jueves 28 marzo 2024

Chapo y la desconfianza

por José Yuste
Etcétera

Los organismos empresariales levantaron la voz por la inadmisible fuga de El ChapoGuzmán, el hombre más buscado por la justicia mexicana, que decidió dejarlo en México para mostrar la fortaleza de las instituciones.

Y, no obstante, a poco más de un año se escapa de lo que, se suponía, era una cárcel de máxima seguridad. El golpe en la confianza empresarial, e incluso en la certidumbre jurídica para las inversiones, es mayúsculo. Así lo dejaron ver, tanto Concamin, como Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial.

INCERTIDUMBRE JURÍDICA POR CORRUPCIóN

La fuga del hombre más buscado por México y por el mundo mina cualquier confianza empresarial por un solo hecho: la enorme corrupción vivida en el sistema judicial y el penitenciario.

Si el Chapo pudo fugarse de una cárcel de máxima seguridad, como Almoloya o El Altiplano (como ahora le llaman), tuvo que dar mucho dinero para corromper el sistema carcelario y judicial para obtener los planos de ingeniería del penal, saber el momento exacto para escapar, usar el dinero para comprar una casa a kilómetro y medio del penal, y que, supuestamente, nadie se diera cuenta de un tunel larguísimo.

Tan sólo el túnel llevó la utilización de 400 camiones para sacar la tierra y crear una infraestructura a diez metros de profundidad. El haberlo logrado, sólo fue gracias a la corrupción. La lectura es abrumadora: En México se avanza con corrupción. De ahí el temor de los inversionistas por la incertidumbre jurídica.

CONCAMIN Y HEATH: EXTORSIóN ORIGINA BAJO CRECIMIENTO

Manuel Herrera, presidente de Concamin, señalaba bien: es lamentable que México sea referencia internacional por la mayor fuga de un penal de máxima seguridad, donde se utilizó el dinero para extorsionar a las autoridades.

Comentábamos, con el economista Jonathan Heath, las razones del bajo crecimiento en México, a pesar de tener reformas estructurales de segunda generación y, desde luego, que Jonathan ponía como uno de los problemas la falta de Estado de derecho, la incertidumbre jurídica y la corrupción.

Se creyó que el combate a la corrupción podía ser secundario. Hoy debe considerarse como una reforma estructural más. Tenemos que sacar adelante el Sistema Nacional Anticorrupción y sus leyes secundarias, pero también mostrar que la ley está por encima de los intereses particulares.

SER NARCOTRÁFICANTE NO ES SER EMPRESARIO

Sobre el Chapo Guzmán, se escuchó de todo durante este fin de semana. Que si es un empresario con altos alcances, y que ahí debemos tener cuidado.

Una cuestión es que el Chapo tenga una organización con tintes empresariales, pero otra que sea empresario. La organización del Chapo puede producir como empresa, pero produce con mano de obra semiesclava. Puede transportar y exportar, pero bajo medios ilegales. Puede vender su producto, pero bajo chantaje, extorsión y en medio de negocios como la trata de personas.

Hay a quien le gustaría ver a Guzmán Loera como empresario. No lo es. El terreno del narcotráfico no es pagar impuestos, sino extorsionar; no es acudir a tribunales, sino a su propia fuerza utilizando armamento; no es de pagar prestaciones sociales, sino utilizar mano de obra esclava.

Hay quien todavía recuerda cuando Rafael Caro Quintero, el narcotraficamente de los ochenta, decía que él podía pagar la deuda externa del país, en aquel entonces nuestro principal problema financiero, que ascendía a más de 80 mil millones de dólares.

Esto no es cierto. El narcotráfico, si bien puede tener una organización para producir, distribuir y lavar dinero, la cual es sofisticada, tiene su principal centro de poder en la delincuencia, la extorsión, la trata de personas, el tráfico de armas y la extorsión. Querer ver a los narcotraficamentes como empresarios es un sinsentido.


Este artículo fue publicado en Excélsior el 14 de Julio de 2015, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página

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