiofónicas del mundo de la farándula para construir una trama novelesca que fue presentada justamente en el contexto de la visita del Papa Francisco a México. La intención era que el Pontífice se pronunciara sobre este asunto, pero esto no sucedió.

Por ejemplo, alude a una supuesta reunión que Angélica Rivera tuvo con el Papa a instancias de Televisa y del productor Antonio Berumen, quien se encargó de las transmisiones televisivas de la visita papal. De dicha entrevista no existen evidencias de audio o video o testimonios de otros de los asistentes. Sólo existe la narración de la conductora Maxine Woodside.

Asimismo, Villamil rastreó en TV Notas la historia de Antonio Berumen y sus nexos con Rivera cuando ella inició su carrera artística. La información en sí misma es totalmente irrelevante para dar sustento periodístico a una presunta participación de la primera dama en la gestión de esa entrevista del Papa con los altos mandos de Televisa, pero para el periodismo de consigna basta con sembrar la sospecha.

Periodismo por consigna

24 de diciembre de 2015. Aun cuando Proceso no suele ocuparse de reportar accidentes carreteros que habitualmente se registran en la sección policiaca de los diarios, la mañana de aquella fecha difundió una nota que tituló: “Carambola en autopista de OHL deja 5 muertos y más de 30 lesionados”, para dar cuenta del percance ocurrido en el Circuito Exterior Mexiquense. Por la tarde, la modificó de esta forma: “Choques en carreteras del Edomex y Tamaulipas dejan 9 muertos y más de 40 lesionados”.

Cuatro días más tarde, tuvo lugar otro accidente en la misma carretera y el semanario repitió el esquema al titular su reporte: “Nueva carambola en autopista OHL deja un muerto y 11 lesionados” en la que hace hincapié que es la más cara del país, además de estar envuelta en un escándalo de corrupción.

Estas notas fueron el colofón de todo un año en que Proceso, junto con otros medios como Aristegui Noticias, Reforma y El Universal, fungieron como portavoces del abogado de la empresa Infraiber, Paulo Diez, quien se enfrascó en una confrontación legal con la española OHL, luego de que el Gobierno del Estado de México le cancelara un contrato para la medición del pago de peaje en el Circuito Exterior Mexiquense. Por medio de filtraciones de audios donde se presumían actos de corrupción de diferentes funcionarios allegados a Enrique Peña Nieto con ejecutivos de OHL, se construyó esta trama que a la fecha no ha sido plenamente esclarecida.

El problema central radicó en que Proceso y los medios que eligió Paulo Diez para litigar su conflicto con OHL, tomaron partido por una de las partes en pugna y aun antes que alguna autoridad, declararon a la compañía hispana culpable de corrupción. Asimismo, omitieron deliberadamente información relacionada con Infraiber que hubiera permitido un mínimo equilibrio informativo.

No se consignó, por ejemplo, que Pedro Topete, propietario de Infraiber enfrenta un litigio en Estados Unidos por la concesión del ferrocarril Chiapas-Mayab, que adquirió a la norteamericana Genesse & Wyoming a través de Viabilis, otra empresa de su propiedad.

El bulo de Bin Laden

30 de agosto de 2015. “Bin Laden no está muerto y vive en las Bahamas”,   publicó Proceso publicó en su portal de internet; la nota atribuía esta versión a las declaraciones de excontratista de la NSA, Edward Snowden, quien presuntamente tenía en su poder documentos que demostraban que Bin Laden recibe de la CIA 100 mil dólares al mes.

Pocas horas después y sin dar explicaciones a sus lectores, Proceso bajo la nota de su sitio web debido a que la especie resultó ser un bulo que el semanario tomó de World News Daily Report, un sitio digital que difunde noticias de broma.

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