jueves 28 marzo 2024

Camina como pato….

por Javier Solórzano

El problema que se le viene a quien gane las elecciones es de enorme complejidad y difícilmente lo va a resolver. Va a tener que convivir con un personaje ante el que hay que tener paciencia, pensando en una especie de convivencia inevitable y, al mismo tiempo, forzada.

Lo que por ningún motivo se debe mostrar, ni por asomo, es debilidad o temor, de esto se trata el juego y la estrategia del estadounidense.

Por más que el gobierno de Peña Nieto se haya mostrado firme y claro en los últimos meses con Trump, no ha podido salir del desaguisado que provocó cuando, de manera poco pensada, con dosis de oportunismo, invitó al entonces candidato republicano. Las consecuencias se siguen padeciendo; vio un gobierno débil, aprovechó el viaje y encontró cuál era el camino.

El hecho de que nuestro país vaya a tener un nuevo gobierno, independientemente de quién gane, no cambia en nada las cosas. En muchas áreas se tendrá que empezar de cero. A Trump le da lo mismo quién gobierne México y, si nos apura, casi le da igual quién gobierna en el mundo.

Se dedica a imponer y no le importan las formas ni el respeto por los otros. Este fin de semana dio una muestra más de su insolencia. Llegó tarde a una de las sesiones del G-7 sin justificación alguna. Trudeau esperó lo que pudo hasta que dijo: “no podemos esperar a los que llegan retrasados”.

Cuando el presidente de EUA se integró a la reunión, lo hizo sin decir absolutamente nada sobre el incidente, el cual tuvo en espera a los mandatarios de las grandes potencias del mundo. Sus desplantes no terminaron con esto. Dejó la reunión antes de que se clausurara y se firmaran los acuerdos finales para dirigirse a Singapur. En México sabemos y hemos vivido en carne propia los desplantes y de lo que es capaz de hacer en la relación bilateral.

Es fundamental que quien gane las elecciones tenga en su agenda dos temas: cómo desarrollar la relación bilateral con EUA, más allá de las presiones que no van a parar, cómo establecer el trato con un presidente con el cual, si bien pudiera ser fácil sentarse con él, lo inesperado y desagradable es lo que puede hacer y decir después, como le pasó ayer al primer ministro de Canadá.

Siempre es tema a atender con cuidado y firmeza la relación de nuestro país con EUA; sin embargo, con Trump las cosas han adquirido otra dimensión.

Quien gane deberá tener cuidado y firmeza, y no esperar que, porque es el nuevo presidente, lo van  a tratar diferente.

No hay que ser ingenuos. Recordemos aquello de que camina como pato, come como pato…

RESQUICIOS.

Así nos lo dijo el viernes Raúl Trejo, de la UNAM:

Me llamó la atención la jerarquización informativa que hicieron los noticiarios ayer. El hecho de que le hayan dado tanta importancia al video contra Anaya apunta a ser una operación de Estado. Todo indica que los medios están, una vez más, sintonizados con el gobierno.

Me llamó la atención la entrevista que le hizo TV Azteca a López Obrador, fue obsequiosa y detallada, fue inusual. Es de atenderse que la entrevista haya sido tan entregada. La relación desde hace tiempo entre Ricardo Salinas y López Obrador es buena, y se ha ido fortaleciendo. El tuit de AMLO, elogiando al dueño de la televisora, lo confirma.

Hay una decisión política de Televisa y TV Azteca que se aprecia que, en la medida en que avanzan las campañas, hay una mayor cobertura hacia López Obrador, puede haber una decisión política.

Es emblemático que sea el Estadio Azteca el lugar donde cierre su campaña. En esta feria de signos, no deja de llamar la atención.


Este artículo fue publicado en La Razón el 11 de junio de 2018, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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