jueves 28 marzo 2024

Así fueron los cambios en Televisa

por Teresa Gurza
Etcétera

Para entrevistarlo sobre Valentín Pimstein, el inventor de las telenovelas, con quien durante 32 años compartió tiempo y espacio en Telesistema Mexicano primero y en Televisa después, su hija Verónica y yo visitamos hace pocos meses a Miguel Alemán Velasco.

Me parece oportuno retomar ahora algunos párrafos de esa larga entrevista –que será publicada próximamente con muchas más, en un libro sobre Valentín– porque muestran su versión del conflictivo cambio generacional que a la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, se dio en Televisa.

Muy amable, nos recibió en su oficina de la Fundación Miguel Alemán que preside y donde hay decenas de fotografías enmarcadas en plata, unas de él y otras de su padre, con jefes de Estado y personalidades; destaca la que le dedicó el presidente de Chile Salvador Allende, que le fue presentado por Pimstein.

Casado hace 54 años con Christiane Martell, tienen diez nietos de 7 a 23 años “que son como los mariachis, cuando llegan todo es felicidad, algarabía, fiesta; pero al rato…” comenta riéndose; y cuenta que a una de sus nietas le pidieron en su escuela de Miami, que hablara de su familia y dijo: ‘mi papá es un famoso actor, mi tío prestigiado cantante, mi abuelo fue gobernador de Veracruz, mi abuela Miss Universo y mi bisabuelo presidente de México’, “la creyeron chiflada”, resume encantado.

Pasando al tema, dice que cuando Telesistema Mexicano inició trasmitía muy pocas horas y tenía pocos anunciantes; luego llegaron los brokers, que compraban tiempo aire para sus programas.

“Pepe Guindi, tenía el de Nescafé; parientes de la señora Ruíz Cortines, patrocinaban a Barrios Gómez; en el canal dos, estaba Carpinteyro patrocinado por Mercedes Benz; en el cuatro, Jacobo y Pedro Ferríz patrocinados por General Motors; en el cinco, Chrysler… en fin, que eran los brokers y no don Emilio (Azcárraga Vidaurreta) quienes manejaban la televisión”.

Decidieron suprimirlos, ampliar las horas de trasmisión, y producir programas propios. “Se platica rapidísimo, pero fue un trabajo de años”, explica.

Empezaron por los noticieros: “Había más de 30. Todos los estados de la República tenían el suyo; había también, de noticias buenas y de malas; casi todos eran pésimos y nunca coincidían, si se caía un avión unos afirmaban que el problema fueron las alas, otros que la cola… para enterarse, había que leer el periódico al día siguiente”.

Con la reestructuración “quedaron únicamente cinco y Jacobo en la noche; y ahí advertimos, que las noticias interesaban a mucha gente”.

Y funcionaron tan bien, que Azcárraga lo nombró Vicepresidente de Noticias con el doble encargo de poner orden en los noticieros y atender las quejas del gobierno por algunas notas que salían.

Fue entonces cuando Pimstein, “quien además de inteligente, honesto y excelente amigo, es muy culto, innovador y con buen ojo, nos aconsejó quitar a las noticias una musiquita medio rara que se les ponía; y crear un canal exclusivo para darlas”.

Le hicieron caso en ambas cosas, y nació ECO, “cuando no existía ni la CNN…”

Intrigada, le pregunté las razones para deshacerse de quien dice, tantas ideas y dinero aportó a Televisa; “alguien se atontó y lo dejó ir… y a Jacobo, a Abraham y a otros muchos…”

Esos cambios empezaron, estando Azcárraga ya muy enfermo; “sacaron a muchos y metieron a otros, como a los jóvenes hijos de Cañedo; que en mi opinión abusaron del señor Azcárraga”.

Cuenta que al agravarse “Emilio me pidió ‘ayúdame porque solo no puedo y los tenemos que sacar’; tuve que renunciar al Senado para ayudarlo y logramos quitarlos; pero habían echado a muchos y los que llegaron, hicieron lo que quisieron…”

Otra solicitud de Azcárraga fue que su hijo Emilito, quedara como presidente de la empresa; “y así fue” dice Alemán escuetamente.

“Para entregársela sin deudas y totalmente saneada, vendimos en 600 millones de dólares el satélite Panamsat que cubría toda América Latina y en el que habíamos invertido 200 millones; los tres aviones y dos de los tres barcos, quedando sólo el yate Eco”.

Con lo obtenido, “se pagaron todas las deudas que tenía Televisa… era el momento de empezar a tener ganancias y más ganancias; pero ellos cambiaron las cosas, y como los que éramos mayores ya no funcionábamos ahí, nos fuimos…”

Su hijo Miguel Alemán Magnani, también se fue. “Le dije que para no perder la amistad de Emilito, saliera antes de que otros más amigos que él, lo hicieran pedazos. Y como no estaba yo de acuerdo con lo que pasaba, me desligué completamente para dedicarme a la aviación que era mi sueño; ellos dicen que rehicieron Televisa pero no sé en qué, porque antes estaba mejor y las condiciones para ellos fueron y son, mucho mejores que para nosotros”.

Recuerda que cada cinco años debía ir a Gobernación a negociar la concesión; y que para que no se las quitaran, tenía que comprobar que iban bien e invertían cada vez más.

“Y sólo así nos permitían seguir otros cinco años, cobrándonos el 12 y medio por ciento del tiempo. Pero de repente llegó Fox, les dio la concesión por 20 años y les cobran el uno por ciento… ¿cómo la ve?”

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