jueves 28 marzo 2024

Agentes de influencia adversa

por Leo García

Para los usuarios recurrentes de las redes sociales es conocida la escena: se publica algún comentario, se expresa alguna opinión, idea o crítica y, aparecen. No buscan dialogar, no quieren aportar a la conversación, no tienen buenas intenciones. Acosan, ofenden, agreden, llegan a ser violentos. Se les conoce como troles. Y algunos pueden ser agentes de influencia adversa.

¿Quién es un trol?

Desde los inicios de Internet han existido usuarios que lo que buscan es ser provocadores, discordantes, insidiosos. Sus interacciones son incendiarias, groseras, incluso agresivas y violentas. El tipo de usuarios que siempre van buscando causar una reacción negativa intencionalmente, de ninguna manera consideran ni atienden a las razones, no se detienen, sino al contrario buscarán siempre aumentar el grado de malestar en los demás.

Son usuarios que pueden pasar días y días sin soltar un tema, aunque no pongan un solo argumento válido o razonado sino más bien llevan las interacciones a la índole personal. Con frecuencia sus provocaciones son un desfile de pseudoargumentos, falacias, mentiras y muchísimos adjetivos.

Una manera empírica de verlo; son los usuarios que buscan ganar, o sentir que ganaron, imponiendo su postura por absurda que sea, en una discusión que ellos mismos iniciaron.

Este tipo de usuario se distingue por ese comportamiento, busca que otros usuarios se enganchen en sus “discusiones”. Por eso se le llama troleo. El término inició haciendo un símil con el curricaneo de pesca, el “fish trolling”, donde se lanza un anzuelo y se recoge la línea buscando llamar la atención del pez para que lo muerda.

Fue hasta después que se adopta la acepción con respecto a las criaturas mitológicas a partir de hacer la similitud con “seres desagradables” para la convivencia en línea. Los troles.

Un trol siempre buscará provocar que los usuarios se enganchen en una discusión agresiva, pero sin sentido. El objetivo final de un trol siempre será imponerse y causar malestar.

Los troles como agentes de influencia

En este espacio se ha explicado ampliamente la forma en que los usuarios construyen sus relaciones en las redes sociales y el tipo de dinámicas con las que se interactúa. Los troles suelen ser agentes que fácilmente inician, participan y amplifican el ciclo de polarización a partir de la afinidad que se produce en sus grupos de influencia.

Con el paso del tiempo y la adopción de internet como plaza pública, los gobiernos del mundo han entendido el poder del ecosistema digital buscando formas de influir socialmente, en consecuencia política y, se han aprovechado de estos perfiles.

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Este tipo de perfil es especialmente útil para lo que ahora se conoce como operaciones de influencia adversa. Las operaciones guiadas por los diferentes gobiernos para influir socialmente en línea.

La influencia adversa se basa en irrumpir en las líneas de conversación de usuarios con una postura política opuesta usando datos, estadísticas, sátiras, burlas, enlaces a sitios de “noticias”, videos, memes y cualquier tipo de contenido e interacción que permita la red social donde se esté participando.

El objetivo principal es romper  el tren de ideas, distraer del tema central de la conversación, o amplificar el tema que se tenga en la agenda del agente de influencia.

Lo que se busca en los usuarios es distraer, impactar en la atención y estado de ánimo, lograr inducir una percepción conveniente según el objetivo, además de alterar la simpatía política y social.

Es común y recurrente que para las dinámicas de influencia se amplifican posturas completamente discordantes, tendientes a la intolerancia que llevan incluso a la radicalización de las narrativas. Es frecuente que las interacciones lleguen al abierto discurso de odio.

Una operación de influencia puede inducir comportamiento en otros usuarios, los usuarios reales que encuentran elementos de afinidad por lo que de muto propio se suman y pueden ser conducidos a participar de linchamientos contra objetivos específicos, se refuerzan las narrativas adversas con lo que se incrementa la división social; al iniciar la respuesta desde el polo opuesto de simpatía o afinidad se inicia una dinámica de polarización por el choque de las esferas de interacción.

La atención que se logra en los extremos de simpatía hace que el entorno social digital se inunde de información completamente discordante, en muchos casos bulos y otras formas de información imprecisa o sesgada, con lo que también se inicia el ciclo de desinformación.

La influencia adversa puede recurrir a todos los recursos que tiene un usuario a la mano, pero en un volumen considerablemente mayor. Algunas instituciones de investigación de comportamiento en línea proponen que es acertado llamarles tropas. Se construyen de un amplio inventario de cuentas falsas, pero también disponen de la capacidad de generar contenido como videos, memes, caricaturas, además de espacios donde publicarlo, disfrazados de medios alternativos.

Es común que se recurra a estrategias aún más invasivas y persistentes, con tácticas de inteligencia como la infiltración de grupos y comunidades donde se puede recurrir a dividir a los integrantes induciendo sospechas y desconfianza.

No existen grupos totalmente homogéneos por lo que es sencillo provocar división aún entre simpatizantes de una misma postura política mediante temas controversiales y que suelen necesitar por sí mismos consenso para ser abordados. Basta iniciar debates y nunca llegar acuerdos. O bien, manipulando sus acciones para aumentar la confrontación.

En las operaciones de influencia adversa la mayor debilidad son los defectos de personalidad de los usuarios, propios y normales de cualquier persona, pero vulnerables.

La psicología ha estudiado estos perfiles, ahora se sabe que los troles pueden presentar rasgos de la triada oscura. Su capacidad de manipulación política y social también ha sido ampliamente estudiada. De hecho, uno de los hombres líderes en su estudio es el ruso nacionalizado estadounidense, Aleksandr Kogan. Fue él quien junto con Michal Kosinski y otros investigadores formularon el modelo conocido como de “las 5 grandes”, el modelo OCEAN. Y también fue Kogan quien desarrollo la aplicación para Facebook “This is your digital life”, precisamente basada en el modelo OCEAN y mediante la cual recopiló la información de más de 80 millones de usuarios de Facebook, que después fue vendida y aprovechada por Cambridge Analytica.

La premisa básica es, “no alimente al trol”, que significa evadir estas discusiones sin sentido. Pero ¿por qué? De esto, la próxima semana.

Hagamos red, sigamos conectados, teniendo presente siempre que con los troles no se discute, no se debate y de ser posible ni siquiera se les responde. Están en una misión y no escuchan razones.

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