El presidente López Obrador les pidió a los inversionistas de Aeroméxico hacer todo lo posible para mantener la aerolínea insignia del país en manos mexicanas. Ello sucedió el 13 de julio en Palacio Nacional. Tanto los inversionistas mexicanos como Delta, la socia estratégica, confirmaron al Presidente a intención de mantener el control mexicano.
El 9 de junio, en los eventos relevantes a Bolsa, Aeroméxico había notificado que el grupo de actuales accionistas mexicanos y empresarios sí tenían la intención de participar en el nuevo capital que será emitido por Aeroméxico.
La aerolínea, al estar en reestructura, en el Capítulo 11 de Ley de Quiebras de EU, va a tener nuevo capital. Ahí es donde el grupo de control mexicano busca quedarse.
Hablamos de Eduardo Tricio, Valentín Díez Morodo, Antonio Cosío y la familia Esteve.
De manera independiente, Delta, la socia del 49% de Aeroméxico, también ha externado su deseo de mantenerse.
La legislación mexicana obliga a las aerolíneas a tener en un 51% de su capital en manos mexicanas o, por lo menos, el control en manos mexicanas.
¿Por qué el interés por Aeroméxico? Porque el mercado corporativo y de viajes internacionales, pasando la pandemia, va a reactivarse.
Aeroméxico ha visto el rebase de Volaris y VivaAerobus, ambas aerolíneas de bajo costo, las cuales pudieron adaptase rápidamente a las modalidades de la pandemia.
Grupo Aeroméxico se reestructura bajo las obligaciones del famoso crédito DIP Financing, por medio del cual ha entrado el fondo de inversión Apollo Global Managment. Se encuentra en una mediciación entre las partes llevadas por el juez Sean H. Lane, en la Corte de Quiebras de EU para el Distrito Sur de Nueva York. La mediación entre las partes y la reestructura de costos serán la clave.
ASPA (pilotos) y ASSA (sobrecargos) han preferido vender sus derechos a privados y, así, obtener liquidez. Pero los acuerdos de reestructura de costos con los sindicatos se mantienen. Y el grupo de control mexicano busca quedarse en Aeroméxico.
LOS MANTIENE CERRADOS SINDICATO DE NAPOLEÓN
La empresa canadiense Americas Gold and Silver hace un llamado de auxilio al presidente López Obrador. Desde el 6 de julio, la empresa que opera la mina de San Rafael, en Cosalá, Sinaloa, acordó con el sindicato minero, encabezado por Napoleón Gómez Urrutia, quitar el bloqueo que tiene año y medio. La Secretaría del Trabajo (Luisa María Alcalde) concluyó la inspección y no existen riesgos de seguridad industrial para el reinicio de operaciones. Sin embargo, el sindicato de Gómez Urrutia mantiene el bloqueo buscando otras negociaciones.
La empresa canadiense, con razón, dice que primero se abra la mina. En la mina San Rafael se produce zinc, plata y plomo, y el grupo ha invertido 420 millones de pesos. Su operadora canadiense cotiza en la Bolsa de Toronto y Nueva York, y está desconcertada por el bloqueo, a pesar de solventarse los temas de seguridad.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 10 de agosto de 2021. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
