jueves 28 marzo 2024

¿Ciudadanos?

por Teresa Gurza
Etcétera

Pasaron ya sin problemas las elecciones; así que ahora respiren y agárrense, porque inició con mucho adelanto la carrera para la Presidencia.

Estaba ya apuntado en ella el experto en divisiones, y esta semana salieron del clóset dos candidatos más que pese a sus años de mover el abanico y ocupar puestos políticos, se autodefinen también como “ciudadanos”; y si bien en estricto término son ambas cosas, ciudadanos y políticos; lo que pretenden al así clasificarse, es diferenciar sus inmaculadas personas de los corruptos “políticos”.

Con un discurso tibio y poco autocrítico Margarita Zavala, panista durante decenios, nos avisó que quiere ser presidenta de la República; y anunció que ante el desastre del PAN y sus recientes pérdidas electorales, recorrerá el país “para construir de la mano de los ciudadanos un proyecto nacional…”

¿Alguien le podrá creer a esta exdiputada local y federal y consejera nacional de su partido desde 1993, que es una ciudadana independiente?

¿O le recordará que el PAN perdió más, cuando terminó el sexenio de su marido? quien por cierto, en mucho colaboró para hacer de ese partido el ring y cochinero en que está hoy convertido.

Las reacciones frente a su auto-destape no fueron del todo positivas: “Prematuro” dijo el senador Javier Lozano en el Universal, aclarando que “una cosa es tener ganas y otra tener con qué…”

Al parecer no lo tuvo, cuando hace meses aspiró a una diputación federal o hace días a dirigir el PAN; y es que es demasiado el lastre que le aportan el sexenio y la personalidad de Felipe Calderón; pero si en el futuro la candidatura a la Presidencia tampoco le resulta, podrá volver a achacarlo a los enemigos partidistas y a los fraudes.

Lo mismo alegará Andrés Manuel, quien ha convencido a muchas y muchos de ser el único mexicano no corrupto; como si no fuera corrupción actuar para casi acabar con un partido de izquierda, si es que así puede considerarse ese conglomerado sin forma, principios o ideología, propiedad de los chuchos.

López Obrador dividió a los perredistas michoacanos cuando dirigió el PRD y se ufanaba de no ser de izquierda; y lo fracturó después a nivel nacional, al crear Morena “un partido de ciudadanos” que “solo buscará alianzas con ciudadanos”.

El otro auto-destapado de la semana es Miguel Ángel Mancera; y adivinó usted, “desea” la grande pero irá como “independiente”.

“… yo no estoy afiliado a ningún partido político, -dijo en su particular sintaxis-, está la vía independiente, están los demás planteamientos, ya veremos en su momento si hay un proyecto político que se sostenga, no sé… en este momento… mi prioridad es la ciudad. En cualquier momento puede acontecer algo que cambie la previsión. Tenemos que estar concentrados”; vaya, vaya.

Y en Morelia, el sacerdote Alejandro Solalinde destapó a la periodista Carmen Aristegui, según leo en Etcétera.
Pero si a algunos se les adelantan los tiempos políticos, otros los tienen retrasados; como el presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, que calló durante meses de campaña lo que hasta ahora, a más de una semana de las elecciones, está denunciando al declarar que la campaña del PRI en Guerrero, fue financiada por narcotraficantes.

En entrevista con Adela Micha, Navarrete aseguró que varios candidatos del PRD a alcaldías de Guerrero, fueron secuestrados en sus propios domicilios por bandas del crimen organizado, para que no hicieran campañas y favorecer así al PRI.

Y agregó que dos de los alcaldes perredistas vencedores, han tenido incluso que irse de Guerrero temerosos ante las amenazas que se harán efectivas, en caso de que tomen posesión.

Insistió Navarrete en que su partido presentó ya denuncia formal en la PGR por esos hechos; y advirtió que de no haber “intervención inmediata” de la autoridad federal “para frenar a los ocho grupos delincuenciales que actúan en Guerrero, se lamentará llegar a peores condiciones que en el peor momento de Michoacán.”

Respecto a los autores de las amenazas señaló, “con toda responsabilidad” al PRI; “todo apunta al PRI”, reiteró.

Pero entró en contradicciones, porque primero dijo que no lo informó o denunció antes, porque desconocía lo que estaba pasando; para más tarde desdecirse y plantear que había tenido “indicios” de lo que ocurría; pero que luego de analizarlos, su partido optó “por no hacer nada para dar a los electores tranquilidad y certidumbre en las votaciones; y no calentar los acontecimientos”.

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