viernes 29 marzo 2024

Convento Santa María de la Asunción, Atlixco, Puebla

por Rubén Aguilar Valenzuela

Toponimia

Atlixco, del náhuatl atl (agua), ixtlatl (valle) y co (lugar), que se traduce como “lugar del valle del agua”.

Historia

Es una de las primeras fundaciones conventuales de la Nueva España. Kubler cita a Vetancurt, quien dice que fue “la primera que en aquella parte se fundó”. Sería entonces anterior a Tochimilco, Huaquechula y Cuautinchán. Entre sus fundadores está los frailes Juan de Alameda y Toribio de Benavente, Motolina (1482-1569).

La iglesia y el convento se construyen entre 1544 y 1571. Motolinia dirige alguna etapa de la construcción entre 1541 y 1569. Un documento de 1581 dice que para esas fechas estaban terminados la iglesia y el convento. En 1585 el visitador Ponce describe el convento como “antiguo”, de hace unos 40 años. En el sigo XVIII se añaden la barda que encierra el atrio, la portada, la torre y la sacristía. La atención de la Iglesia se seculariza a mediados del siglo XVIII.

En 1569, la influencia y expansión de los agricultores españoles expulsa a más de la mitad de la población indígena que vive en el lugar, que tiene que reinstalarse en otros sitios.

En 1579 se funda la población de colonos españoles con el nombre de Villa Carrión, después Atlixco, por Pedro del Castillo Maldonado y Cristóbal Ruiz Cabrera, que son sus primeros alcaldes ordinarios, como queda establecido en la Primera Acta de Cabildo del 22 de septiembre de 1579. Felipe II, en su Real Cédula expedida en Barcelona el 29 de septiembre de 1579, reconoce la fundación.

La fertilidad del Valle hizo que la Villa de Carrión pronto se convierta en una importante zona agrícola. A principio del siglo XVII ya es la primera zona productora de granos en Nueva España. La importancia del lugar atrae a órdenes y congregaciones religiosas. En 1632, la cabecera fue designada independiente de Huejotzingo con 11 poblaciones a su cargo.

Descripción

Atrio

El conjunto conventual está en la ladera del cerro de San Miguel, en la parte alta de la ciudad. El atrio es de mediana dimensión. Se accede a través de un portal de dos arcos. La barda de mampostería es de arcos invertidos y tiene nichos incrustados donde estaban las figuras del Vía Crucis. Estos elementos son de mitad del siglo XVIII. La iglesia y el convento se elevan sobre el atrio. La diferencia de nivel se supera con escalones de piedra que corren a lo largo del edificio.

Portal de peregrinos

Tiene cuatro arcos de medio punto de mampostería que se sostienen en tres columnas de piedra.

Capilla abierta

La capilla abierta es el arco de la izquierda, que es también entrada al convento. Es muy probable que la capilla abierta haya sido una construcción anterior a la iglesia y el convento.

Iglesia

Exterior

La fachada tiene cuatro elementos: la portada, la ventana tipo rosetón, dos contrafuertes que forman parte de la misma. En ambos lados de la puerta dos nichos que son estaciones del Vía Crucis. La torre montada sobre la fachada es un añadido de mitad del siglo XVIII.

La portada tiene dos cuerpos. El primero es la estructura que enmarca la puerta de entrada; es de estilo plateresco del siglo XVI y tiene 12 flores y un nicho con la imagen de san Francisco. Se encuentra en medio de dos columnas retorcidas que deben ser del siglo XVIII. El segundo cuerpo es la ventana del coro. La parte central es de estilo plateresco y debe también ser del siglo XVI. Se enmarca en dos columnas retorcidas del siglo XVIII. Más arriba la ventana rosetón.

Interior

La planta interior es una nave. El techo es una bóveda con nervaduras góticas muy propias de los conventos del siglo XVl. En el techo del presbiterio se continúan las nervaduras.

La nervadura gótica del coro es muy bella y está muy bien conservada. El órgano debe ser del XVIII. La parte baja del coro no tiene nervaduras.

El altar mayor es de mitad del siglo XVIII. El estilo es barroco y está dorado. Tiene cuatro columnas salomónicas. Los nueve cuadros presentan escenas de la vida de la Virgen María. Es notable el de la parte superior, donde la Virgen comparte espacio con la Divina Trinidad. Son obra de Francisco Martínez. Son de muy buena factura. Es muy probable que él también doró y ensambló el altar. En el altar faltan tres cuadros, que seguramente fueron robados. Los ocho altares laterales son neoclásico de madera pintada de blanco y no tiene mayor valor.

Francisco Martínez (activo 1717-1758) fue pintor y dorador. Sus obras más relevantes las elaboró entre 1717 y 1755, que es una época de intensa actividad e importantes cambios artísticos en la capital de la Nueva España. Él como otros artistas del virreinato, ejerció varios oficios: pintor, dorador, ensamblador de retablos y decorador de fiestas efímeras. Gozó de gran prestigio en estos campos y fue un gran retratista. Entre sus trabajos más destacados se encuentra el dorado del retablo mayor de la Catedral de México (1743), la erección del túmulo funerario de Felipe V en Guatemala (1747) y la realización de las arquitecturas efímeras para la jura de Fernando VI en México (1747).

Su prestigio profesional también se muestra por las numerosas ocasiones en que dictaminó imágenes milagrosas, procesos de indagación sobre manufacturas y transformaciones sobrenaturales, que era algo común en el ámbito religioso del virreinato. Es contemporáneo de José de Ibarra (1685-1756). Hicieron trabajos juntos y también compitieron entre sí. La generación anterior, a la que pertenecieron Cristóbal de Villalpando y Juan y Nicolás Rodríguez, fue muy destacada. De la generación que le sigue fue notable Miguel Cabrera. Eso, dicen algunos críticos, eclipsó la figura de Martínez, que trabajó muy cerca de los jesuitas.

El altar mayor es una buena pieza del barroco de mediados del siglo XVIII. La calidad de la obra se percibe a primera vista. Destaca el trabajo escultórico, el dorado y ensamblado del altar y también las pinturas. Están bien conservadas.

En la iglesia hay estas dos pilas bautismales que considero son del siglo XVI. La de abajo parece una pieza prehispánica.

Convento

Es de forma cuadrada y al centro hay una fuente que debe ser original. Tiene claustro bajo y alto de tres arcos en cada nivel. Los arcos del claustro bajo son rebajados y los del claustro alto todavía más. Las columnas de los arcos de los dos claustros son de piedra. El techo es de vigas de madera. El piso actual es de loseta de barro.

Murales

En el claustro bajo se pueden ver frescos del siglo XVI. Entiendo que hay muy buenos en la Sala De Profundis, pero no está abierta al público. No nos dejaron subir al claustro alto y tampoco recorrer el claustro bajo.

Comentario

El convento se funda en 1524, sólo tres años después de la caída de México-Tenochtitlan en 1521. Es del grupo de las primeras fundaciones franciscanas de la Nueva España. El conjunto, iglesia y convento, es sencillo y austero. Tiene el sabor de lo primitivo y original. Hay una mezcla de los estilos gótico (nervaduras), renacentista (portada plateresca) y barroco (altar mayor).

Llama la atención que el conjunto no tenga almenas. No tiene la forma de un convento fortaleza que es común en esta región. Fray Toribio de Benavente, Motolinia, fue guardián del convento en los primeros años de su construcción. Voy a investigar sobre su trabajo misional en esta zona.

En nuestra visita de junio de 2018 pudimos constatar el lamentable estado de conservación del conjunto. Urge una intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para rescatarlo. No entiendo que se prohíba la entrada al claustro del convento. De manera accidental pudimos ver el claustro bajo. Ahora en el portal de peregrinos, con una estupenda arcada del siglo XVI, funciona un restaurante que agrede el espacio.

Es la primera vez que visito este convento, aunque tenía referencias. En las paredes de lo que fue la capilla abierta estaba el informe, con fotografías, del peritaje que hicieron los arquitectos del INAH sobre los daños que sufrieron la iglesia y el convento a causa del temblor de septiembre de 2017. Todos son menores.

Fuentes

Kubler, George, Arquitectura mexicana del siglo XVI, FCE, México, 1983.

Notas de la visita.

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