viernes 29 marzo 2024

Crónica: Trump y los motivos de Carlos Slim

por Mireya Maldonado

*Hace años, por lo menos desde 2014, que Carlos Slim no aparecía ante los medios de comunicación. Entre la maraña de encuentros y desencuentros entre México y Estados Unidos, las conjeturas de los representantes de los medios convocados abundaron.


Al menos eso se notó desde la enorme fila que ya había afuera de las oficinas de Inbursa, donde los corresponsales de otros países fueron los primeros en acreditarse y esperar formados, pacientemente.


La pregunta más reiterada en la espera fue si el hombre más rico del mundo tendría algo que decir sobre esa candidatura a la Presidencia de México que proponen algunas voces en las redes sociales, desde el hartazgo ante un gobierno que veían tibio hasta antes de la cancelación de un viaje a Washington para negociar el TLC y de los tuitazos del nuevo presidente de Estados Unidos que en tan solo siete días ha proferido toda una serie de amenazas de contra México.


La concurrida conferencia de prensa de Carlos Slim tardó cerca de cuarenta minutos en iniciar. Era la una y todo sereno cuando los sitios donde se sentaría con sus hijos Carlos y Marco Antonio Slim Domit, así como de su yerno Arturo Elías Ayub, aún estaban vacíos.


Algunos medios, de los más de 200 que asistieron, protestaron débilmente por la tardanza. En ese lapso, Arturo Elías, director de Alianzas Estratégicas de Telmex, comentaba con algunos reporteros que es falsa cierta carta de su jefe, el hombre más rico del mundo, que circula en las redes sociales.


Por fin apareció Carlos Slim Helú, en algo que más bien pareció la presentación de Great Again: How to Fix Our Crippled America, el libro que detalló los planes de Donald Trump para Estados Unidos hace dos años, cuando era precandidato a la presidencia del vecino país del norte.


“No le estoy haciendo propaganda al libro de Trump”, dijo Slim entre las risas de los representantes de los medios de comunicación a pesar de que lo mostró en repetidas ocasiones.


Básicamente, lo que se respiró en el ambiente a través de las palabras de Slim era que no debíamos sorprendernos. Donald Trump, quien “no es terminator sino negociaitor”, ya había anticipado en el 2014 cuál sería su fondo y su forma.


“Trump no tiene tiempo para ser políticamente cuidadoso, hay que entender estas circunstancias y estas estrategias”, por eso no hay que atenerse a las circunstancias coyunturales o a las formas de negociación directas, dijo Slim en diferentes tonos.


Pero antes de entrar en materia habló sobre la más sorprendente unidad nacional que ha visto en su vida, tal vez a la par de la solidaridad de la suscitada después de los terremotos de 1985.


Aunque respondió a los cuestionamientos sobre su postulación como candidato a la presidencia de México y en dos ocasiones dijo que su vocación era empresarial, Carlos Slim prácticamente entregó en esa conferencia un programa de trabajo como si fuera un precandidato, o tal vez para mostrar de lleno su apoyo al presidente de México o darle la receta o subrayar, con toda la fuerza que representa, mejores condiciones para los empresarios mexicanos, en este caso él.


Porque habló del apoyo irrestricto a las inversiones en México y que prácticamente se desregularan.


En todo caso no quedó muy claro el motivo de la conferencia de prensa a donde acudió una plana de más de dos centenas de reporteros, que en su mayoría lo escuchó con beneplácito risueño.


Claro está que su aliento inspiracional para hablarle a los habitantes de México y el mundo a través del cuarto poder fue posicionar a México en un mejor lugar en el concierto internacional.


En cuanto a las amenazas de Trump con respecto al TLC, Slim dijo que mientras inician las negociaciones y concluyen, el tratado continúa por lo que nadie debe preocuparse anticipadamente.


Asi se vió un discurso que comenzó siendo emotivo, con los golpes al plexo solar que se necesitan para crear empatías, por ejemplo cuando dijo para abrir boca que era “motivo de gran contento y emoción ver cómo se ha unido todo México, cómo se ha unido la sociedad civil, cómo se han unido los partidos, cómo se han unido hombres y mujeres como una sola voz y un solo ser para apoyar al presidente de México”.


Posteriormente se remitió a nuestros antecedentes históricos cuando recordó aquellos tiempos post independentistas y lo que ocurrió en la desunión. Durante 55 años en México hubo 66 cambios de gobierno, pérdidas de territorio, cinco guerras con potencias extranjeras y nueve constituciones políticas.


Aquí, justo en el año en que se celebra el centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Slim hizo una acotación temeraria: “creemos que con constituciones o con leyes resolvemos los problemas.”


Por supuesto, dejó claro que las negociaciones entre México y Estados Unidos iniciarán en un plazo relativamente corto. Serán arduas, difíciles pero subrayó que debemos tener una posición de fuerza “sin enojos y sin entregarnos, afortunadamente sabemos cuáles son las intenciones de parte de Estados Unidos y su gobierno”.


Entonces, después de los reiterados llamados a la unión para ser más fuertes entró en materia cuando mencionó que las sociedades en el mundo han cambiado, “estamos viendo una nueva civilización desde hace 25 años que significa un giro de 180 grados. Existe una tendencia a conservar los viejos paradigmas.


“Creo que en esta nueva sociedad de servicios, donde la tecnología ha cambiado de manera exponencial y sus cambios se aceleran cada vez más, ha habido países que se han involucrado en esos cambios".


Como paradigmas de ese proceso civilizatorio, Slim citó a Singapur, Corea y China, una sociedad industrial y tecnológica que anualmente ha sacado a 20 0 30 millones de personas de la pobreza.


Durante su conferencia de prensa, el magnate no dejó de recalcar en diferentes tonos que Trump está haciendo cambios y sorprendiendo al mundo en muchos sentidos.


Es un gran negociador, dijo mientras mostraba nuevamente el libro. El presidente de la Unión Americana tiene claro que hay que transformar a su país y algunos de sus proyectos sí van con el desarrollo tecnológico, por ejemplo los de infraestructura o de inversión con el capital privado o los grandes cambios en la salud pero otros son utopías regresivas. “Se trata de un regreso a la exitosa sociedad industrial del pasado americano, a la manufactura sin que sea cualitativa, selectiva y racional, esperemos que se dé cuenta de que no es por ahí”.


Porque pensar, agregó, en el regreso de la exitosa industria que la llevó a ser líder en el mundo durante en el siglo XX ya no funciona. Ese regreso al pasado significa saltos hacia atrás. “Creo que tendrán que darse cuenta o nosotros tendremos que dar datos de lo que significa”.


Afortunadamente para México “nuestra capacidad de competencia con China y Asia es favorable”, no sólo por la distancia sino desgraciadamente porque nuestra mano de obra es barata.


Ya en este punto, nuevamente citó al multimencionado libro. El mensaje subyacente es que de haberlo leído quienes ahí estábamos tendríamos mayor claridad sobre lo que pretende hacer Trump pues “no hay ningún secreto, no hay sorpresas”. Por supuesto, aclaró que no le estaba haciendo propaganda al texto.


En resumen, Slim se mostró optimista cuando subrayó que las circunstancias de hoy en Estados Unidos serán muy favorables para los mexicanos si es que crece 4% al año.


Aquí el magnate despegó la vista de sus apuntes hechos a mano, con letra pequeña y condensada que, según comentó, hizo un día antes y reiteró la invitación a entender la cambiante personalidad de Donald Trump.


Así llegaron nuevamente los mensajes emotivos:


“Hoy nuestra preocupación primaria es la situación de los mexicanos que viven en Estados Unidos, que pueden sentirse en el desamparo, pero es claro que los van a necesitar cuando se construya infraestructura porque los inmigrantes mantienen fresco, innovador y vital a Estados Unidos”.


Y pese al llamado al entendimiento de la personalidad del presidente de Estados Unidos, reiteró que “no es para estar tranquilos pero las circunstancias son favorables”.


Después lanzó de lleno a sus propuestas no sin antes recalcar los paradigmas de la nueva civilización: la pluralidad, la diversidad, los derechos humanos, la libertad, la globalización, la productividad, el medio ambiente, la competencia.


Habló de dos pistas: el desarrollo de la economía interna y el sector externo.


“La mejor barda es generar oportunidades de empleo, invertir en México, fortalecer la seguridad jurídica, aplicar la Ley de transparencia y anticorrupción, bajar el gasto corriente, eficientar el gasto público para ofrecer más y mejores salarios a nuestra sobresaliente fuerza laboral que es con mucho superior a la de nuestros vecinos.


"Necesitamos una política económica que impulse el desarrollo nacional integralmente con una política fiscal y monetaria que favorezca la inversión y el empleo y un programa de sustitución de importaciones moderno que no se base en el proteccionismo ni encarecimiento al consumidor".


Habló también de la reconversión urbana, de recuperar esos viejos espacios de las fábricas para que la gente viva, trabaje y se divierta en una misma zona y de lo que tal vez fue uno de sus mensajes centrales “apoyar mucho a las pequeñas y medianas empresas con desregulación, casi nada de regulación”.


La segunda pista, explicó el dueño de América Móvil, es el sector externo, en particular con Estados Unidos. Fue entonces cuando se dio el tiempo de aclarar que el mayor déficit comercial de nuestro vecino del Norte es con otros países, particularmente con China y no con México como ha señalado ad nauseam Donald Trump.


En cuanto a nuestro intercambio comercial con el resto del mundo enfatizó que el problema con Asia es que solo nos exporta. Hay que buscar mejorar esa relación. Con unos países importamos 75 mil millones y exportamos 5 mil.


En lo que se refiere a la balanza comercial señaló que ojalá podamos hacer que se produzca más. “Aquí somos muy buenos trabajadores, se produce más barato que en otros lados, quienes invierten aquí que finalmente son dueños de las empresas y no hay transferencia tecnológica".


Y llegó de nuevo el chiste festinado: “casi, casi hasta la barda harán los mexicanos” para recalcar que “No tengo duda, México es el mejor socio de Estados Unidos y el más complementario”.


Cerró entonces su propuesta de programa de desarrollo nacional o de consejos al Presidente de México: Enfatizar en la economía interna, inversión nacional, reconversión urbana, infraestructura, vivienda, revisar cuáles nuevas actividades son generadoras de empleos sin descuidar las tradicionales.


En la sesión de preguntas y respuestas no podía faltar si se postularía como candidato y el subrayado de Carlos Slim sobre su vocación empresarial que aprovechó para apelar de nuevo a la unidad nacional, argumentando con números frente al oponente y negociando desde una posición de fuerza. La receta para el equipo de Peña Nieto fue así subrayada con negritas.


Por lo pronto, aún no hay por qué preocuparse según el ingeniero Slim. “Trump no puede cerrar fábricas de un día para otro y llevárselas a Estados Unidos. Es irracional y costoso trasladar miles de empleos con un costo de millones.”


También sugirió un programa de estabilización para el tipo de cambio. Es la primera vez en mi vida que veo que tenemos tantas reservas y nos las usamos, y no se trata de picotearle: en la crisis de 76 nos habíamos quedado sin reservas, en 82 más, en 95, secos. Pero hoy tenemos 175 mil más 90 mil derechos de giros.


Las preguntas saltaron de un tema a otro, pero destaca también el que Carlos Slim no cree que Trump ponga en riesgo la libertad de prensa en Estados Unidos a pesar de sus declaraciones en torno a que los periodistas son los seres más deshonestos del planeta.


Prácticamente no quiso dar su opinión sobre Donald Trump, con quien cenó el pasado diciembre, pues no es lo mismo una conversación social que subirse al ring. “De hecho yo conocí más a Trump leyendo su libro que en una cena que fue cordial”.



EFE


Claro, no faltó el reportero que pidió consejos de Slim para el presidente de Estados Unidos de la misma forma que se los acababa de dar a Peña Nieto. No hubo tales porque el magnate se apresuró a aclarar de forma reiterada que sólo le interesaba la unidad nacional


En síntesis, Slim, quien además acaba de anunciar que planea lanzar una cadena de televisión para mexicanos en Estados Unidos hizo algunas críticas a Donald Trump pero recalcó que el presidente norteamericano no está engañando a nadie.


Al mismo tiempo habló de su respaldo al gobierno de México que debe tener una posición negociadora y firme, con base en el consenso de que no hay que limitarse al TLC sino ir más allá.


Lo cierto es que fue una conferencia de prensa que se caracterizó por preguntas amables y en su mayor parte por periodistas arrobados por Slim. Dos preguntas de las reporteras de etcétera fueron prácticamente eludidas.


Una de ellas, directa: ¿Por qué mientras Donald Trump agrede a México usted ve oportunidades de negocio? La respuesta giró en torno a las declaraciones del presidente estadounidense en torno a su cariño por los mexicanos y su buena impresión de México y un muro que no será construido en su totalidad, como dice en su libro. En realidad, dice Carlos Slim, Trump sólo está provocando para negociar.


En la otra se le inquirió otra vez sobre su opinión sobre el personaje en cuestión y de qué tamaño es el riesgo que México enfrenta. Pero el empresario cree que Trump está choqueando al mundo para transformarlo y si consigue que la economía de Estados Unidos crezca, México será favorecido.


Y ahí, en el aire, casi desapercibido por muchos medios al final de una inusitada conferencia de prensa quedó la acotación de Carlos Slim sobre estos días de sobresalto: “nunca habíamos tenido una relación tan difícil con Estados Unidos durante los últimos cien años”, no obstante no quiso ser catastrófico ni juzgar a Donald Trump. Su frase de despedida: está para servirle a México en lo que se necesite.


Así, a quienes desde las redes sociales le piden candidatearse les agradeció su apoyo pero aclaró que puede hacer más por el lado empresarial. "Estoy apoyando al gobierno”, dijo en un aparente lapsus final para después corregir… [estoy apoyando al país].


Al final, el propósito de la conferencia de prensa no fue claro. ¿Realmente sólo se trató de dar su propuesta para salvar a México de Trump?


El mismo Carlos Slim aseguró que este personaje, a quien califica como un hombre inteligente, mira hacia atrás, hacia el boyante pasado industrial de Estados Unidos de principios del siglo XX y frente a esa mirada en retrospectiva está un eficiente equipo negociador mexicano que debe avocarse a la negociación sin perderse en rounds de sombra con el nuevo presidente de Estados Unidos.


Sin embargo, queda en el aire el objetivo real de la conferencia de prensa del hombre que posee bienes que ascienden a los 49.9 billones de dólares.



*Este texto fue publicado originalmente el 28 de enero de 2017

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