viernes 19 abril 2024

Cuatro años de comunicación de Trump

por Rubén Aguilar Valenzuela

El próximo tres de noviembre son las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El presidente Donald Trump intenta reelegirse. En estos cuatro años de gobierno, que están próximos a terminar, su manera de comunicarse ha sido lo más característico de su mandato.

Trump en la presidencia siguió la misma estrategia de comunicación que utilizó en la campaña: el escándalo y la polarización. Y el mismo instrumento para operarla: los mensajes en Twitter desde muy temprana hora.

Estrategia e instrumento lo mantuvieron presente día con día en todos los medios de su país y del mundo. Pocos, muy pocos, son los que escaparon al atractivo que produce el insulto, la descalificación, el discurso políticamente incorrecto, las posiciones racistas, xenófobas y también los exabruptos.

El presidente en la implementación de la estrategia fue constante y disciplinado. Sabe muy bien que el escándalo vende. En su proyecto político le resulta fundamental todos los días marcar la agenda mediática.

Escándalo y polarización los utiliza para construir una narrativa que expresa su visión de Estados Unidos y el mundo. Esto le permite mantener un vínculo permanente con sus simpatizantes. Es a ellos a quien habla.

En los cuatro años son diez los puntos que traducen en la acción su estrategia de comunicación:

1. La violencia discursiva. El insulto y la descalificación de políticos de su país y también del mundo, que no piensan como él.

2. La mentira. Dice cosas falsas sobre la acción de su gobierno, los temas de la política interna y del mundo. Los medios estadounidenses registran más de 200 estas al mes.  

3. El nacionalismo exacerbado. Su país debe ser el primero en todo y desde ahí se relaciona con los otros países. Implica abandonar organismos internacionales y acuerdos de la comunidad internacional.

4. La supremacía blanca. De una u otra manera siempre está en la lógica de privilegiar a los blancos y de excusar sus errores e incluso crímenes.

Imagen: Revista Time

5. El racismo. En sus actitudes y en ocasiones, de manera abierta, expresa sus posiciones racistas que descalifican a estadounidenses que no son “blancos”.

6. La xenofobia. De manera abierta se pronuncia contra personas de otras naciones en razón de su raza, credo y cultura.

7. El machismo. En sus actitudes y discursos descalifica a las mujeres. Las ve como objetos sexuales. Defiende de manera pública a pederastas y violadores.    

8. Los liberales. Descalifica a las personas de pensamiento liberal a quienes acusa de ser enemigas de Estados Unidos y estar en contra de él y su gobierno.

9. México. En su discurso, burdo y primitivo, buena parte de los males de Estados Unidos tiene su origen en nuestro país: drogas, violencia, migrantes, desempleo y déficit comercial. La respuesta es construir un muro, que por cierto ya está hecho. 

10. La descalificación de los medios que lo critican. Los acusa de ser “enemigos del pueblo estadounidense”, de alterar la realidad y de ser constructores de noticias falsas.

La comunicación articulada a partir de estos diez puntos le ha permitido, a pesar de sus pocos resultados, mantener a sus votantes. Eso quieren oír los estadounidenses blancos y conservadores. La realidad del país pluriétnico y pluricultural no la aceptan. Se sienten amenazados. Trump les presenta el que quieren ver, pero sobre todo oír. Queda por ver si logra la reelección.

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