jueves 28 marzo 2024

De los huevos de Adela al rechazo a la violencia contra todos los periodistas

por Marco Levario Turcott

Este texto se publicó originalmente el 17 de octubre de 2013

Hace poco más de un año, el 29 de septiembre en la Universidad Popular de Veracruz, tres jóvenes del entonces aun boyante movimiento #YoSoy132, lanzaron huevos a la periodista Adela Micha, quien recibió el Honoris Causa de aquella casa de estudios.

En aquellos días el ambiente era crispado pues todavía estaban frescos los resultados de la contienda electoral federal del dos de julio anterior. Por ello y la tontería aparte de cierto afán pragmático de confraciarse con “los chavos”, el acto cobarde tuvo un respaldo insospechado en varios circuitos marginales universitarios y de las redes sociales. Había sido agredida una de las representantes de los poderes fácticos, era el discurso, que impusieron al Presidente y eso justificaba la agresión. Así lo dijeron: porque no les gustaba como daba las noticias y por el manejo mediático de Televisa del proceso electoral.

Creo que ese es uno de los episodios más vergonzosos de un movimiento juvenil que en sus orígenes prometió una estatura ética e intelectual mucho mayor, y que ahora está reducido a una caricatura de sí mismo. Pero el episiodio también muestra lo extendida que se encuentra la cultura autoritaria en el país y que además se exhibe en los reductos que supuestamente “luchan” contra aquella. Y junto con ello se hizo patente que varios medios de comunicación y profesores interesados en congraciarse con ese movimiento no rechazaron la violencia sino que incluso la justificaron; en las hemerotecas digitales y los TL de las redes sociales está el recuento de esas lamentables actitudes.

La revista etcétera, por supuesto, condenó la agresión contra Adela Micha, como lo ha hecho sin distingo demagójgco con todos los profesionales de la comunicación independientemente de la empresa para la que trabajen. Y en nuestro registro cotidiano de la oferta editorial, no dejamos de sonreir frente a aquellos medios y opinadores que solo reaccionan cuando es “su causa” la que se halla agredida y que guardan silencio cuando esto sucede con los otros.

La señora Adela Micha ha continuado con su trabajo como lo han hecho otros profesionales más, por fortuna. Y escribo por fortuna, además, en virtud de la indignante inseguridad en la que trabajan muchos de ellos que han sido víctimas fatales.

Estoy convencido de la centralidad de atenuar los decíbles discursivos y acabar con las proclamas que descalifican al otro para que todos los medios de comunicación, sin ambages, rechacemos la violencia. Como ahora hacemos en etcétera para expresar nuestro apoyo a los periodistas Fátima Monterrosa y Víctor Olvera, del programa Punto de Partida que dirige Denisse Maerker en Televisa, y que fueron agredidos por unos pilguanejos disfrazados de maestros.

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