martes 16 abril 2024

Como sea, primero los pobres

por Javier Solórzano

Puede no gustar la forma en que está haciendo las cosas el Presidente, pero nadie se puede decir engañado o sorprendido por lo que ha hecho y anuncia que hará.

Todo está en el guion que nos adelantó en su campaña y desde hace al menos 18 años. Informó, entre otras cosas, que si ganaba, organizaría conferencias de prensa matutinas diarias, en las que iba a reportar acciones de su gobierno, y que también le servirían para responder a sus adversarios, “los conservadores”. Dijo además que no se “iba a quedar callado” y utilizaría “su derecho de réplica”.

Una cosa es que se diga lo que viene y se promete, y otra, que todo esté formalmente entre nosotros. Los escenarios han pasado por una suerte de montaña rusa, lo único definitivo es que el Presidente tiene la última palabra, así le sea adverso lo que se dice o se le venga encima la terca realidad.

Da la impresión de que la crítica a López Obrador ha perdido de vista una de las razones por las cuales ganó las elecciones: el hartazgo hacia los sexenios anteriores, que colocaron al país en el centro de la lacerante pobreza, la desatada corrupción y la incontrolable inseguridad y violencia.

El nuevo gobierno no ha podido hacer mucho de lo que prometió. Es cierto que el tiempo está siendo un factor en contra, el cual le está impidiendo cambiar el estado de las cosas.

Sin embargo, un tema para detenerse es que sigue prometiendo y se autoimpone plazos en ello, los cuales se ve difícil que se puedan cumplir; lo último fue que la violencia se erradicará en seis meses.

López Obrador ganó sin duda por méritos propios en donde, reiteramos, el entorno jugó un papel destacado. Esto que es muy sabido es bueno recordarlo bajo lo que ya es el nuevo ejercicio del poder por parte del tabasqueño.

Querer que le vaya mal es un sinsentido, porque a los primeros que les va a terminar yendo mal es a todos, empezando, una vez más, por los más pobres.

Nos está costando entender y acostumbrarnos a lo que estamos viviendo. No sólo es lo hasta cierto punto inédito del momento histórico; es también que el Presidente tiene formas muy suyas; por cierto, son de siempre, las cuales en el marco de muchos años de lucha por la democracia, la crítica y la participación ciudadana se llegan a  ver palidecidas e incluso menospreciadas.

Los mismos seguidores de López Obrador a menudo optan por mejor quedarse callados o emitir sus necesarias críticas para un mejor ejercicio del poder y gobernabilidad en voz baja; prefieren esto antes que aparecer como críticos del Presidente.

No se aprecia que la cosas a lo largo del sexenio vayan a ser muy diferentes de lo que han sido desde el inicio. Vamos a seguir entre jaloneos, confrontaciones y, en pocos casos, reconocimientos entre la crítica y el Presidente.

En medio de todo lo que se vive, haciendo a un lado filias y fobias, chairos y fifís, es fundamental que la lucha contra la pobreza pueda ofrecer resultados tangibles. Se requiere de un gran apoyo y compromiso en un país con una abrumadora, y hasta grosera, concentración de la riqueza.

Lo de “primeros los pobres” quizá sea una de las causas por las cuales López Obrador tuvo un gran apoyo nacional. Mucha gente se vio identificada por primera vez en sus vidas con un político que les habla directamente y, además, piensa en ellos para gobernar.

Vamos a tener que convivir seis años, nos gusten o no, las formas de unos y otros. La gran mayoría que tiene el Presidente puede ser un subibaja; no tiene garantizado el apoyo.

Para que las cosas sigan como las quiere el Presidente requiere de resultados y si bien la lucha contra la violencia es clave, lo primero, primero, primero son los pobres.

RESQUICIOS.

Hay zonas en la frontera en las que no queda claro dónde termina México y dónde empieza EU. Esto seguramente es lo que puede definir el incidente entre los soldados de ambos países en Ciudad Juárez. Lo que pasa es que on Trump cualquier motivo es bueno para agarrarnos a tuitazos.


Este artículo fue publicado en La Razón el 25 de abril de 2019, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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