La más reciente encuesta que tienen a mano los partidos, sobre los aspirantes a la Jefatura de Gobierno en 2018, muestra a Ricardo Monreal como quien más avanzó después del sismo del 19 de septiembre, que, en cambio, provocó un estancamiento de Claudia Sheinbaum.
Es la encuesta que todos esperan cada mes (y todos saben de dónde viene) y en cada una de sus variantes muestra al jefe delegacional en Cuauhtémoc con 31.24 por ciento, contra 29.95 de la delegada en Tlalpan y candidata de Morena.
Aunque el primer lugar en mediciones es lo que sobra a Ricardo Monreal: lo que le falta es una candidatura, pese a que desde el PRI hasta el Frente, pasando por el Verde y el PES, se le han acercado para proponérsela, pero ninguna aterrizada.
Hasta 19-20 de agosto, cuando perdió el sondeo oficial de Morena, Monreal resultó número uno en todas las encuestas: El Universal, Reforma, Publimetro, la UNAM y hasta Regeneración, el órgano oficial de Morena. Ganó en 19 de 23 mediciones independientes.
La oferta con más amarres a Monreal es del Frente, en el cual la coincidencia es casi general para que sea el abanderado, con un impulso notable de la corriente perredista de Los Chuchos. Sin embargo, la única resistencia es la de Alejandra Barrales.
Y se entiende: la dirigente nacional del PRD pasó aceite para poder integrar el Frente con su homólogo del PAN, Ricardo Anaya, con el único objetivo de ser ella la candidata a la Jefatura de Gobierno, y él candidato a la Presidencia de la República.
Barrales no quiere dejar pasar a Monreal bajo ninguna explicación, tanto que dentro del Consejo Nacional del PRD aseguran que ella misma propició la publicación, hace una semana, de una residencia que tiene en las Lomas de Chapultepec, para que “saliese ahora, de una vez, y no en la campaña”.
Una táctica infantil, por cierto: es como pensar que (por conocidos) en la campaña de 2018 estarán ajenos la Casa Blanca, el socavón de Cuernavaca, o los 300 millones de pesos en que aumentó la fortuna de la familia de Ricardo Anaya, o los años que vivieron los hijos y la esposa de éste en Atlanta.
O hasta el propio departamento de Barrales en el norte de Miami Beach, de un millón de dólares. Porque el primero que pretende encasillar las campañas de 2018 en el tema de la corrupción es… justamente el Frente, que, en su obsesión, desdibujó las líneas del dinero limpio y el mal habido.
Sin embargo, Barrales, aun cuando va muy abajo en las encuestas, no quiere ceder un ápice en favor de Monreal. Y es lógico, eh.
Hizo el Frente para ella.
Este artículo fue publicado en La Razón el 25 de octubre de 2017, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.
