jueves 28 marzo 2024

De etiquetados, refrescos y azúcares

por José Yuste

El nuevo etiquetado en alimentos y bebidas procesadas entra en vigor. Las empresas tendrán del 1 de agosto hasta el 30 de noviembre para tener listos los nuevos empaques.

El nuevo etiquetado sí es entendible para el consumidor. El que había era complejo y difícil de comprender. Con el nuevo etiquetado son evidentes las advertencias.

Consiste en cinco octágonos negros que advierten al consumidor los excesos en: calorías, azúcares, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

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NI LA ABUELITA SE SALVÓ

Para que los niños no consuman los alimentos o bebidas procesadas sólo por lo atractivo de los empaques se les resta atractivo visual. Se van los personajes.

Ni la abuelita del cine nacional, Sara García, se salvó del chocolate que relanzarán. Menos el Tigre Toño, al que ahora sí le pegaron en su carita. Los conejos y elefantes (como Melvin) en cereales, salen. Y el Gansito ahora sí dirá “recuérdame”.

El movimiento de salud de la 4T tenía claro lo que quería desde el inicio del gobierno: desalentar los alimentos y bebidas procesadas que puedan estimular la obesidad en los mexicanos. La obesidad, hoy por hoy, es considerada una epidemia en México con consecuencias en diabetes y males cardíacos.

Hasta ahí vamos bien.

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 ETIQUETADO AVANCE, PERO… Y SI TE VOLTEAS

El problema, expuesto por ConMéxico (Jaime Zabludovsky) la Concamin (Francisco Cervantes), es que el nuevo etiquetado, por sí solo, no va a resolver el problema de mala alimentación en México. Urge una política integral.

Los consumidores podrán dejar de comprar productos procesados, pero se darán la vuelta y comprarán en los puestos ambulantes toda clase de fritangas.

Podrán dejar de tomar refresco y consumir aguas de frutas, pero llenas de azúcar.

En los productos, el tamaño sí cuenta. No es lo mismo una pieza de chocolate a una tableta entera.

Además, para combatir la obesidad en el mexicano se necesita acceso a alimentación balanceada, pero también al ejercicio. ¿Hay posibilidades de hacer ejercicio en México? Nos faltan parques. Carecemos de gimnasios públicos.

Y carecemos de una política informativa que nos ayude a conocer mejor la alimentación.

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NO SATANIZAR, SÍ INFORMAR Y TENER SUSTITUTOS

El etiquetado es un avance, sin duda. Pero podemos caer, fácilmente, en el argumento maniqueo de malditas empresas grandes que sólo producen alimentos y bebidas de mala calidad.

Cuando el subsecretario de Prevención, Hugo López-Gatell, se refirió a los refrescos como “veneno embotellado”, claramente cayó en el maniqueísmo. Las advertencias son necesarias. Bien. Pero también la existencia de sustitutos, por ejemplo, de los refrescos. Que en cada centro de consumo, si no quieres tomar un refresco, puedas tomar agua u otra bebida. Y eso sí: darle al consumidor adulto toda la información y que él tenga la libertad de decidir.

El nuevo etiquetado es un avance. Trae advertencias claras.  Las autoridades esperan que las empresas reformulen sus alimentos quitando tantas azúcares o edulcorantes o cafeína o grasas. Esperemos. Pero debe haber una política de alimentación integral, sin caer en maniqueísmos.


Este artículo fue publicado en Excélsior el 3 de agosto de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.

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