viernes 29 marzo 2024

Cuando el Conacyt de Álvarez-Buylla criticó cocina industrial de la administración anterior y hoy en sus oficinas se sirve comida gourmet

por Alejandra Escobar Atempa

Hace apenas cuatro meses, para ser precisa el 21 de enero de 2019, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de María Elena Álvarez-Buylla emitió un comunicado para desmentir versiones periodísticas que señalaban que su directora ganaba más que el mismísimo López Obrador.

Para detener las críticas, el nuevo Conacyt intentó darnos un “ejemplo” de su apego a la llamada “austeridad republicana” y en cinco párrafos nos contó, entre otras cosas, que no se gastaría dinero del erario público en la remodelación de la oficina de la directora y que se abriría en la plata baja de la sede principal un espacio para colocar los muchos libros que “encontraron guardados en cajas”.

Entonces también se criticó que la administración anterior, de Enrique Cabrero, contaba con una cocina industrial y un chef de planta, algo impensable para la Cuarta Transformación.

“En lugar de tener un espacio de privilegio en la parte superior del edificio que contaba con una cocina industrial con chef de planta y un Roof garden en la terraza que sólo era accesible para una élite del Consejo. Ahora las áreas del séptimo piso se volverán de uso colectivo para encuentros de trabajos”.

Pero el tiempo pasa y la austeridad se ajusta según conveniencias.

Hoy es el Conacyt de Álvarez-Buylla el que también tiene comedor fifí, chef de planta y hasta nutriólogo. La comida, además, no es cualquier cosa. Según el reportaje que el pasado lunes publicó El Universal, los empleados de la sede principal se sirven con la cuchara grande toda clase de productos gourmet, carnes y bebidas orgánicas, charolas trapezoidales de plástico o fibra de vidrio en color azul y loza de porcelana.

Mientras tanto, en otros centros del Conacyt no hay para pagar la luz, por lo que sus empleados tienen prohibido conectar sus celulares a la corriente eléctrica y mucho menos pensar en el aire acondicionado. Además de que la becas no llegan o llegan tarde, como a los niños de las Olimpiadas de Matemáticas que lejos de recibir un apoyo acelerado por parte del Conacyt, viajarán a Sudáfrica gracias al apoyo de Guillermo del Toro, Grupo Modelo, y otros tantos ciudadanos que los fondearon.

Sobre su comedor gourmet, por cierto, la responsable del instituto justificó que “no es un lujo” sino “una conquista laboral” y hoy, al ser cuestionada por la prensa al finalizar la inauguración del Parlamento Abierto del Plan Nacional de Desarrollo, en la Cámara de Diputados, huyó y evitó ofrecer respuestas o al menos, contrarrestar su demagogia.

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